HOMBROS ROJOS POR EL SOL

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-Estás tratando de decir que: "se cazan más moscas con miel, que con vinagre" -sonríe levemente-.

-Algo así,  -ladea la cabeza-  sé que me estoy metiendo en temas que no entiendo,  -refiriéndose a los de la mafia-  pero si pienso en tus negocios, capacitar tanto personal, en plena temporada estival, será infructuoso.

-La mafia también es un negocio que hay que saber administrar,  -le abraza-  así que no digas que son temas que no entiendes, porque con tu cabecita que no deja de trabajar, me estás dando soluciones que pueden funcionar, en ambos lados.

-¿Me estás tomando el pelo? -sus ojos entrecerrados-  o sólo dices eso para contentarme.

-Nunca lo haría,  -le causan gracia las reacciones del castaño-  Misaki, yo no me considero empático, bondadoso ni mucho menos allegado a todo el mundo, pienso primero en deshacerme del problema, sin importar el coste económico, ni mucho menos el humano, si me traicionan, pues los "despido" y luego busco gente nueva, es un circulo vicioso y cómo dijiste, es infructuoso... pero tú, te pones en el lugar de los demás, ves un lado que yo no consideraba, el humano y eso nos beneficiará, no sólo en lo económico, también se ganarían lealtades.

-¿Cómo nos? -arrugaba el ceño-.

-Mis negocios serán tus negocios, recuerda que tendremos un futuro con muchos hijos  -besa el ceño fruncido de Misaki-  y contigo estarán en buenas manos.

-Pero yo no quiero nada,  -sonríe y acaricia el fuerte pecho de Asami-  bueno, sí quiero algo.

-¿Qué quieres?

-Ese futuro con hijos y tal vez, aún no lo decido,  -suelta una risilla-  con mascotas.

-Créeme, que me esforzaré  -le levanta y lo sienta en la isla de la cocina-  cada día.

Asami comienza a besarle y el castaño no demora en responder, caminando hacia la sala, fueron desprendiéndose de sus ropas en medio de besos voraces, terminando ambos desnudos, el mayor cargó a Misaki quien enrolló sus piernas a esa fuerte y estrecha cintura, contrario a lo que pensó en un principio, Asami salió a la terraza y sin dejar de besarse, llegó con su preciada carga a la piscina y comenzó a bajar los escalones, para sumergirse.

-¡Ryūichi!  -el castaño alarmado-  alguien puede vernos.

-Ya te he dicho  -sin dejar de meterse al agua-  que este sitio fue hecho para la intimidad de los huéspedes, nadie puede vernos, ni oírnos.

Asami no perdió tiempo, una vez metidos por completo en el agua, se dedicó a sacarle sonoros gemidos a Misaki, comenzó con besos y mordidas por su cuello para ir bajando hasta los erectos pezones, que lamía, mordisqueaba y succionaba con fuerza.

-¡Ahhh! Ryūichi,  -gimió audiblemente, no hacía falta contenerse-  no saldrá nada de ahí.

-Ahora no,  -mordisquea y estira con los dientes el pezón-  pero tal vez pronto, sí.

El castaño se soltó y se sumergió por completo en el agua, volvió a emerger y besó al mayor, Asami flotaba cargando a su novio mientras se besaban, llegó a uno de los bordes y apoyó su espalda, Misaki sin separar sus bocas, deslizó sus manos por el firme torso de su novio, hasta llegar a su miembro, cuando lo tuvo a su alcance lo masajeó con ambas manos.

-Misaki -la voz se le oía gruesa-.

Aprovechando que estaban en el lado menos profundo, el castaño sin soltar el duro, grueso y caliente falo de Asami, volvió a liberarse de los brazos de su novio y se puso de pie, respiró un par de veces y cogió aire para sumergirse, bajo el agua abrió la boca y se metió el miembro del mayor, aguantando el aire en los pulmones, le hizo una felación, sentía las manos del otro sobre sus cabellos, el aire ya era escaso, dio una última succión y emergió para tomar grandes bocanadas de aire, aún sin recuperarse, fue alzado y sentado en uno de los bordes de la piscina, Asami le abrió las piernas, dejándolas sobre sus hombros y hundió su cabeza en ellas, comenzó con besos por los muslos internos, las ingles hasta llegar a su miembro que después de lamer desde los testículos hasta el glande, se lo metió a la boca y empezó a mover la cabeza de arriba abajo, Misaki sólo dejó caer su espalda sobre la tarima de madera, no le importó que estuviese caliente, sólo le importaba disfrutar las atenciones que su novio le daba, un nudo en el bajo vientre comenzó a formarse que le hizo arquear la espalda, su orgasmo era inminente, Asami llevó dos dedos a la entrada del castaño e inició embestidas profundas, rápidas y siempre golpeando el punto que haría enloquecer a su pareja.

-Ryūi... ¡Ahhh! -gritó de placer, había culminado y Asami no dejaba de atenderle-.

-Me calienta oírte Misaki,  -habló luego de tragar la semilla del castaño-  quiero hacerte gritar todo lo que queda de día.

Misaki aún en medio de su orgasmo, se incorporó y apoyó sus manos en los hombros de su novio, para volver a meterse al agua y besarle, enrolló sus piernas en la cintura del mayor y moviendo las caderas se acomodó sobre la erección de Asami y se dejó caer, al estar en el agua, su cuerpo se sentía más liviano, permitiéndole cabalgar sin mucho esfuerzo al semental que tenía entre las piernas, los movimientos eran rápidos y más porque Asami le ayudaba, alzándolo por la cintura y profundizando las embestidas, los movimientos del agua parecían pequeñas olas que salpicaban sus cuerpos, no les importaba, tampoco el sol que a esas horas les daba de lleno sobre sus cabezas.

-Desde ya comenzaré a llenarte cada día  -hundiéndose muy profundo-  con mi semen, hasta que me des la noticia, que nuestro hijo o hija, viene en camino.

-Para eso tendremos que esperar unos meses,  -aguantó la risa, Asami le miró con el ceño fruncido-  recuerda que mis periodos de fertilidad no son mensuales, pero mientras podemos  -le mordió el lóbulo de la oreja-  practicar, practicar y practicar.

-¡Jajaja! Entonces practicaremos,  -dio un par de embestidas rápidas-  para que en el examen final, saquemos un 10.

-¡SI! -Asami le tocaba su punto- más duro, me vengo otra vez.

-Yo también cariño,  -embestía con brutalidad-  te amo Misaki.

-Y yo te amo Ryūichi ¡Ahhh! -eyaculó al tiempo que sentía latir el miembro de Asami expulsar su simiente-  bésame, por favor.

Asami no se negó a la petición, le besó cadencioso, mientras seguían moviéndose lentamente, disfrutando de sus orgasmos, abrazados, esperando a que cesaran los espasmos y tranquilizaran sus corazones, después de unos minutos, el castaño se dejó caer sobre el hombro del mayor, éste le mantuvo entre sus brazos y flotó de espaldas hacia lo más profundo de la piscina.

-Coge aire -le advirtió al castaño, antes de sumergirse-.

Emergieron aún abrazados, Asami comenzó a salir del agua y fue hacia una de las tumbonas con sombrilla y dejó al castaño.

-Iré por unas toallas, no te muevas de aquí, tienes los hombros rojos por el sol.

Desde ya pido disculpas, si el capítulo está flojo... pero voy para el tercer día con migraña 🤢 (para quienes las padezcan me entenderán) y todavía me quedan otros 2 por lo menos, si les fallo, no me maten en sus cabecitas, un saludo y salud para tod@s

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora