Kirishima, no tuvo tiempo de ver a su ángel, durante varios días, estuvo muy ocupado con los requerimientos de su jefe, estaba obstinado con que había que cambiar todo lo de su departamento, muebles, distribución, cortinas, color de las paredes, todo, estuvieron días con la decoradora eligiendo las opciones que mejor fuesen con el estilo de su jefe, éste en cambio, estuvo todo el tiempo metido en el nuevo proyecto, tuvo reuniones con sus socios, para que todo saliese de maravilla. Esa noche, pudo retirarse pronto, lo de la reforma estaba sobre ruedas, no tenía pendientes, así que decidió pasar por una pastelería y llevarle a sus vecinos algo para agradecer todas sus atenciones, llegó a su piso y tocó el timbre de los muchachos, Tōdō abrió con cara de alivio, que cambió al ver quien era.
-Buenas noches Kirishima-san.
-Buenas noches Shinnosuke, ¿estás bien? -notó la preocupación en su rostro-.
-Sí...bueno no...¡¡ay!! Lo que pasa es que Misaki no ha llegado de su trabajo, le llamo a su móvil y me salta el buzón.
-Pero ¿no hay otra manera de llamarle? -también se preocupó-.
-No, he llamado a la editorial, pero por la hora, parece ser que las secretarias ya se han retirado -Tōdō mordía sus uñas-.
-Vamos, iremos en mi coche, tú me indicas la dirección -Kirishima lo había cogido del brazo y lo sacaba del departamento-.
-Está bien, vamos, Misaki no suele demorar y si lo hace me avisa.
Iban en el coche, los dos muy preocupados por el castaño, estaban llegando a la editorial, cuando le vieron que estaba siendo fuertemente agarrado de los brazos por ese maldito. Tōdō, no esperó a que Kirishima aparcase el coche y bajó corriendo.
-¡SUÉLTALO CABRÓN!
☆
El castaño estuvo toda la tarde y entrada la noche, terminando su trabajo, no pudo avisar a su amigo que se quedaría hasta tarde, porque a su móvil se le agotó la batería, se apresuró, ya tendría que ir hasta la avenida para tomar un taxi y a estas horas era muy solitario. Salió corriendo de la editorial, sólo para chocarse con alguien que lo hizo caer de culo, se puso de pie y sin levantar la cabeza del todo, se disculpó.
-Lo siento, no fue mi intención golpearle -hizo una reverencia- sólo estoy apurado.
-Tanto formalismo, sé lo torpe que puedes llegar a ser -Akihiko lo dijo con una sutil sonrisa-.
-¿Qué haces aquí a estas horas?
-No está claro, esperándote.
-A mí y ¿por qué?
-Quiero que vuelvas a casa, conmigo.
-¡Tú estás loco! ¿Por qué tendría que hacerlo?
-Porque es obvio que me quieres, todo eso de la familia es un antojo pasajero, no necesitas a nadie más que a mí -hablaba con mucha seguridad-.
El castaño se estaba molestando por el tono de Akihiko, cómo podía ser tan ególatra y él, no haberse dado cuenta antes.
-No volveré contigo, te quiero, sí, pero como a un lindo recuerdo, comprendí que lo nuestro no era amor... lo parecía, lo confundimos con la necesidad de llenar un corazón vacío, cada uno con sus propias carencias, se hizo la idea de que lo que sentíamos era amor, pero no, nos acostumbramos a nuestra cercanía, lo siento, pero yo no te amo.
-Estás herido, por eso me hablas así -el peliplateado le agarró de los brazos- tú me quieres, no puedes estar sin mí -zarandeaba al pobre castaño-.
-¡Suéltame! me haces daño.
-Qué quieres para volver, ¿un hijo? ¿Quieres una familia? -lo decía apretando con más fuerza- está bien yo te haré todos los hijos que quieras - comenzó a tirar de Misaki, para meterlo al coche-.
ESTÁS LEYENDO
Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...