TODO SE VALE

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-Sí... sí...  -no deja de besar a Asami-  acepto, todas las veces, diré que sí.

Asami ríe sobre el beso, al recordar la festividad de ese día.

-¿Recuerdas qué día es hoy?

-¿Eh?  -Misaki sin soltar el cuello de Asami, le mira confundido-  hoy es lunes, catorce de feb... ¡No!  -abre enorme los ojos-  lo olvidé por completo.

-Y yo,  -Asami mira esos enormes ojos que brillan, no se cansa de ellos-  pero aún nos quedan unas horas, Feliz San Valentín, mi futuro esposo.

-Feliz San Valentín, futuro marido  -sonríe-  ¿y qué te daré, si no comes chocolate, ni nada dulce?

-Ya me has dado  -le da un beso esquimal-  el mejor regalo y también aceptaste, casarte conmigo.

-Pero la tradición dice que hay que regalar chocolates,  -ríe divertido-  no bebés.

-Nosotros haremos una excepción este año,  -alzaba una ceja-  no habrá chocolates, ni para ti, porque no debes consumir azúcar, ni para mí por obvias razones, pero nos quedaremos a disfrutar del spa del hotel, todo el día de mañana.

-Me gusta, pero  -hacía un puchero-  sólo podré disfrutar unos minutos de las aguas termales, que es lo más relajante.

-Sé que están desaconsejadas las aguas termales y la sauna,  -le mordía el labio-  pero puedes pedir los masajes o tratamientos.

-Shiatsu,  -soltó de repente el castaño-  pediré el tratamiento de Shiatsu, me aliviará el dolor de espalda y me ayudará a liberar energía acumulada.

-Todo lo que...

La camioneta se detuvo y Takai informaba que habían llegado, subieron directo desde el parking a la suite, Misaki apenas entró se quitó los zapatos, el abrigo y se acostó sobre la cama.

-No prefieres cenar de una vez,  -Asami mandaba un mensaje-  luego sólo te acuestas a dormir.

-Compro  -respondió Misaki con los ojos cerrados, levantando la mano, como en una subasta-.

-¡Jajaja! Les pedí que se apresurasen.

A los minutos les traían la cena, Misaki comió como si llevase días sin comer, Asami no dijo nada, ese día su castaño ha estado más voluble que otros días, le dejó comer cuanto y lo que quisiese, al terminar, Misaki sólo se dio un baño y se metió a la cama, en nada estaba completamente dormido, el ojimiel veló su sueño hasta que sus propios ojos comenzaron a cerrarse, antes de caer rendido, acomodó unas almohadas cerca del vientre del castaño y se acostó a su lado, como siempre, Misaki al sentir su presencia se acercó para abrazarle, con la dificultad que su abultada pancita le creaba, se las arregló para rodearle con el brazo y entrelazó su pierna a la de su novio, Asami sólo sonríe y le besa la frente, antes de dejarse llevar a los brazos de Morfeo, miró su propia mano con la alianza, sonrió y la besó, abrazó a su castaño y cerró sus ojos.

Misaki despertó de madrugada, había dormido toda la noche sin inconvenientes, sin hacer mucho ruido, ni moverse más de la cuenta, se levantó y se fue al baño a los minutos salía y se asomó por uno de los ventanales de la habitación, el sol aún no salía, pero estaba lloviendo, se quedó observando la lluvia que caía persistente, hasta que unos brazos le rodearon.

-¡Buenos días!  -Asami le besaba el cuello-  volvamos a la cama, aún es temprano para levantarse.

-¡Buenos días!  sí lo sé,  -hacía su cabeza a un lado, para que Asami tuviese más acceso-  pero dormí bien y mucho, que desperté descansado y espabilado.

-Tienes que aprovechar de dormir,  -acaricia el vientre del castaño-  en pocas semanas, esta señorita no nos dejará dormir.

-Pero ahora, no quiero dormir,  -se giraba para quedar de frente a Asami-  desperté con energía.

-¿Y qué quieres hacer a esta hora? ¿ir al gimnasio?

-No, quiero que me hagas el amor,  -soltó muy quitado de pena-  hace una semana que no me tocas.

-No lo hago, pero no porque no quiera hacerlo,  -se cruzaba de brazos-  sino que no es prudente.

-Pero no está prohibido,  -apretaba los puños a los costados-  incluso es recomendable, puedes hacerlo suave.

-Puedo, pero tú comienzas a exigir y a moverte com...

-¿Me harás suplicar?  -Misaki le interrumpe y mira enfadado-.

-¿Qué?  -Asami no sabe si reír o hacerle caso-  cariño puedo hacer otras cosas, sin llegar a penetr...

-¡NO! -gritó el castaño y da un golpe en el suelo con su pie-  no quiero otras cosas,  -comienza a acariciar el miembro de Asami, por encima del pijama-  tú también lo deseas, lo estoy sintiendo.

-Misaki, por favor,  -aprieta lo mandíbula y trata de apartarse-  no soy de hierro.

-Ryūichi, te necesito.

-Pero...

-¡JODER! QUIERO QUE ME FOLLES -gritó Misaki, ya desesperado-.

-Aguanta un poco más,  -Asami no se cree, que sea él el que se niega-  para mí tampoco es fácil.

-QUE NO ME OYES, QUIERO AHORA, NO DENTRO DE QUIEN SABE CUANTAS SEMANAS  -como pudo se colgó del cuello de Asami y le besó con rudeza-.

Asami está perdido, es verdad que hace una semana que no tienen relaciones, pero es por su propio miedo, aunque la doctora Aoki les ha dado carta blanca para tener sexo, con precaución y buscando las posturas más adecuadas, es más lo ha recomendado ya que el embarazo de Misaki está desarrollándose con total normalidad y las relaciones sexuales relajan y ayudan a la madre, pero el temor de perder el control, sobre todo con su castaño que exige que sea rudo, le hace aplacar su propio deseo... pero ahora Misaki se le ha colgado como cadena al cuello y le besa de forma hambrienta, así como le gusta a él, está seguro que le ha sacado sangre del labio, pasó su brazo por detrás de las piernas del castaño y lo levantó como princesa, para llevarlo a la cama.

Misaki una vez que lo llevaron a la cama, se arrodilló y quedó frente a Asami, que seguía de pie en la orilla de la cama, pasó sus manos por el cuello del ojimiel, se acercó con la intención de besarle o eso creía Asami, quien claramente vio el brillo malicioso en los ojos del castaño, Misaki le cogió los cabellos de la nuca y los jaló con fuerza, haciéndole la cabeza hacia atrás, deslizó su lengua desde la clavícula hasta la oreja y mordió el lóbulo.

-¿Querías que te suplicase?  -el castaño repitió la acción anterior en la otra oreja, pero esta vez tiró de ella con los dientes-  eres cruel.

-... -Asami siseaba por la sensación-  ¿yo soy el cruel? Tú eres el que me está torturando,  -la voz le salía muy ronca-  estás jugando sucio.

-En la guerra y en el sexo...  -reía juguetón, mientras desabotonaba el pijama de Asami-  todo se vale.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora