... que parezca más mi amigo, que un guardaespaldas.
-Tú -Asami le mira fijo, cree saber lo que quiere Misaki- tienes a alguien en mente, pero ya te digo que no.
-¿Por qué dices no? -Misaki se cruza de brazos, frustrado, de verdad que su novio lo lee con facilidad- yo no he dicho nada, aún.
-Porque te conozco, -sonríe levantando una ceja, mientras se cruza de brazos- Shinnosuke no está entrenado para ser un guardaespaldas, requiere algo más que saber defenderse, tal vez con un entrenamiento adecuado, logre serlo, en la bodega actuó rápido, pero ahora no hay tiempo, Himura está al acecho y sería muy peligroso, para ambos.
-Entiendo, -después de oír las razones de Asami, desistió de su idea, no quiere volver a exponer a su amigo- entonces, quien me acompañe, vestirá de civil, nada de trajes negros, no quiero llamar la atención y no me tratará con tanto formalismo, soy Misaki.
Kirishima mira a su jefe, al fin y al cabo, se hará lo que él diga, si se trata de Misaki no da su brazo a torcer, ya lo comprobó el día que el castaño se desmayó y se lo llevó a la fuerza de la oficina, para que descansara. Asami sonríe de lado, a él no le importa como vista la escolta que cuidará a su castaño, le importan los resultados y está seguro que el guardaespaldas que cuide de Misaki lo hará con gusto y esmero.
-No veo problema, -se cruza de brazos- mientras te mantenga seguro, por mí, como que si va en pijama y tal vez, no te lo aseguro, se diriga a ti sin tanto formalismo.
-¡Ja! Ya qué, -resignado- espero no ser una molestia y ¿desde cuando me acompañará?
-Por mí, desde ya, -lo abraza- pero Kirishima lo arreglará todo, para a contar de mañana y nunca serás una molestia -Asami le besa la coronilla-.
-Yo me retiro, tengo que hablar con los muchachos, -Kirishima comienza a retirarse, le urge finiquitar la seguridad de su angelito- ya nos vemos.
-¡¡Hasta luego!! -la parejita respondió a coro-.
-¿Qué quieres hacer hoy? -Asami sin dejar de abrazarle, apoya el mentón en la cabeza castaña-.
-Todo esto, ya me quitó las ganas de ir al cine -mira por el ventanal del salón- y todo indica que hará calor, así que prefiero quedarme en casa, o... -levanta la cabeza para ver a Asami- mejor nos vamos a tu departamento, para no estorbar.
-¿A quién vamos a estorbar?
-Estoy seguro que Haruhiko una vez llegue a Japón, querrá venir a visitar a Shinnosuke.
-Entiendo, -le besa cortamente- si quieres nos vamos al hotel del muelle, allí disfrutaremos de la piscina y puedes ver todas las películas que quieras.
-Está bien, -de la mano lleva a Asami- iré a ordenar la habitación, en lo que tú te vistes.
Asami agarró el porta trajes y se lo llevó a la habitación, allí mientras se vestía, Misaki quitaba la ropa de cama para cambiarla por otra, recogía las ropas que quedaron esparcidas por el suelo y las llevaba al cesto del baño y salía de la habitación con el, al rato volvía con el cesto vacío en una mano y la aspiradora en la otra.
-Yo te ayudo con la aspiradora, -a pesar de nunca haberla usado, Asami conoce la mecánica- tan difícil no será, no creo que sea como pilotar un cohete.
-¡Jajaja! -el castaño se ríe por la seriedad del mayor- entonces yo adelantaré con el baño.
Misaki antes de meterse al baño, abrió los ventanales y movió las cortinas, para dejar entrar la luz y el aire, su habitación y la de Shinnosuke, tenían un pequeño balcón, allí el castaño tenía una planta de lavanda, que con el verano ad portas ya estaba floreciendo, aportando un aroma floral fresco, dejó a Asami con la aspiradora y él fue a limpiar el baño.
Asami pasaba la aspiradora, quien lo viese se reiría, seguro, un hombre serio, de porte orgulloso y dominante, que con sólo chasquear los dedos, tiene ante él un séquito de personas, dispuestas a hacer los quehaceres de casa o cualquier otra que éste requiera, ahora repasaba diligentemente el cepillo de la aspiradora, sin dejar un milímetro de suelo por aspirar, se concentró tanto en su labor, que por unos minutos, no pensaba en otra cosa que no fuese hacer bien su trabajo, terminó justo cuando Misaki salía del baño.
-Houston, -el castaño simulaba hablar por radio- no tuvimos ningún problema.
-Muy gracioso, -Asami lo atrapó entre sus brazos- ahora quiero mi pago.
-¿Aceptas tarjeta?
No hubo respuesta, Asami bajó hasta besarle y lo levantó sin despegar sus bocas, el castaño se aferró al cuello del mayor para continuar el beso, probaban de sus bocas con ansias, sólo porque hay que respirar se detuvieron.
-Prefiero el pago en especias -Asami le aprieta las nalgas- ¿te falta mucho? Ya quiero tenerte sólo para mí.
-¡Ahhh! Ryūichi, -jadea bajito, parece que ha corrido un maratón- deja que busque mis cosas.
-No, allá encontrarás lo necesario, -le muerde el lóbulo de la oreja- no perdamos más tiempo.
-Está bien, me despido de Shinnosuke y nos vamos.
Asami le dejó libre y salieron al salón, el castaño fue con su amigo a despedirse, éste le contó que esa noche iría Haruhiko a visitarle, Misaki le respondió que algo sospechaba y que por eso decidía dejarle el departamento libre, Shinnosuke se sonrojó, pero aun así se lo agradeció.
-Ya sabes, deja los nervios de lado, no te sientas forzado a hacer nada que no quieras.
-No es que no quiera, -el pelinegro se muerde las uñas- es que no sé qué hacer, ¿Cómo fue tu primera vez?
-Honestamente, no estaba preparado, -Misaki recordó ese episodio con tristeza- Akihiko, me tomó casi sin prepararme y en medio de un ataque de celos, no tomó en cuenta mis sentimientos y yo... sólo callé.
-Lo siento, no quise ponerte triste, -Shinnosuke le abrazó- no lo sabía.
-Pero no tomes mi experiencia cómo referencia, habla con Haruhiko, no te calles tus miedos -el castaño sonrió conciliador- y si no quieres avanzar hasta el final, díselo... no cometas los errores que yo.
-Gracias amigo, -volvió a abrazarle, pero con más fuerza, quiso reconfortarle como hubiese querido hacerlo en el pasado, de haberlo sabido- pero con Asami-san es distinto ¿cierto?
-Completamente, Ryūichi siempre toma en cuenta mis deseos, -se mordió el labio- con él me siento libre.
-Es tu alma gemela ¿lo recuerdas?
-Cada día -sonríe deslumbrante-.
Los amigos se despiden de una vez y el castaño abandona la habitación y se va al salón, allí se encuentra con una escena muy particular, Asami había sacado la ropa de la secadora y la estaba doblando.
-¿Tú, quieres cobrar horas extras? -se acercaba y le miraba con los ojos entrecerrados-.
-Algo así, -doblaba la última prenda- además, ahora mi ropa también está en tu cesta ¿ya estás listo?
-Gracias... -cogía el cesto, lo llevaba a su cuarto y volvía rápido- Ya podemos irnos, cuando digas.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...