Todos vieron como Misaki, soltaba el aire contenido y relajaba su cuerpo, trataron de convencerlo para que se fuese a descansar, pero no hubo poder humano que lo separase de Asami, apenas el ojimiel estuvo instalado en la habitación, el castaño pidió ayuda para mover el sillón reclinable y ponerlo al lado de la cama y se quedó a su lado, Mikhail y Feilong se fueron al departamento, ya era madrugada y el chino tenía que descansar, Kirishima permaneció a su lado, siempre vigilante, dio órdenes de que nadie molestase a Misaki y que le atendiesen con todo lo que pudiese necesitar.
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Takai apareció en la habitación y se disculpó con Misaki por no haber cumplido con su trabajo, el castaño le dijo que nada era su culpa y que gracias a su arma, pudo salvar a Asami, el guardaespaldas se reverenció y se quedó en la entrada de la habitación, asegurando la protección de Misaki, el gran jefe y su futura jefecita.
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Asami en su inconsciencia, sólo repasaba distintas situaciones vividas con Misaki a lo largo de su relación, se le aparecían como cortos de una película, en todas ellas su castaño le sonreía y miraba con esos enormes ojos verdes y brillantes, cargados de bondad, mientras le decía que le amaba, la última imagen era de su castaño pidiéndole que no muriese, que él y Sayumi le necesitaban, de pronto la niña de su sueño aparecía a su lado y le daba la mano.
-Perdóname papi.
-¿Qué dices mi princesa? -se agachaba para quedar a su altura y le acariciaba las mejillas regordetas- tú no has hecho nada.
-Por mi culpa, -inclinaba su cabeza para un lado y hacía un puchero- te has sentido mal, pero era necesario.
-No mi vida, -besaba la frente de la pequeña- yo estoy bien, mírame.
-Papi siempre se ve guapo, -soltaba una risilla- hasta dormido.
-Eres como tu madre, -le daba un golpecito en la nariz- descarada.
-Lo sé, -volvía a reír- ahora me voy, se me acabó el tiempo ¡adiós papi! Nos vemos pronto.
-No, espera, -la pequeña había desaparecido- Sayumi... Sayumi.
Abrió los ojos, se sentía desorientado y dolorido... entonces no estoy muerto, pensó, puso más atención y notó que estaba en el hospital, su mano estaba siendo apretada, movió su cabeza y vio que era su castaño, que dormía en un sillón, sin soltarle ni en sueños, quiso mover su otra mano para acariciarle, pero al hacerlo, sintió más dolor y soltó un jadeo.
-No se mueva, la operación es reciente -oyó a su asistente-.
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Kirishima no abandonó la habitación de Asami, al igual que su angelito, se mantuvo al pendiente de todo, su jefe estuvo durmiendo casi un día y prácticamente tuvo que obligar a Misaki a que durmiese, lo notaba cansado, pero aun así, no logró que se fuese a casa... ahora dormía en el sillón reclinable, con su mano sosteniendo la de Asami, quien comenzaba a reaccionar y hablaba en sueños.
-Sayumi, -balbuceaba- Sayumi.
¿Sayumi? Otra vez ese nombre, su angelito también la nombró, vio a su jefe abrir los ojos e intentar tocar a Misaki, pero el movimiento le hizo quejarse.
-No se mueva, la operación es reciente, -dudó en preguntar- jefe ¿quién es Sayumi? Misaki también la ha nombrado.
-Es nuestra hija, -contestó sin titubear el ojimiel- ayúdame a reclinar un poco la cama.
-¿QUÉ? -el asistente alzó la voz, por la impresión, mientras presionaba los botones del mando- ¿de quién?
-De Misa...
-¡Ryūichi! -el castaño le interrumpió- ¿cómo te sientes? Llamaré al médico.
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Después de tanto discutir, Misaki aceptó dormir en el sillón reclinable, no se iba a ir a casa, además para qué lo iba a negar, estaba agotado y en su estado debía descansar, entre sueños escuchaba la voz de Asami, le costaba abrir los ojos, pero la voz era cada vez más clara y el casi grito de Kirishima, le hizo despertar del todo.
-¡Ryūichi! -se ponía de pie y le peinaba los cabellos con la mano- ¿cómo te sientes? Llamaré al médico.
-Bien cariño, -disfrutaba el calor de su castaño- pero tú ¿por qué no has ido a descansar?
-¿Estás loco? -mientras presionaba el botón de asistencia médica-.
-¿Perdón? -Asami levantaba una ceja y aguantaba la risa, quería parecer serio y también por el dolor- me estás diciendo que estoy loco por decirte que tienes que descansar, es necesario en tu estado ¿lo recuerdas?
-¿Tú, te acuerdas? -el castaño abría los ojos como platos-.
-¿Cómo voy a olvidarlo? -cogió la mano del castaño y la besó- ¿desde cuándo lo sabes y por qué no me lo dijiste? -su tono no era de reproche-.
-Desde que acompañé a Shinnosuke a la consulta de la doctora Aoki, -se recostó en la cama con cuidado de no pasar a llevar nada- y no sé si me vas a creer, pero no te lo dije, porque Sayumi me lo pidió.
-Te creo -como pudo, acarició el vientre de Misaki- y tú, me creerás si te digo, que Sayumi es la responsable de mis molestias.
-¡Jajaja! -lloraba de felicidad- sí, te creo y agradezco que haya sido así.
La entrada del médico y una enfermera, interrumpió la conversación, ambos profesionales hicieron sus trabajos, el doctor aseguró que todo estaba bien, dio unas recomendaciones y se fue.
Kirishima, llevaba un rato oyendo y viendo a ese par, que para no variar, se había aislado del exterior y hablaban de esa tal Sayumi, pero la visita del médico, impidió que preguntase algo, espero y cuando estuvieron solos, intervino.
-No entiendo aún, quién es Sayumi, que sabe cosas y que es la responsable de los malestares del jefe y por qué dicen que es vuestra hija ¿adoptaréis una niña?
-Sayumi, es nuestra hija, -Misaki tomaba la mano de Asami- estamos embarazados, -rió divertido, por la cara del asistente- Kirishima-san será abuelo.
Kirishima, abría los ojos como platos ante la noticia, pero la última frase de su angelito, casi lo hizo desmayar.
-¿Yo... yo seré -tartamudeaba Kirishima- abue... -se dejó caer en el sofá- abuelo?
Asami lamentaba no poder reír a gusto, pero Misaki no se contuvo, reía sujetando su estómago y limpiando algunas lágrimas, mientras el pobre asistente digería la noticia.
-Gracias cariño, -Asami le susurró al oído, cortando la risa del castaño- es la segunda mejor noticia que he recibido en la vida.
-¿La segunda? -hacía un puchero-.
-Sí, la primera fue, cuando me aceptaste.
-Ryūichi, -el castaño no se resistió de besarle- gracias a ti, te amo.
-Y yo te amo Misaki.
-¿Quieres conocer a nuestra princesita? -se puso de pie y aguantó la risa- Pero te advierto que no se parece a ti.
-¿Cómo que no se parece a mí? La he visto...
Misaki no dijo nada y fue a buscar su móvil, volvía con Asami, pero la habitación comenzó a darle vueltas, el ojimiel se dio cuenta y le gritó a un, todavía aturdido asistente.
-KIRISHIMA.
El asistente, despertó de su trance por el grito de su jefe, levantó la cabeza y vio a Misaki a punto de caer, se levantó veloz y sostuvo a su angelito, evitando que cayese al duro suelo y lo recostó en el sofá.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...