-Mi princesa ¿qué haces?
-Papi, quiero que bailes conmigo, así como lo haces con mami.
-Pero mami, no se sube sobre mis zapatos -comenzaba a bailar con la pequeña, sobre sus zapatos-.
-Él sabe bailar, -hacía un puchero- yo no... y dicen que las princesas tienen que bailar con el príncipe.
-¿Yo soy tu príncipe? -no dejaba de bailar-.
-No, -la pequeña ríe- contigo estoy aprendiendo papi.
-Eres tremenda Sayumi...
Asami despertó con una sonrisa en el rostro, ese sueño fue tan real, que todavía le resuena la vocecilla de esa pequeña, llamándole "papi"
-Sayumi -repitió en voz baja-.
Ya no se sentía tan débil, lo último que recuerda es abrazar a su castaño, inhalar su aroma y caer dormido, levanta la cabeza y lo ve dormido, sobre su pecho.
-¿Seguimos en la oficina? -susurró, recién se percataba de donde estaban-.
Muy despacio se puso de pie, cargando a su castaño y se acercó a uno de los sofás para acostarle ahí, pero Misaki se despertó de golpe al sentir el movimiento.
-Ryūichi ¿cómo sigues? -tocaba su frente, notándolo más tibio- bájame por favor, estás débil, no te esfuerces.
-Estoy bien, -le besaba la frente- tal parece que me faltaba dormir, porque incluso tengo hambre.
-Sí vamos, pero antes bájame por favor.
-Está bien -se inclinó para bajar al castaño, pero al incorporarse se mareó-.
-¡Ryūichi! -el castaño le cogió de los hombros- siéntate en el sofá, iré a por algo para que comas.
Asami no dijo nada, con los ojos cerrados, trataba de controlar el malestar.
Misaki corrió a su oficina, siempre tenía galletas, las cogió y se fue a la salita de descanso y preparó té, mientras lo hacía, envió un mensaje a Kirishima, para informarle que el mayor había despertado y que se iban al departamento, con todo listo se lo llevó a Asami.
-Sé que no te gusta el dulce, -le entregaba la taza de té y ponía el platito con galletas en la mesita- pero ahora no tengo otra cosa, trata de comer algo, estás débil.
-Gracias cariño.
Asami dudó en comer, últimamente todo le hace vomitar, además a él, no le gusta el dulce, pero el aroma a galletas caseras, le hizo casi salivar, cogió una y le dio un mordisco, masticó despacio y tragó, se estaba preparando para salir corriendo al baño, pero nada ocurrió, sólo su estómago que le pedía más, así una tras otra se comió todas las galletas del plato.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...