... el chino cómo siempre fastidiando, les cortó el momento.
-Par de tórtolos, -chasqueó los dedos, frente a sus rostros- no están solos.
-Qué manía la tuya de fastidiar.
-Lo que tú digas, pero el convite es para compartir.
-Fei, tiene razón, -Misaki le tomó la mano por encima de la mesa, para que se calmase- ¡oh! Mira, -le señala los refrescos- han traído las copas.
Asami cogió una copa y se la acercó, antes de probarla la olió, el aroma dulce le agradó, miró a los presentes.
-Que disfruten, -alzó su copa- gracias a todos por venir.
-Y a nosotros, no nos darás las gracias, -el ruso se hizo el ofendido- tuvimos la idea y organizamos todo.
-¿Por qué? Porque tuve que cumplir años, para que vosotros, -señaló al ruso y al chino- me invitáseis algo.
El comentario sacó carcajadas y contrario a lo que pudiesen pensar algunos, el chino y el ruso también se reían muy divertidos, ya que Asami no dejaba de tener razón, es él, quien siempre les recibe en su departamento, se hace cargo de cualquier gasto y nunca les dice nada.
La cena fue de más agradable, comieron y bebieron, entre charlas que iban de anécdotas de cuando iban a la universidad, temas del trabajo, hasta de deportes se habló. Asami por primera vez disfrutó cumplir años, estaba rodeado de amigos y lo más importante estaba sentado a su lado, siempre sonriendo... su dulce, hermoso y desvergonzado novio.
La velada continuó en el salón, Feilong había mandado a mover los sofás, así que quedaba el espacio para una pista de baile y el rededor para sentarse, el chino puso música y con el ruso se pusieron a bailar, Shinnosuke y Misaki les siguieron, bailaban entre ellos, ante la atenta mirada de sus parejas, para Asami era nuevo ver bailar al castaño, lo hacía natural, movía las caderas al son de la música y con cada movimiento lo tentaba, hicieron cambios de parejas, porque nadie más quiso bailar, Misaki con Mikhail, Shinnosuke con Feilong, después volvieron a cambiar, Misaki bailaría con Feilong, pero el chino, antes cambió la música por una más movida y no se le ocurrió otra que reggaetón, se miraron, rieron cómplices y comenzaron a moverse al ritmo de La Bichota de Karol G, estaban ya a mitad de la canción, Misaki le guiñó un ojo a su novio y al tono de; 🎶 pero no pueden con mi pum-pum, con mi pum-pum 🎶 le dio la espalda y movió las caderas de forma seductora.
-Qué es eso de que no pueden -Asami había llegado a su espalda y le abrazaba- con tu pum-pum.
-Ryūichi -se giró y le abrazó por el cuello, sin deja de bailar- ¿sabes bailar esta música?
-No, pero sé moverme -movió la cadera atrayendo al castaño y rozó sus partes bajas- muy bien y sé, que puedo con tu pum-pum.
-¿Cómo estás tan seguro? -aguantó un gemido y se mordió el labio-.
-Porque llevamos cuarenta y cinco segundos moviéndonos -le muerde el cuello y le susurra al oído- y tú, ya estás mojado.
-¡Ryūichi! -jadeó, como deseaba que estuviesen solos-.
Se besaron mientras la música daba sus últimos acordes, la voz del ruso, les hizo separarse.
-Haremos otro brindis, -el guardaespaldas entregaba copas a todos- pero esta vez, por la buena compañía, -alzaba la copa- ¡salud!
-Bien dicen que disfrutar la vida, es vivirla con alegría, pero sobre todo, rodeados de buena compañía, -Asami también brindó- gracias por esta noche.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...