SERÉ TÍO

540 60 1
                                    

-Quiero fotos  -dijo el castaño-  o videos, quiero todo si fuese posible.

Shinnosuke y la doctora rieron, el castaño estaba muy emocionado.

-Puedo hacerlo, pero falta lo mejor -apretó unas teclas en el ecógrafo-.

Misaki si antes lloraba, ahora hacía aguas hasta desbordarse, sus oídos escuchaban lo que para él era lo más hermoso, los latidos del corazoncito de su bebé, parecía un tren a toda marcha.

-Confirmado, tienes poco más de 4 semanas.

-¿Cómo lo puede asegurar? -el pelinegro miraba insistentemente la pantalla-  yo no veo más que esa manchita.

-Porque antes de los 28 días, no es posible oír su corazón,  -le entregaba toallas de papel al castaño-  ya puedes limpiarte y cambiarte.

-¿Me podrá dar un video y fotos, cierto? -insistía el castaño, mientras quitaba los restos de gel de su vientre-  desde ya le armaré su galería a mi princesa.

-¿Cómo aseguras que es una niña, si aún no te dicen nada?

-Tu amigo tiene razón, aún no se puede saber el sexo del bebé.

-Es una corazonada -sonrió y se alejó para cambiarse-.

Dejó a la doctora y amigo confundidos, cuando volvió a aparecer, se sentó frente al escritorio de la doctora y comenzó su propio interrogatorio.

-¿Por qué no he tenido ningún síntoma? ¿Tengo que tomar vitaminas? ¿Cuándo será mi próxima visita? ¿Puedo seguir haciendo ejercicio? ¿...

-¡Jajaja! -la risa del pelinegro lo interrumpió-  respira, deja que la sensei te responda a alguna de tus preguntas y continúa con la siguiente.

-Perdón, es que estoy emocionado y tengo muchas preguntas.

-Tranquilo,  -a la doctora le parecía tierna la reacción del castaño-  yo responderé a todas tus preguntas, como siempre, ahora lo primero es, que tienes que tomarlo con calma, según tus resultados del laboratorio, lo único que está un poco bajo es el hierro,  -se apresuró en seguir hablando, Misaki ya le miraba con ganas de llorar-  no te asustes es normal, ahora te daré una receta con los suplementos que necesitas tomar, a partir de ahora tienes que aumentar el consumo de proteínas, no te excedas con las grasas, eso incluye el azúcar, puedes seguir haciendo vida normal, los y las primerizas por lo general, se asustan de que cualquier cosa puede dañar el embrión, pero te aconsejo que escuches tu cuerpo, el te indicará si te estás excediendo o si algo anda mal.

-Entiendo -soltaba el aire-.

-Respecto a tu falta de síntomas, tal vez aparezcan luego,  -sonríe al verlo-  pero viéndote yo diría que tienes alguno, por ejemplo tienes cambios de humor, pasas de la alegría al llanto, de la calma a la euforia, esos son cambios hormonales.

-Me duelen los pezones ¿eso puede ser un síntoma?

-Sí, para eso, mantén la zona hidratada, cuando lo hagas, masajea en forma circular, usa jabón neutro, no uses agua muy caliente, el ejercicio como la natación, el yoga o pilates, ayuda a estirar y fortalecer la musculatura de la zona pectoral... tomaré nota de tus síntomas,  -tecleaba en su ordenador-  porque como te lo expliqué, nosotros los médicos, trabajamos sobre la marcha respecto a los donceles, toda información recogida, nos sirve para ayudar a otros, mis otros pacientes que están gestando, han tenido síntomas similares; náuseas, vómitos, mareos o antojos... eres el primero de mis pacientes que prácticamente es asintomático.

-Asami-san, tiene los síntomas,  -bromeaba el pelinegro-  por eso lleva tantas semanas con "estrés".

-¿Es eso cierto? -la doctora intrigada- ¿Asami-san tiene esos síntomas?

