GRACIAS POR ESE FUTURO QUE PLANEAMOS

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-¿Puedo hacer lo que quiera? -el castaño dudoso-.

-Lo que sea -responde Asami- ¿Qué planeas?

-¿Por qué lo dices? -el castaño se sintió expuesto- aún no he dicho nada.

-Porque conozco esa cabecita tuya.

-Quiero regalarle a mi hermano uno de los coches -el castaño se mordía el labio- y lo demás donarlo.

-Si es lo que quieres, -el ojimiel le sonríe- así se hará.

-¿A quién le donarás lo demás? -el ruso interrogó-.

-Buscaré alguna institución que colabore con niños en situación de riesgo, -el castaño ya estaba maquinando ideas- investigaré a fondo, no quiero que los recursos se pierdan por el camino.

-Me parece admirable lo que pretendes hacer, -Feilong sintió empatía por la causa del castaño y se acarició el vientre- por lo general, esos regalos terminan en algún lugar llenándose de polvo, me has dado una muy buena idea, ahora que vuelva a China.

El castaño asintió muy contento, ya estaba planeando como investigar la mejor institución y cuales serían las mejores formas de hacer llegar las donaciones. Asami le miraba orgulloso, le conoce y sabe que su cabeza ya está trabajando en distintos escenarios. Kirishima no se sorprende, su angelito siempre piensa en los demás. Mikhail y Feilong, aún no se acostumbran a esa manera tan desinteresada y bondadosa de Misaki.

-Misaki -Asami lo sacó de sus pensamientos-.

-Ryūichi -se acercó a la cama- ¿Qué pasa, necesitas algo?

-Ten cariño, -el ojimiel le extendió las flores- esto es para ti, gracias por ese futuro que planeamos y que comienza a materializarse.

-... -Misaki subió al lado de Asami y cogió las flores- gracias a ti Ryūichi, están hermosas, sabes que son mis favoritas, pero ¿ahora vienen combinadas con rosas rosas?

-Las de color rosa, son por Sayumi.

Misaki acariciaba las flores como si de algo muy frágil se tratase, como dice Asami, su futuro anhelado se está materializando y no duda en llorar emocionado, sorbe por la nariz y se abalanza sobre el cuello de su novio.

-Gracias Ryūichi, -le besa, vuelve a abrazarle por el cuello y se queda ahí, hablándole bajito- ya estaba pensando en cómo atacarte por hacerme sentir celos o buscar al responsable y dejarle claro que tú eres mío.

Asami ríe divertido, Misaki es lo que le faltaba a su vida, alguien parecido a él y a la vez muy distinto.

-Y tu mío, gatito huraño, -le respondió al oído- si no tuviese estas cosas conectadas, -refiriendose a la vía intravenosa y otros aparatos médicos- gustoso acepto tu ataque.

El castaño, levantó la cabeza para verle a los ojos, sonrió de lado al ver que Asami no hablaba por hablar, porque al bajar su vista, su novio tenía una muy notoria erección, se mordió los labios y se acercó otra vez.

-¿Y el descarado desvergonzado soy yo? -jaló levemente los cabellos de la nuca del ojimiel- Ni una operación te detiene.

-Siempre serás tú, porque eres el causante de que yo me ponga así.

Los demás sólo veían a la parejita secretearse al oído, ignorándoles por completo, cómo siempre.

-Par de tórtolos, -el chino chasqueaba los dedos- seguimos aquí.

Asami sólo rodó los ojos, la manía de su amigo por fastidiar y Misaki, antes de ponerse de pie, le besó la mejilla a su novio.

-Disculpadme, sólo que me emocioné por las flores -el castaño se excusaba-.

-¿Viste esto Misaki? -Feilong le mostraba un estuche negro- alguien te mandó joyas.

Misaki cogió la cajita y la abrió, dentro estaba la gargantilla de oro, esmeraldas y diamantes que Himura planeaba darle en el parque, leyó la tarjetita y cerró con fuerza el estuche y lo tiró cómo si le quemase en las manos.

A todos les parecía extraña la reacción del castaño, tan inadecuado había sido ese regalo, pensaban.

-Por favor, Kirishima-san, -Misaki, miraba para el lado- no quiero ver eso, destrúyalo, tírelo, lo que sea, no me importa.

-¿Qué te enviaron Misaki? -Asami pensando que era algo peligroso-.

-No es qué me enviaron, -el castaño arrugaba la nariz- sino quién lo envió.

Kirishima tomó el estuche y lo revisó, apretó la mandíbula furioso, Mikhail y Feilong se acercaron, a simple vista sólo se veía una gargantilla muy costosa, no veían nada raro en ello, pero cuando leyeron la nota, entendieron.

-¿Quién lo envía? -Asami preguntó muy serio y extiende la mano a Kirishima-.

-Himura -le entrega el estuche-.

Asami abre el estuche e ignorando la joya, va directamente a leer la tarjeta.


Mi bella flor:
Ya falta poco para tenerte entre mis brazos, ese día quiero que lleves esta joya en tu hermoso cuello.
Siempre tuyo.
H.J.

-Has lo que dijo Misaki -el ojimiel tira el estuche sobre la cama-.

-Piénsalo mejor, -el ruso intervino- esa pieza se nota que es exclusiva.

-No quiero nada de ese hombre, -el castaño gruñó- es asqueroso.

-No digo que te la quedes, -tomó el estuche y revisó la joya- pero puedes venderla, sacarías mucho dinero.

-Para tu causa, -el chino ve a contraluz la pieza de joyería- significaría muchos millones, diría que podrías becar a muchos niños con buena educación.

-Tal vez, tengáis razón, pero igualmente, no quiero verla, -el castaño la ignoraba- Kirishima-san, ¿puede encargarse de ella? cuando tenga claro a qué institución le haré la donación, yo le aviso.

-Claro hijo, yo me encargo de todo, -metía la joya en el estuche y lo guardaba- esto se llama karma.

-¿Por qué lo dice? -Misaki lo ve confundido-.

-El dueño de esta joya, no respetaba a niños a la hora de hacer negocios y buscar beneficios y ahora, gracias a esa joya, muchos niños saldrán adelante.

El castaño asintió conforme, la idea de las becas le parece perfecta, así se asegura de que esos niños, salgan adelante y reciban la ayuda necesaria, hasta que puedan valerse por ellos mismos, pero con bases sólidas.

La mañana se les pasó volando, la entrada del médico para revisar a Asami, los dejó más animados, el ojimiel estaba perfecto, no presentaba ninguna complicación, si seguía igual, podría irse a casa pronto.

Mikhail y Feilong, se retiraron al departamento, tenían que encargarse de sus negocios, su estancia en Japón se había alargado más de lo previsto y no podían descuidarse.

Kirishima, cogió la caja con presentes del castaño y se la llevó, le aseguró que haría lo que le pidió, se encargaría de sacarle los mejores beneficios para su causa, Misaki sólo se quedó con las llaves del coche para su hermano, de lo demás ni se preocupó, él estaba feliz con sus flores.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora