Los días pasaron en extremo lento para quienes se extrañaban, Asami y Haruhiko, no paraban, uno se encargaba de inspeccionar las obras y el otro acudía a reuniones con los ingenieros y socios, ya por la noche mientras cenaban se ponían al corriente, así ganaron un par de días y volvían antes a Japón.
-Supongo que querrás ver a Shinnosuke -Asami, no hacía una pregunta-.
-No te lo negaré, a la hora de comer lo invitaré.
-¿Y por qué no, ahora? Yo iré a por Misaki, si quieres te llevo, será más fácil convercerlos que no vayan a la oficina.
-Iré, pero en mi coche, gracias.
Asami apenas aterrizaron pidió que lo llevasen con Misaki, por la hora, sabía que ya estaba despierto, haciendo ejercicio en el parque, estaban aparcando la limusina cuando le vio correr en su dirección, se bajó y se acercó hasta que su castaño le saltó encima.
-¡Ryūichi! Te extrañé -colgado del cuello del mayor- ¿por qué no me dijiste que llegabas hoy?
☆
Misaki y Shinnosuke, se mantuvieron ocupados en sus respectivos trabajos, hablaban a diario con sus parejas, pero aun así, les extrañaban, había pasado una semana desde que habían viajado, ese día, como tantos otros, salieron para realizar su rutina de ejercicios, luego de correr, se dirigían al parque y como iba ocurriendo desde hace semanas, vieron al anciano que alimentaba las palomas, ese día estaba extrañamente distinto, hasta traía otra ropa, le respondió el saludo al castaño, pero su voz se notaba ansiosa, nerviosa. Shinnosuke, una vez que se instalaron donde hacían los ejercicios, no desaprovechó la ocasión de molestar a su amigo.
-Oye Misaki, yo creo que el viejito se enamoró.
-¿De quién?
-¡DAAAA! -le hace burla- de quién más, obviamente de Takai o de mi, no.
-¿Qué dices? -le provocó repulsión el hecho- estás loco, podría ser mi abuelo.
-Pero, a ti te gustan mayores -intervino Takai-.
-De esos que llaman señores -Shinnosuke aguantaba la risa-.
-Tú dices, -Misaki también quería reír, pero aguantaba- de esos que te abren la puerta y te mandan flores.
El trío rompió en risas, que casi les era imposible hacer los ejercicios.
-Ya hablando en serio, -el pelinegro trata de calmarse- no se dieron cuenta que el viejito hoy está raro.
-Tal vez, conoció a alguien -Takai lo miró- y lo está esperando.
-Pasar horas en el parque, -Misaki se estiraba, ya casi acababa- le ha dado frutos, ya no estará tan solo.
-Yo insisto, ese viejito está enamorado de Misaki.
-Hoy, hasta estaba nervioso -Takai, también aportó- cuando te respondió el saludo, Misaki ¿no lo notaste?
-Y lleva ropa nueva, -siguió Shinnosuke- te quiere impresionar.
-Seguro, hoy se te declara, -Takai, le cogió el gusto- al gran jefe le salió competencia, arderá Troya.
-Cuando le rechaces, se cuidadoso, hazlo con cariño, no le vaya a dar un infarto al pobre viejito, debido al rechazo.
-Dejen de decir burradas, -estalló Misaki y más al ver como sus amigos se reían a carcajadas- por molestarme, hoy no os prepararé el desayuno.
-Misaki, no seas cruel, -Shinnosuke se ponía una mano en el pecho y la otra en la frente, poniendo expresión de dolido- parece que el infarto lo tendré yo, debido a la impresión.
-No seas melodramático, -le hacía gracia, como actuaba su amigo- no será la primera vez que comas cereales con leche o leche con cereales, aún no tengo claro el orden.
-Yo diría que primero va la leche, -Takai intervino, ganándose una mirada de reproche, por parte del castaño- pero si a ti te gusta poner primero los cereales, es tu decisión y la respeto.
-CÁLLATE, -el castaño le gritó- no ayudas a aligerar el momento.
-Tú, siempre nos dices que el desayuno es la comida más importante del día -aguantando la risa, se acerca a Misaki y le sujeta de los hombros, para zarandearlo levemente- y ahora nos condenas a comer cereales con leche o viceversa, yo tampoco me aclaro con el orden.
-¡Tsk! -chasquea la lengua el castaño- Yo y mi corazón de pollo, -imitó a su amigo y dramatizó- está bien, prepararé un delicioso y nutritivo desayuno, no quiero que desfallezcan durante la mañana.
-¡BIEN! -Takai gritó contento, por un momento pensó que tendría que comer cereales y eso no le agradó-.
-Pero con la condición, de que no quiero volver a oír comentarios, acerca del viejito, -se giró para volver a casa- ahora subamos, todavía ten...
-¿Qué ocurre Misaki? Te callaste de repente, -Shinnosuke, sólo lo vió correr- espera.
-Déjalo, mira allí -Takai le indicó la salida del parque y entendió-.
Misaki, apenas vió la limusina aparcarse, salió corriendo, estaba llegando cerca de donde se sentaba el abuelito y por un momento vio su mirada ansiosa, al verle acercarse, pero siguió su carrera, hasta llegar a su anhelado destino, apenas le vio, le saltó al cuello.
-¡Ryūichi! te extrañé -colgado del cuello del mayor- ¿por qué no me dijiste que llegabas hoy?
-Porque quería darte una sorpresa -besó al castaño con ansias- y yo también te extrañé cariño, me hiciste mucha falta.
-Y tú a mi, -se le olvidó que estaban en la calle y enrolló sus piernas a la cintura del mayor- vamos a casa.
Asami caminaba con su preciada carga, bien apegado a su cuerpo, lo había extrañado demasiado, Misaki se percató de algo y quiso bajarse.
-Amor, acabo de hacer ejercicio, mi ropa está mojada de sudor, -forcejea para bajarse- te estropearé el traje.
-No me importa, -afianza el abrazo- además, hoy no iremos a la oficina, tenemos que ponernos al día con otro asunto.
-¡Jajaja! Tan temprano y ya quieres cobrar.
-Yo, todavía traigo el horario de Rusia, así que para mí, aún no es medianoche.
-Ya, tienes el famoso jet lag.
Rieron y siguieron hasta el departamento, antes de entrar, Asami vio el coche de Haruhiko.
-Además, tendremos el departamento sólo para nosotros, -le señaló el coche- Haruhiko, viene a por Shinnosuke.
-¡Nos ha visto! -quería bajarse-.
-Tranquilo, ya lo sabía desde antes, en el avión hablamos y me dijo que se enteró por casualidad, pero no me dio detalles.
-Estoy seguro, que ese detalle se llama Shinnosuke, por favor, déjame bajar, iré a saludar.
-Será después, mira... -vieron a Shinnosuke acercarse al coche y a Haruhiko descender para darle alcance y besarle fugazmente- mientras subamos, arriba ya le saludas.
Se adentraron al edificio, seguidos por Takai, al llegar al departamento, Asami llevó al castaño hasta su habitación, lo dejó para que se bañase tranquilo, al salir se encontró con el guardaespaldas y aprovechó para darle el día libre, se lo merecía por cuidar, prácticamente 24 horas a Misaki, Takai lo agradeció con una reverencia, así que corrió a la habitación que ocupaba y se apuró en ducharse, mientras se vestía, hizo una llamada y después se fue, muy contento, había conseguido compañía para ese día, lo único que lamentaba, es que ese día no comería la deliciosa comida, que preparase el castaño.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...