¿CÓMO SERÁN LOS DEMÁS USAMI?

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Tōdō, esperaba a su amigo fuera del edificio, vio como salía alguien escoltado, ha de ser el dueño pensó... se quedó ahí, hasta que llegó Misaki y cruzaron para sentarse en el parque, el día estaba agradable, se sentaron en una banqueta y se dispusieron a comer.

-Ni cuenta me di de la hora,  -el castaño hablaba-  si no me avisas, me quedaba sin comer.

-Te ves relajado ¿ha sido agradable tu jornada?

-Sí, son todos muy amables,  -sonreía Misaki-  aunque estén de trabajo hasta los topes, y a ti ¿Cómo te ha ido?

-Súper, también todos muy agradables,  -el pelinegro le devolvía la sonrisa-  me ha tocado integrarme a un grupo para un nuevo proyecto muy grande, es mucho trabajo, pero estoy contento, es una gran oportunidad para mí, puedo demostrar de lo que soy capaz.

-¿QUÉ? -gritó el castaño-  no me digas que es ese proyecto con socios nacionales e internacionales.

-Sí, no me digas que tú también...

-¡Sí! -lo interrumpió Misaki- nos estaremos viendo seguido durante la preparación del nuevo plan.

-¡Que suerte! Nuestro primer trabajo y nos toca un gran proyecto,  -hablaba emocionado-  nos servirá para demostrar de lo que somos capaces.

-Esa fue la razón por la que casi no bajo a comer, después de una reunión, estuve leyendo el proyecto y el presupuesto inicial, tengo algunas correcciones y notas de como mejorarlo.

-¡Vaya! Te felicito.

-Gracias,  -no dejaba de sonreír-  estoy muy contento y saber que compartimos trabajo, me emociona.

-Sí, a mi también,  -Tōdō alegre como siempre-  podremos comentar sin problemas los detalles del proyecto.

-A propósito, descubrí algo que me impresionó bastante,  -el castaño se puso serio- a que no adivinas, quiénes son uno de esos socios.

-No lo sé,  -el pelinegro curioso-  dime, ¿Quiénes son?

-¡Las empresas de los Usami!

-¡Wow! Que pequeño es el mundo.

-Ni que lo digas,  -Misaki se incomodó-  tal parece que la vida me los pone siempre en el camino.

-Y tú que rechazaste la oferta de trabajar para ellos y ahora deberás trabajar con ellos.

El castaño sólo asintió con la cabeza, siguieron comiendo en silencio, cada uno en sus propios pensamientos; uno siente curiosidad ¿Cómo serán los demás Usami? serán igual que el peliplateado, pensaba y el otro, bueno el otro sólo pensaba en su guapísimo novio y lo mucho que le extraña... acabaron sus alimentos y volvieron a sus respectivos trabajos.

Y así como nada, ya era viernes, Misaki recibe un mensaje de Asami.

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