-Bueno...  -el castaño no sabía si debía hablar-  él ha estado sufriendo algunos síntomas ya más de 2 semanas, con decirle que ahora come preparaciones dulces.

-¡Vaya! -no salía de su asombro-  he visto a padres con el síndrome de Couvade, pero los padecen cuando ya saben que sus parejas están en estado, esto es nuevo,  -seguía tecleando en su ordenador, mira al castaño que se ve conflictuado-  no te preocupes, todo lo que tú me cuentas es confidencial, yo tomo nota de lo que a ayuda médica se refiere, pero sin nombres.

-¿Es posible que los malestares de Ryūichi sean por mi embarazo? Como le dije antes, no quiere visitar al médico, dice que es estrés.

-No te lo puedo asegurar, lo mejor sería que fuese con su médico y le hiciese un chequeo.

-... -suspiró cansado- le volveré a insistir.

-Tal vez la noticia del bebé  -el pelinegro le hablaba seguro-  lo haga cambiar de idea.

-Eso es cierto,  -el castaño sonrió por la idea-  hará lo que sea por el bebé.

-Ya está solucionado,  -la doctora coge unos papeles-  un padre hace lo que sea por sus hijos.

Los amigos rieron, la doctora continuó con las recomendaciones, le extendió unas recetas al castaño, le entregó un pendrive con las imágenes y video de la ecografía y le dejó citado para un mes más, abandonaron la consulta, muy tranquilos, pero en cuanto estuvieron solos, gritaban y se abrazaban.

-Felicidades amigo,  -el pelinegro lo abrazaba y se permitió llorar emocionado-  seré tío, mi primer sobrino.

-Gracias Shinnosuke,  -el castaño se dejaba abrazar y lloraba-  siempre estás conmigo.

-Eres mi hermano,  -deshizo el abrazo y se rascaba la nuca-  pero creo que Asami-san se enfadará porque no estuvo presente.

-Con lo ilusionado que está por que seamos padres,  -limpiaba su rostro-  se molestará por haberle ocultado mis sospechas, pero con todo lo que ha pasado, no quise crearle esperanzas.

-Se le pasará el enfado rápido... -se puso a reír-  ahora sí que tu seguridad será como la del presidente, entre Asami-san, Kirishima-san, Takai y tu hermano, te meterán en una caja de cristal o peor, te envolverán en plástico de burbujas.

-No es gracioso,  -hizo un puchero, imaginando la reacción de todos- ni agradable la que se me viene.

-¡Jajaja! -le daba golpecitos en los hombros-  resignación amigo, resignación. Y ¿cuándo se lo dirás a Asami-san?

-Esta noche, le diré que salgamos a dar un paseo por el parque, así estaremos solos.

-Tanto como solos, no lo creo  -refiriéndose a los guardaespaldas-.

-Bueno, tú me entiendes.

-Sí, sí, vamos ya es tarde, Takai debe estar aburrido esperando.

Pidieron el ascensor y al abrirse las puertas, Takai aparece.

-Hablando del rey de Roma -el pelinegro lo señala-.

-¡Ya! -el castaño asumiendo que a partir de ahora será peor- ... que en el ascensor se asoma.

-Esta es la tercera vez que subo, demoraron mucho -Takai los miraba de arriba abajo- ¿está todo bien?

-Sí Takai, todo bien,  -el castaño sonreía como bobo-  sólo que con la doctora se nos pasó el rato.

-Los jefes estaban preocupados, no respondías al móvil.

El castaño revisó su móvil y tenía llamadas perdidas de Asami y Kirishima, como estaba en silencio no se dio cuenta, chasqueó la lengua.

-Ahora en la camioneta les hablo, sabes si siguen en la oficina.

-Yo creo.

Bajaron al parking y ahí estaban Asami y Kirishima.

-Te lo dije  -el pelinegro le hablaba en el oído-  y eso que aún no saben nada.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora