TENGO UNA FAMILIA

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Kirishima, no ha despegado sus ojos de Sayumi, su mente divaga entre sus recuerdos antes de conocer a su angelito, prácticamente toda su vida ha estado rodeada de violencia, ha hecho cosas horribles, en su mayoría a personas tan malvadas o peores que él mismo, con Asami conoció lo más parecido a una familia y la lealtad, pero sólo sintió amor, no del romántico, sino del filial, cuando Misaki le regañó el día que lo obligó a desayunar después de cuidarle toda la noche por una fiebre que le afectó, ese muchacho, sin ningún esfuerzo, se metió en su corazón y se convirtió en su hijo, fue la primera vez que experimentó miedo, cariño y orgullo. Miedo al rechazo, cuando su angelito se enterase a lo que se dedica bajo la superficie, mismo miedo que se esfumó cuando Misaki les aceptó, cariño por su hijo que siempre le recibe con una sonrisa y un abrazo y orgullo, cada vez que presencia en primera fila de lo que es capaz, no sólo en su trabajo, ayudando a los demás y también defendiendo a sus seres queridos. Creyó que su corazón ya estaba pleno, pero llegaron Takahiro y su familia, sobre todo el pequeño Mahiro, ese niño que al igual que Misaki, corre a abrazarle y le llama ojï-san, cada que se ven, jamás imagino, que él, disfrutaría celebrar festividades, cenas o comidas, rodeado de personas que no buscan nada más que hacerle sentir querido. Ahora observa al Takahashi mayor, que llora emocionado y tiene una conversación con su sobrina, para después observarle con algo de ¿agradecimiento? Y hacerle la pregunta...

-¿Quiere cargarla un momento?

Siente el corazón trepidante, hasta le cuesta respirar, sus pies no reaccionan, su cabeza es una maraña de dudas, vacila en acercarse y coger a Sayumi, inconscientemente se mira las manos y aprieta los puños, se siente sucio...

-No, tengo que lavar mis manos primero, -con lejía o agua bendita, piensa- luego...

Un pequeño quejido interrumpió a Kirishima, Sayumi, en brazos de Takahiro, hacía un puchero y estaba punto de llorar.

-¿Qué pasa princesa? -Takahiro, mece a su sobrina para tranquilizarla, pero no funciona- parece que ya tiene hambre -le habla a Asami-.

Apenas Sayumi se quejó, el ojimiel ya estaba sobre su cuñado, para cargar a su pequeña.

-¿Despertamos a mamá? -Asami se acercaba dónde Misaki, que estaba despertando y su princesa ya no escondía su descontento- ya, ya, tranquila cariño.

Misaki, en medio de su sueño, escuchó a su pequeña, a pesar del cansancio, su instinto lo despertó, en la habitación, vio que estaban su hermano y Kirishima, sin prestarles atención, se acomodó en la cama para quedar sentado y recibió a Sayumi, que ahora lloraba de una forma algo rara, se apresuró en abrir su pijama y ofrecer a su hija su pecho, pero no lo aceptaba, se aleja y sigue llorando.

-¿Qué tienes princesa? -el castaño se agobia- Ryūichi, parece que lo estoy haciendo mal, Sayumi no se alimenta -lloraría en cualquier momento, junto a su hija-.

-Tal vez ha ensuciado su pañal, -Asami trata de mantener la calma- déjame revisarla.

Cargó a su hija y la llevó al cambiador para revisar el pañal.

Takahiro se acercó dónde su hermano, que miraba muy preocupado a su princesa e intentaba levantarse de la cama.

-¿Cómo estás hermanito? -Takahiro le ayuda a ponerse de pie-.

Misaki reaccionó a la voz de Takahiro, pero sin dejar de observar a Sayumi, que seguía quejándose.

-Nii-chan, -el castaño habla con su barbilla temblorosa- algo le sucede a Sayumi, no deja de llorar y yo... yo no sé qué hacer -soltó sus lágrimas-.

-¡Shhh! -el mayor lo abraza y lo vuelve a sentar en la cama- tranquilo, los bebés se comunican llorando ¿recuerdas nuestros primeros días con Mahiro y lo que nos decía mi suegra?

-... -Misaki asintió, limpió su rostro y tomó una bocanada de aire- hay que agotar las posibilidades.

-Exacto, -el Takahashi mayor le sonrió- lo primero fue ofrecerle su alimento, el cual fue rechazado, ahora Asami le revisa el pañal...

-Está limpio, -interrumpió Asami, acercándose con su pequeña que no se calla, poniéndole nervioso, más bien ansioso- no creo que tenga gases -se la acomodó para dar golpecitos en su espalda-.

-Ryūichi, tal vez le duele algo, -Misaki estira sus brazos para cargar a su niña- mi vida ¿Qué tienes?

-No ha perdido calor -Takahiro coge una de las manitas de su sobrina- y tampoco tiene fiebre, ponla en tu pecho, tal vez, ahora sí tenga hambre.

El castaño, hace lo que recomienda Takahiro, pero Sayumi sigue rechazándole, respira un par de veces para mantener la calma, la observa y la nota...

-Parece enfadada -Misaki lo dijo con duda y en un susurro, acerca la pequeña a su rostro y besa su ceño- ¿Quién te hizo enfadar cariño? -sonrió por la pregunta, pero más porque Sayumi parecía un gatito erizado, miró a Asami- amor, nuestra pequeña está enfadada.

-¿Enfadada? -el ojimiel se acercó y miró a Sayumi detenidamente- ¿y por qué lo estaría?

-Tal vez... -Kirishima, por primera vez intervino- le molestó que viniésemos a despertarla.

Todos se dieron cuenta, como Sayumi abría más los ojos y los movía. Misaki miró al mayor y se percató que dudaba en acercarse.

-Kirishima-san, -el castaño como siempre, le sonríe- buenos días, acérquese, creo que alguien quiere conocerle.

-Hijo, yo creo que -Kirishima intenta negarse- es mejor que me vaya, otro d...

Otra vez, Sayumi le interrumpió, ya no parecía un gatito erizado, ahora sí era una pantera, ronroneando.

Misaki soltó una risa, imagina los pensamientos de Kirishima, así que decide intervenir.

-Yo quiero que mi padre, conozca hoy -con el índice, masajea el ceño de Sayumi- a mi princesa, a su nieta -recordó el apodo de gatito manipulador y puso ojitos vidriosos a punto de derramar lágrimas- ¿o ya no quiere ser mi padre?

Asami sonríe de lado, leyó las intenciones de Misaki, ahora sólo espera a que Kirishima reaccione.

Takahiro está conmocionado con la escena, su hermanito está sufriendo.

Kirishima, apenas vio las lágrimas retenidas de su angelito, se acercó a su lado para reconfortarle.

-Eso nunca hijo, -se sentó al lado de Misaki y le abrazó- sabes que eres mi ángel.

-Princesa, -el castaño sonrió a Sayumi- siempre contarás conmigo... ¡lo logramos! el abuelo se acercó.

-¿Eh?

Kirishima muy confundido, levantó su cabeza, para darse cuenta que tenía muy cerca a Sayumi, ésta le observaba con sus enormes ojos y ya no lloraba.

-No me digan -Takahiro ríe divertido- que a Sayumi, le molestó que Kirishima-san, no la hubiese saludado.

-Así parece, -Asami se cruza de brazos- Sayumi, no quiere ser sólo una espectadora.

-Quiere ser la protagonista -Misaki también ríe y entrega la pequeña al mayor- ¿cierto princesa?

El mayor no tuvo tiempo para reaccionar y negarse o alejarse, cuando ya tenía a la pequeña en sus temblorosos brazos, tragó en seco, casi no respira, Sayumi sólo le observa, parpadea un par de veces, dejando ver sus preciosos ojitos, ese hecho le sacó una sonrisa... esta pequeña, me tiene en sus manos, pensó.

-Tendré que irme con cuidado -Kirishima besó la frente de la pequeña Sayumi- contigo o bailaré al son que me pongas.

Todos rieron por ese comentario.

-¿Está contento Kirishima-san? -Misaki emocionado-.

-Mucho hijo, ahora tengo 2 nietos, -miró a Takahiro- tengo una familia.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora