LA APUESTA

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Un castaño preparaba el desayuno mientras cantaba y se movía por la cocina, no se dio cuenta que su amigo le observaba.

-Amanecimos contentos hoy -se burló el pelinegro- tuviste lindos sueños.

-De los mejores,  -respondía feliz-  pon la mesa, ya está todo listo.

Desayunaron y después se fueron a la universidad para la última reunión con los organizadores de la fiesta por la graduación. Al final se haría en el local de ocio del barrio de Shinjuku, sería de máscaras o antifaces y podrían hacer uso de todas las instalaciones del recinto, al terminar cada uno pagó su cuota y se retiraron.

Tōdō se fue a la cafetería, donde trabaja de media jornada y Misaki tenía libre un par de horas, decidió ir al centro comercial y dar unas vueltas, le servía para buscar un traje para su graduación y también la máscara para la fiesta. Escogió un traje de tres piezas de corte slim, según él sastre de la tienda, le quedaba perfecto, siguió paseando un rato, hasta que tuvo necesidad de ir al baño, luego buscaría un comercio donde comprar lo de la fiesta, entró, hizo sus cosas, mientras lavaba sus manos, vio que alguien entraba apresuradamente a uno de los cubículos y arrojaba todo lo que traía en su estómago y luego se quejaba exageradamente.

-¿Te puedo ayudar en algo? ¿Quieres que busque a alguien? -el castaño le hablaba a través de la puerta-.

-Sí, si tienes alguna bebida para quitar este mal sabor de boca,  -le respondieron desde dentro-  ahora estoy solo.

-Aquí no tengo nada,  -dijo apenado el castaño-  pero espera unos minutos, ahora voy a por una ¿quieres alguna en especial?

-¿Harías eso por mí? ¿Por qué?

-Sí, porque necesitas ayuda.

-¿Sólo por eso? No tengo nada que ofrecerte ahora.

-Ya te lo dije, porque necesitas ayuda, no busco, ni quiero compensación -el castaño respondía amablemente- ¿me dirás qué bebida quieres o elijo cualquiera?

-Un té de jazmín u oolong, estaría bien,  -respondió más afable, quien estaba en el cubículo-  gracias.

-Ya vuelvo,  -Misaki salió corriendo de los baños-  no tardo.

Quien se encontraba dentro, apenas oyó que estaba solo, cogió su móvil y envió un mensaje.

Sonrió y recibió como respuesta

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Sonrió y recibió como respuesta.

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