¡HASTA NUNCA! USAMI-SAN

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Los días siguieron pasando, los planes de Asami para buscar a Misaki, se vieron truncados por un viaje urgente, se sentía frustrado y contradictoriamente esperanzado, si era correspondido en sus sentimientos; sí ya se había dado cuenta que se había enamorado de ese castaño, que sin haberse hablado y sólo mirarse a los ojos, lo había atrapado y hacía sentir toda esa cursilería de la que tanto se burlaba, esta vez pensaba hacer las cosas bien, pero el tema de "su otro trabajo" lo preocupaba, no quería ponerlo en peligro, cree que no soportaría si algo le pasa. Ya llevaba más de una semana fuera de Japón y le quedaban otras dos más, por lo menos, estaba ansioso por volver, las fotos que tiene de Misaki y masturbarse mirándolas, no son suficientes, quiere más y está seguro que el castaño es la solución, porque ha recibido invitaciones de mujeres y hombres y todas las ha rechazado sin dudarlo ni un segundo. Además, ya estaba harto de convivir con Mikhail y Feilong, la parejita se peleaba y reconciliaba casi a diario y a él le tocaba estar en medio.

                         ☆

Misaki sustentó su tesis con éxito, una semana después Shinnosuke también, ahora sólo estaban con el papeleo para la ceremonia, durante todo este tiempo el par de amigos cumple religiosamente con su rutina de ejercicios, el castaño se dio cuenta que no sólo se sentía mejor físicamente sino también mentalmente, pero el tema del hombre del restaurante, era un sin vivir, constantemente soñaba con él, hasta creía oír que lo llamaba por su nombre, sin vergüenza alguna y contrario a su carácter, se masturbó deliciosamente, varias veces, pensando en ese hombre, deseaba que fuese real.

Supieron con su amigo que Kirishima se había ido de viaje y no sabían cuando volvía, Misaki quería invitarlo a su ceremonia de graduación, pero con su ausencia, no tuvo oportunidad y por mensajes que se enviaban, éste se excusó de no poder acompañarlo.

Era fin de semana y con Shinnosuke quedaron de ir al centro comercial, Misaki tuvo que llevar su traje para que lo ajustasen, eso del ejercicio le ha tonificado el cuerpo y su amigo a comprar un traje para la graduación y también habían olvidado las máscaras para la posterior fiesta... así que ahí estaban, en una tienda de disfraces eligiendo cual les quedaba mejor, ninguna les convencía, hasta que el castaño vio unos antifaces muy bonitos y variados, eligió uno que le hacía juego con su traje, su amigo se le unió y también eligió uno, pero más colorido, fiestero según él.

-¡FALTA UN MES PARA LA GRADUACION! -gritaron a la vez emocionados-.

                      ☆

Otra vez lunes, tocaba trabajar, Misaki estaba llegando a la editorial, cuando se encontró con Akihiko, estaba apoyado en su coche fumando, parecía que lo estaba esperando, pasó de largo y no le dirigió la palabra, entró en la recepción, saludó y fue a esperar el ascensor, pero no estaba solo, el peliplateado había llegado a su lado, se abrieron las puertas y el menor entró primero, sintió alivio cuando las puertas comenzaron a cerrarse y el otro no entró, pero nada es perdurable, el mayor metió su mano haciendo que las puertas se abriesen nuevamente y también se adentró, cada uno presionó su piso y en silencio subieron, hasta que el mayor habló.

-¿Aún sigues con tu pataleta?

-¿Pataleta? No le entiendo Usami-san  -Misaki fruncía sus cejas-.

-Sí, esa que armaste porque no te hice caso -Akihiko se cruzó de brazos- con esa tontería de la familia.

-¿Tontería? Para usted, eso significa una familia; ¿una tontería?  -Misaki estaba furioso- y no fue una pataleta, es una decisión.

-Decidiste abandonarme, por cumplir tus deseos, eres un egoísta... tan amable y considerado que te ves, seguro ese anhelo tuyo por un hijo es para atraparme,  -lo decía ponzoñoso-  luego te aprovecharías de mi posición y me dejarías con un hijo, que ni siquiera deseo.

