TUS OJOS

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Misaki cansado de llorar, se durmió abrazado a Asami, quien al notarlo, lo cargó y se sentó con su preciada carga, en una de las banquetas, observaba al menor detalladamente, le besó el rastro que dejaron las lágrimas y se lo acomodó para que descansase mejor.

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Mikhail y Feilong,  despertaron tarde, muy tarde, no había rastro de Asami, creyeron que podía estar trabajando como siempre, no le dieron mayor importancia... pidieron comida y nuevamente se fueron a la cama, estaban cansados.

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Tōdō, también despertó tarde, notó que tenía una manta encima, supo de inmediato que había sido su amigo, con pereza se metió a bañar, su estómago reclamó por comida y salió de su habitación, no había nadie, estaba todo apagado, fue directo a la cocina, iba a abrir el frigorífico y vio una nota.

Tōdō, también despertó tarde, notó que tenía una manta encima, supo de inmediato que había sido su amigo, con pereza se metió a bañar, su estómago reclamó por comida y salió de su habitación, no había nadie, estaba todo apagado, fue directo a la c...

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Shinnosuke no entendió, lo de que tenía una cita, ¿con quién? se preguntaba, calentó la comida y se fue a comer mientras veía la televisión, vio las flores y la nota, quedó sorprendido... esto parece una despedida definitiva, pensaba.

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Misaki abrió los ojos pesadamente, se los restregó y recordó dónde y con quién estaba antes, avergonzado movió los ojos y se dio cuenta que estaba acostado en el asiento trasero de la camioneta, rápidamente se sentó y vio que afuera, apoyado en el capó, fumando, estaba Asami, quien notó que lo miraba, apagó su cigarrillo y se acercó.

Asami estuvo con Misaki en brazos, hasta que prefirió acomodarlo en la camioneta, también lo protegería del frío, salió y sacó un cigarrillo, lo encendió y mientras fumaba, pensaba en todo lo que desea con su castaño; quiere un futuro... notó que era observado y lo vio sentado mirándole, apagó su cigarrillo y fue hasta él, abrió la puerta y entró.

-Ya te iba a llevar a mi departamento,  -quiso avergonzarlo, le encanta verlo sonrojado-  no despertabas.

Cómo esperaba Misaki se puso como un tomate, intentaba esconderse, bajando la cabeza, pero él ya lo había visto... se le escapó una risilla, que provocó el enojo del castaño, que levantó la cabeza y tenía los ojos encendidos y el ceño fruncido.

-No tiene gracia, estaba cansado, pudiste despertarme, así no perdías tu tiempo,  -hablaba rápido y miraba por la ventana, mientras buscaba su móvil-  mejor pido un taxi para que me lleve a mi casa.

-De eso nada  -está fascinado con esos ojos furiosos-  y quien dice que he perdido mi tiempo... verte dormir y en mis brazos fue lo mejor de esta noche.

-Pero tú... llevarme... -inevitablemente se sonrojó, otra vez, no hilaba sus frases-.

-Lo dije porque me encanta verte sonrojado, eres tan tierno,  -mientras lo tenía sujeto del mentón, ahora veía sus ojos calmados, esos cambios le fascinaban-  además no ha pasado ni 1 hora.

-Lo siento, a veces soy impulsivo.

-Sí, recuerdo que me lo dijiste, pero ver los cambios de tus ojos, son una experiencia impagable.

-¿Mis ojos? -lo miraba confuso-.

-Hace un rato estaban encendidos en furia, luego calmados y ahora confusos, tu estado de ánimo, lo reflejas en ellos.

-¡Oh! -nunca le habían dicho nada así, tan fácil es de leer, pensaba-.

-Eso fue lo que me impactó, cuando te vi la primera vez, Misaki eres natural, transparente, sin dobleces

-Creo que no es para tanto,  -ser halagado le incomoda-  soy una persona corriente, una del montón.

Asami decidió dejarlo en paz, notó su incomodidad, cambia de tema.

-¿Cuándo podremos vernos otra vez?  -si por el fuese no lo dejaba ir-.

-Como sabes esta semana tengo libre, luego empiezo mi trabajo de jornada completa, pero tú y ¿tu trabajo? no quiero interferir en tus asuntos.

-Puedo revisar mi agenda y te aviso para quedar a comer o cenar, ya luego buscamos una solución cuando comiences tu trabajo.

-Sí, estoy de acuerdo.

-Tal vez no pueda verte a diario, como quiero, pero te aseguro que cualquier momento libre, será para ti.

A Misaki se le iba a salir el corazón, Asami era directo y se veía con tanta seguridad, que no podía, ni quería negarse esta oportunidad.

-Yo también estaré ocupado con mi trabajo, pero como dices, lograremos un balance -sonrió encantado, está feliz-.

-Me vuelves loco,  -lo besó, llevaba conteniéndose mucho rato y verlo sonreír, ya no aguantó más-  tu boca es adictiva  -hablaba entre el beso, mientras mordía-.

-¡Ahhh! -gimió Misaki, lo que permitió que la lengua de Asami entrase, él hizo lo mismo y ahora se comían literalmente la boca, subió sus manos y las pasó por los cabellos del mayor-  no pares por favor  -suplicó-.

Siguieron besándose, Asami que tenía una mano en la cintura y la otra en la nuca de Misaki, sin dejar de besarlo, de un movimiento se lo subió a horcajadas, dejó la boca del castaño y comenzó a dar besos por la quijada, bajando por el cuello, dio una lamida hasta su oreja y mordió el lóbulo, sintió el estremecimiento y el gemido, que aunque tratase de acallar mordiéndose el labio, le estaba excitando.

Misaki no estaba mejor, sentir la ferocidad de Asami lo tiene atrapado, evita gemir, pero esos besos y con la fuerza que lo subió sobre él, igualmente se le escapa uno al sentir la lengua del otro en su cuello, tiembla, pero no de frío, está excitado y lo está notando, no sólo por la erección oculta bajo su ropa, sino por la humedad que siente en su trasero, trata de bajarse y sentarse, pero el mayor lo apega más a su cuerpo, notando su erección, con la poca fuerza de voluntad que le queda, habla.

-Me... mejor,  -respiraba rápido-  mejor nos detenemos

-Estás seguro,  -Asami tenía la voz ronca-  te deseo Misaki.

-No... pero ya te dije que necesito saber como funciona mi cuerpo,  -se mordía el labio- yo también te deseo, pero si no tenemos cuidado, puedo embarazarme, por eso prefiero esperar.

-Esta bien,  -respondió resignado Asami, no quería obligarlo-  pero no porque puedas embarazarte, eso me haría muy feliz... sólo que es muy pronto.

El castaño estaba sorprendido, a este hombre no le molestaría tener un hijo con él.

-¿Quieres tener hijos? -dudoso pregunta-.

-Por supuesto, siempre he querido una familia... y ahora que te encontré, esos anhelos aumentan exponencialmente, ¿por qué? tú ¿no quieres hijos?

-Claro que quiero,  -está nervioso, Asami es tan diferente a Akihiko, que le cuesta creer-  pero tú mismo lo dijiste, es muy pronto.

Se acomodaron en los asientos, normalizaron sus respiraciones y bajaron de la camioneta, para subir adelante y después emprendieron rumbo, Asami cómo lo hizo antes, después de dejar a Misaki sano y salvo en su hogar, se fue al suyo, iba feliz, se darían una oportunidad, lástima que no pudiese verlo tan seguido, pensaba, llegó a su departamento... en la sala, estaban sus amigos.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora