GRACIAS MISAKI

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–¡Mmm! Sin duda,  -el chino cerraba los ojos, asintiendo-  esto está exquisito.

–Tiene razón Feilong, tu amigo y Kirishima no exageraban, cocinas delicioso.

–Gracias -sonrojado por tanto halago-.

–Mejor no pudo ser nuestro último día en Japón,  -Feilong levantaba su copa-  un brindis por la buena compañía y exquisita comida.

–¡¡Salud!! -acompañaron los demás-.

–Gracias Misaki,  -el ruso habló-  por este momento.

–¿Qué momento? -confuso el castaño-  no entiendo.

–Esta tarde noche, ha sido muy relajante, hacía mucho que no tenía  -el ruso se señaló a si mismo-  un momento de tanta paz, me siento ligero.

–¿Eh? -fue lo único que le salió al castaño, de verdad no cree que ha sido para tanto-.

–¡Jajaja! -el chino se dio cuenta de la confusión del castaño, tal vez para él eso sea habitual, pero para ellos, que normalmente están rodeados de peligros, estos pequeños momentos son apreciados-  para nosotros estos momentos son escasos, nos la pasamos de viaje o rodeados de personas que normalmente nos ven sólo como un beneficio.

–Entiendo,  -ahora entiende un poco más la mirada fría que tiene Asami a veces frente a los demás, sintió un poco de tristeza por ellos y quiso reconfortarles-  pues cuando vengan otra vez a Japón, podemos repetir.

–Cuidado con lo que dices Misaki,  -Asami sabe de lo que habla-  luego no te los quitarás de encima.

–Que egoísta eres,  -el chino le mira con los ojos entrecerrados-  sólo será cuando vengamos a Japón.

–O podemos compartir en Rusia  -Mikhail habla como si nada-  o China, cuando Asami tenga que viajar por el proyecto, puede llevarte.

–¡NO! -alzó la voz el castaño-  yo tengo que trabajar.

–Pero tu jefe es tu novio,  -el chino cuestiona-  no le veo problema.

–El problema es que Misaki  -Asami sonríe juguetón-  me amenazó con golpearme si interfiero en su trabajo, ya me lo advirtió cuando descubrimos que somos jefe y empleado.

–¡Ryūichi! -rojo hasta las orejas- no digas esas cosas.

–¿Por qué?  -le fascina cuando se sonroja-  si es cierto.

–¿Qué pensarán tus amigos?

–Que al gran Asami Ryūichi,  -el chino divertido-  lo tienen cogidos de las pel…

–CÁLLATE FEILONG  -Asami gritó, por muy cierto que fuese, no tenía por qué decirlo-.

–No me grites idiota.

–Entonces, cierra la boca.

Misaki y Mikhail, sólo miraban como discutían, uno ya estaba acostumbrado así que prefería seguir disfrutando su comida y el otro comprendió que esa era la dinámica del trío de amigos, después de varios minutos de discusión, el castaño creyó que ya era suficiente y decidió intervenir.

–Iré a por el postre  -se levantaba de la mesa y comenzaba a recoger- ¿vais a querer acompañarlo con té o café?

–Yo prefiero café,  -el ruso se levantaba y ayudaba- Feilong, de seguro querrá té ¿y tú Asami?

–Café... -también se ponía de pie y le quitaba los platos al castaño- yo continúo, tú ve a  por el postre.

–Gracias.

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