-No valen la pena, -susurró- vamos a... -hizo una mueca de dolor y jadeó- casa.
-¿Qué tienes? -Asami se detiene-.
-Sayumi -apretó con fuerza la mano de Asami y respira con dificultad- me está pateando muy duro y me cuesta respirar, lleva toda la tarde muy inquieta.
-Sólo finges para llamar la atención, -el rubio volvió a atacar- la única razón por la que Asami te haga caso, es ese bebé, sino no le importarías.
-Ese bebé, nunca debió ser, -Akihiko hace una mueca de asco- los hombres no se embarazan, no es nat...
Otra vez, se oyó fuerte y clara una bofetada y a la vez un puñetazo.
-CON MI HIJA NO TE METAS -gritaron Asami y Misaki-.
Cuando se metieron con su pequeña, a Misaki le importó poco el dolor y abofeteó con el dorso de la mano y con todas sus fuerzas a Takaba y Asami con furia le propinó un puñetazo a Akihiko, claro se oyó la nariz del escritor romperse.
Ambos en el suelo, Akihiko sujetaba con ambas manos su nariz que sangraba, mientras que Takaba limpiaba su nariz y la comisura de sus labios, desde arriba Asami y Misaki les miraban con odio.
Takaba estaba sorprendido, ese castaño se había atrevido a ponerle la mano encima y Asami no había hecho nada por evitarlo.
-Me ha golpeado, -señalaba al castaño- Asami ¿no le dirás o harás algo?
-Tienes razón, soy un desconsiderado, -imitando la técnica de Misaki, se acercó al castaño y le besó la mano, sonrió de lado al ver la cara de Takaba- cariño ¿te hiciste daño?
-Algo, -hacía un puchero- se me hinchará, buscaré hielo.
-¿No piensas pedir un médico? -Akihiko se quejaba, apretando su nariz-.
-No es necesario, -Misaki ignoró los quejidos del peliplateado- con hielo estaré bien.
-Tu mano no me importa, -gritó furioso- el médico es para mí, tu novio me ha roto la nariz.
-Ahí tienes una de las razones a tu pregunta Usami Akihiko, -Misaki se acercó al peliplateado y le dio un pañuelo- me preguntaste por qué estoy con Ryūichi...
-¿Y le dejas que te llame -interrumpió Takaba dolido, por sentirse ignorado- por tu nombre?
-No seas mal educado, estoy hablando yo, -el castaño le reprendió- espera tu turno de palabra, además ¿cómo le voy a llamar si no es por su nombre? -rio coqueto- ¿Le llamo, pantera?
Asami sólo sonríe fascinado, Misaki lo enciende.
-No te entretengas y respóndeme, ¿por qué estás con él y no conmigo?
-Tú sólo piensas en tus necesidades, es una razón, pero la más importante es que no te amo, ya te lo dije antes y te lo repito, Akihiko, no te amo -miró a Asami y sonríe- y si estoy con Ryūichi, es porque me enamoré, con pasión y locura, con él soy libre, me complementa y me hace inmensamente feliz.
-Pero yo te necesito, -reclamó el peliplateado enfurecido y más al ver al ojimiel, que lo miraba con lástima- ¿y tú qué me ves?
Asami observaba y escuchaba la conversación de Misaki con su ex, de verdad ese hombre estuvo cuatro años con su castaño y éste le aguantó, no sólo es indolente, es egoísta... y eso es decir mucho, viniendo de alguien como él mismo.
-¿Te estás oyendo Usami? -Asami se cruzó de brazos- has dicho "te necesito" ¿pero le amas o siquiera le quieres?
-¿Y tú, sí le quieres? -intervino Takaba, sarcástico- ¿tú, el gran Asami Ryūichi, sabe querer a otra persona?
-No, no le quiero, -Asami atrajo al castaño, le acarició las mejillas y le besó la frente- le amo, con mi vida.
-Mientes, -Takaba casi se ahogó con el nudo en su garganta- tú sólo lo utilizas, tú no sabes querer, eres el mismo diablo.
-Y aun así, aquí estás, -Misaki desvió su vista hacia Takaba- ¿qué buscas? Si bien supe, tú mismo decidiste seguir tus sueños, lo que te hacía feliz y "el diablo" no te lo impidió, -miró luego al escritor- Akihiko, tú no me necesitas a mí, lo que necesitas es una madre.
-Tú, no te metas, -el rubio estaba furioso y se acercaba a Misaki- lo que yo busque a ti no te importa, tú no sabes nada.
-Ni se te ocurra, -la voz fría de Asami, hizo a Takaba detenerse en seco- porque lo lamentarás y sabes que no miento, bien lo dijiste, soy el mismo diablo y por Misaki soy mucho peor.
-¿Por qué Asami? -el rubio ya no contuvo las lágrimas- ¿no te importaba, que dejaste que me fuese lejos, por qué no me detuviste? Tal vez, ahora yo ocuparía su lugar -refiriéndose a Misaki- y recibiría todas tus atenciones.
-Porque te quería feliz, -Asami se sinceró- pero no te amaba y no te equivoques, nadie puede reemplazar a Misaki.
-¿Y ahora, no me quieres feliz? -Takaba intentaba acercase a Asami- yo quiero estar a tu lado.
-¿Qué harás Misaki? -el peliplateado se puso de pie- tú siempre antepones a los demás, no te gusta causar problemas y ahora ese rubio -señaló a Takaba con un movimiento de cabeza- está sufriendo por tu novio ¿le dejarás el camino libre, para que sea feliz? puedes venir conmigo.
-... -Misaki negaba con su cabeza- vosotros sois como el perro del hortelano, no coméis ni dejáis comer, -se puso de espaldas contra el pecho de Asami y detuvo a Takaba- alto ahí, no te creas muy listo, como dijo Akihiko, por lo general antepongo a los demás, sobre mis propios deseos, pero no en esta ocasión.
-¡Vaya! -exclamó el escritor- el noble Misaki se ha vuelto un egoísta.
-O un interesado, -agregó el rubio- Asami tiene mucho para darle.
-Y tanto que tiene -se giró y le guiñó un ojo a Asami- para darme.
-Pocas cosas me sorprenden, -Asami reía a lo dicho por el castaño- pero vosotros os lleváis la palma, uno hablando de egoísmo y el otro de interés, -miró a Takaba- dijiste que yo te inicié en esta relación, te concedo la razón, pero también te dejé libre cuando quisiste, me importabas, por eso te dejé ser feliz, siguiendo tus sueños y me reclamas que yo sea feliz, que haya conseguido mi sueño ¿con qué derecho? Y no me digas que es porque me quieres ¿te estás oyendo Takaba? Sólo deseas lo que tengo con Misaki, por orgullo herido, eso es interés. Y tú, escritor, -ahora miraba a Akihiko- no hables de egoísmo, Misaki te dedicó cuatro años y tú ni siquiera te diste el tiempo de conocerle, sabes acaso cuáles son sus sueños, sus intereses, sus flores favoritas o los nombres de sus amigos, -sonrió de lado y alzaba una ceja- por tu cara veo que no y ahora quieres que deje todo por lo que ha trabajado, para qué, para cuidarte, Misaki está en lo cierto, lo que necesitas es una madre, ve y búscala, ha de estar en el jardín con el resto de tu familia.
-¡Cállate! -Akihiko encolerizado se lanzó sobre Asami-.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...