-¡Oh! Me ha descubierto,  -fingió pesar el menor- ahora tendré que buscar a otro ingenuo que caiga en mis redes, -todo lo decía tan convencido, que resultaba difícil no creerle, Misaki sentía el impulso de golpearle, agradecía que el ascensor anunció la llegada a su piso-  hasta nunca Usami-san, espero sea muy feliz, con su soledad.

Akihiko estaba que estallaba de ira, cómo se atrevía a hablarle así, afirmar que lo utilizó, cuando el castaño salió del ascensor, lo siguió y lo agarró del brazo arrastrándolo a una de las salas de reuniones.

-¿Así que fingías quererme? Ahora veremos  -con una mano le sujetó de la nuca y con la otra la cintura y lo besó, pero el menor no le correspondía, era un muñeco que lo miraba sin vida, le mordió el labio inferior para así introducir su lengua, pero nada, Misaki no reaccionaba, es más dibujó una media sonrisa, ese hecho, más coraje le causaba-.

-Ya terminó Usami-san, a esta hora debería estar en mi puesto de trabajo,  -Misaki se limpió con el dorso de su mano e hizo una mueca de asco y luego miró su reloj-  adiós.

-Si no es por las buenas, será por las malas,  -el peliplateado le habló amenazante-  tienes que estar conmigo.

-¡JAMAS!

-Pues si no vuelves, olvídate de trabajar aquí,  -Akihiko sonrió con suficiencia- hablaré con Isaka y sabes a quien preferirá.

-No te creo capaz,  -el menor lo miró desafiante-  sería muy bajo de tu parte meterte con mi trabajo, usando tus influencias.

-Pruébame.

-Si es así, prefiero irme, pero que te quede claro que no volveré contigo, entiende, NO TE AMO.

-¡Ya veremos! Ahora mismo buscaré a Isaka, yo que tú me iría despidiendo de mis compañeros  -fingió pena-.

-Está bien tú ganas,  -bajo la cabeza un momento, Akihiko se daba por vencedor, pero el castaño levantó la cabeza y le miró con orgullo-  ahora mismo recogeré mis cosas y... comenzaré a despedirme de mis compañeros  -reía ruidosamente-  ¡hasta nunca Usami-san!

El peliplateado estaba de piedra, jugó la baza del trabajo, creyendo que así el otro cedería, sin embargo el castaño no sólo lo rechazó y le dijo que no lo amaba, otra vez, sino que prefería quedar sin trabajo a volver con él, con furia lo atrapó por los brazos, pero jamás esperó la reacción del otro, Misaki con todas sus fuerzas se zafó del agarre y le lanzó un puñetazo, que lo hizo retroceder varios pasos y caer.

-EN TU VIDA VUELVAS A PONERME LAS MANOS ENCIMA,  -el castaño gritaba y se le acercaba amenazadoramente-  jamás, óyeme bien, jamás volveré contigo, así tenga que vivir en la calle, no volvería a vivir bajo el yugo de alguien como tú, no hagas que te odie Akihiko,  -habló con pesar-  al menos, déjame recordarte como algo bonito... me lo debes.

Pensaba retirarse del lugar, pero las cosas nunca pasan como uno quiere, en ese momento entraron Isaka-san, su asistente y Aikawa, vieron a Akihiko en el suelo sangrando de su nariz y corrieron a ayudarle.

-¿QUÉ SUCEDIÓ AQUÍ? -Isaka estaba enojado, como nunca gritaba-  hasta afuera se oía la discusión de vosotros dos... ¿Qué has hecho Misaki? Esto no lo puedo dejar pasar, tendré que despedirte, lo siento... Asahina, arregla todo -habló a su asistente-.

-He cometido un error,  -el castaño se reverenció-  ahora mismo recojo mis cosas y me despido... Gracias por darme la oportunidad de trabajar aquí, Isaka-san, Asahina-san, Aikawa-san, con permiso.

-Espera,  -el peliplateado habló-  no te vayas.

-Ya se lo dije Usami-san, ¡hasta nunca! -Misaki salió de la sala de reuniones con su rostro imperturbable, recogió sus cosas y se fue para siempre de la editorial, no estaba dispuesto a escuchar interrogatorios de nadie y menos disculparse, aunque con ello podría seguir trabajando allí-.

Caminaba en dirección a la estación, la mano le dolía horrores, pero sentía una satisfacción enorme, sonreía liberador a pesar de haber perdido su trabajo, soltó el aire contenido y siguió su camino.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora