-Fei está embarazado, -volvió a llorar- me alegro por ellos, pero la noticia también me pone triste.
-Era cierto entonces y te entiendo, -lo abrazó y dejó que llorase- a mí me pasa algo parecido.
Después de unos minutos, el castaño deshizo el abrazo y terminó de alistarse para irse a la oficina, en la camioneta iban Asami y él en silencio, la noticia de Feilong les afectó. La jornada avanzó como cada día, con la diferencia que el ojimiel seguía sin poder disfrutar de lo que más le gustaba cuando tiene mucho trabajo, una taza de café o un vaso de whisky y justo hoy, a la hora de la comida, tenía una reunión fuera y el tema de comer le preocupaba y mucho más que le viesen enfermo, dejó de pensar en ello y abandonó su oficina para ir a la del castaño, quedó preocupado desde esta mañana.
-¿Cómo sigues? -Asami se acercaba al escritorio del castaño-.
-Bien amor -le dedicaba una sonrisa- y tú ¿cómo te has sentido?
-Bien, -levanta al castaño de su sillón y lo acomoda entre sus piernas- ya no me siento cansado
-Te faltaba dormir y comer.
-Y hacer el amor, -le susurra al oído- te sigo extrañando Misaki.
-Yo también te extraño Ryūichi -el castaño le besa y lo empuja, para sentarlo en su sillón- y quiero que ahora tú, me alimentes a mi.
-¿Qué te apetece?
No hubo respuesta verbal, el castaño se quitó la chaqueta y se arrodilló entre las rodillas de Asami y le masajeó la entrepierna por encima de la ropa.
-¿Estás seguro? -preguntó por cortesía, porque no deseaba que el castaño parase- no digas luego, que abuso de mi posición Takahashi.
-Sí Asami-sama, estoy seguro -su tono era inocente- y no me quejaré, sólo disfrutaré.
Aflojó el cinturón, abrió el botón y bajó la cremallera del pantalón, movió la tela del bóxer hacia abajo y liberó esa enorme erección que le apuntaba a la cara, la masajeó un par de veces, antes de dar una lenta lamida desde la base hasta el glande, que repasaba en círculos con su lengua, estaba a punto de metérsela a la boca, cuando la puerta de la oficina se abrió, sólo le dio tiempo de esconderse en el hueco del escritorio y a Asami de sentarse correctamente y medio taparse con el escritorio.
-Jefe, sabía que estaba aquí, -miró a su jefe en el sillón de Misaki, estaba con la cabeza hacia atrás, los ojos cerrados y el rostro ¿febril? y su angelito no estaba por ninguna parte- vine a que me firmase estos documentos, hay que enviarlos hoy -Asami no le responde, sólo sigue con los ojos cerrados- ¿se encuentra bien? ¿Y dónde está Misaki?
Asami no podía responder, el descarado de Misaki, le estaba haciendo una felación, con Kirishima ahí presente y no contento con eso, le apretaba los testículos, como si fuesen una de esas pelotas anti estrés, así que le era muy difícil articular las palabras, puso su mano sobre la cabeza del castaño y simulando que se acomodaba mejor al escritorio, se sumergió profundo en su boca, soltó el aire por la sensación, pero fingió delante de su asistente, haciéndole creer que efectivamente se sentía mal.
-Me he mareado -se apretaba las sienes, Misaki no le daba tregua y movía frenético su cabeza- y Misaki ¡Argh! -se le escapó un gruñido- salió a conseguirme algo para comer.
-¿Quiere que haga algo por usted?
Sí, vete, pensaba Asami.
-No, nada, Misaki debe estar por venir, mejor dame esos documentos para firmar y que salgan cuanto antes, -el castaño jugaba con la lengua, introduciéndola por su uretra, apretó la mandíbula y firmó rápidamente- recuerda que tenemos una comida.
-Ahora mismo los envío, -cogía los documentos y se giraba para irse- nos vemos más tarde.
Apenas Kirishima salió, Asami cogió la cabeza del castaño obligándole a aumentar el ritmo y él comenzó a mover sus caderas para hacer más profundas las penetraciones, estaba listo para liberarse, pero deseaba hacerlo dentro de Misaki, se levantó del sillón y alzó del suelo al castaño y lo puso con el torso apoyado sobre el escritorio, rápidamente le bajó los pantalones y la ropa interior y metió dos dedos en la entrada que estaba tan lubricada que sus dedos se deslizaban con facilidad, no dilató más al castaño, bajó su propio pantalón y bóxer y se enterró profundo, Misaki sólo ahogó su gemido, mordiendo su brazo cubierto con la camisa, inició a darle estocadas rápidas y profundas, con la faena que había hecho el descarado de su novio, no duraría más tiempo, levantó al castaño del escritorio y lo arrastró consigo hasta el sillón, dejándolo sobre él pero de espaldas, con la ventaja de tener los pies en el suelo, Misaki comenzó a subir y bajar por el miembro de Asami, también estaba por venirse, se detuvo y se levantó para volver a subirse pero esta vez de frente, con ayuda del mayor levantó las caderas y se dejó caer.
-¡Ahhh! Misaki -Asami gimió en el cuello del castaño-.
-¡Ahhh! Amor, bésame, -daba saltos sobre Asami- ya estoy por venirme.
Asami le besó, él también estaba por venirse, dio estocadas rápidas, cuando sintió que Misaki le apretaba, se dejó ir, el beso ayudó a ahogar sus gemidos, se quedaron en esa posición un rato, hasta que el castaño reaccionó.
-¡Tu camisa! -quiso levantarse-.
-¿Qué le pasa a mi camisa? -lo sujeta por la cintura-.
-Te la he manchado y al rato tienes la comida de negocios.
-En mi oficina tengo otros trajes, ahora déjame disfrutarte, -le huele el cuello- tu olor me calma.
-¿Mi olor? -preguntó confundido- hoy no he usado nada.
-El que emana tu cuerpo cariño, -pasa su nariz por el cuello del castaño- estos últimos días te siento que hueles dulce.
-Creo que estás obsesionado con el dulce -suelta una risa- ¿no estarás pensando en comerme?
-Eso siempre, -comienza a desabotonar la camisa y da una leve mordida a un pezón- siempre quiero comerte.
-¡Auch! -se quejó el castaño-.
-Creí haber sido suave, discúlpame.
-No Ryūichi, no es eso, sólo que sentí como un calambrazo de corriente, -se mira el pecho- últimamente me pasa cuando me rozo los pezones.
-Y si hago esto -le lamió la aureola, notando como se estremecía el castaño- ¿pasa lo mismo?
-Lo mismo, no, -se cubría con las manos, masajeando para calmar la sensación- pero provoca que mis pezones se pongan duros y eso hará que se rocen con mi camisa.
-Entiendo, -le abotona la camisa- lo dejaremos para otro día, ahora tengo que alistarme para salir -pone mala cara-.
-¿Qué ocurre, te sientes mal otra vez? -se apresura en levantarse- esto es mi culpa.
-Nada de eso, -se pone de pie y alcanza al castaño- sólo que comeré fuera y eso no me agrada mucho ¿tienes galletas? -soltó de repente-.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...