TENGO QUE... PEDIR PERMISO

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Asami se levantó temprano, hoy por fin vería a su castaño, hizo unas llamadas y luego se metió al baño, al rato salió ya vestido, cogió su móvil y cartera y se fue en busca de su novio, como siempre iba en camioneta, llegó y le marcó.

-Hola cariño...¿quieres que suba?... no, no me molesta... está bien, dime cuál es tu piso y departamento... nos vemos ahora.

Se sintió extraño, jamás ha tenido que conocer a los amigos o familia de sus otras relaciones... en cambio ahora, aquí va subiendo "a pedir permiso" para salir con su novio, quien lo viese, se burlaría de él, seguro, sonrió negando con la cabeza, pero por Misaki, lo que sea.

                    ☆

Misaki, estaba listo esperando a Asami, cuando le llamó.

-Hola cielo, ¿puedes subir?... sí, ¿te molesta?... mi amigo, que está actuando como un "padre" -miraba a Tōdō- quiere conocerte...el piso es el ## Y el departamento ##, nos vemos.

Tōdō que estaba en la sala, sólo asintió satisfecho, al escuchar que el novio de Misaki subía.

Sonó el timbre y el castaño corrió a abrir, apenas abrió la puerta y ya se había lanzado sobre el mayor, le besaba con ansias y abrazaba por el cuello, sintió como era levantado y apresado por unos enormes brazos.

                    ☆

Asami subió al piso indicado, llegó al departamento y tocó el timbre, en cuanto se abrió la puerta, un castaño le saltó encima abrazándole por el cuello y besando, mejor recibimiento no pudo esperar, lo cogió de la cintura y levantó para acercarlo más.

-Me hiciste falta  -el castaño hablaba, recuperando el aire, pero sin soltarse de su agarre-.

-Y tú a mí -hundiendo más su cabeza, en el cuello del castaño-.

Una voz, los sacó de su burbuja.

-Siento interrumpir, pero -el pelinegro se cruzaba de brazos- al menos, deberíais cerrar la puerta  -aguantaba la risa, su amigo estaba sonrojado-  y no dar espectáculos en público.

-Lo siento,  -el castaño sonrojado de vergüenza, más no arrepentido, se mordía el labio-  pero no me pude contener.

Asami se dio cuenta de que el pelinegro, se estaba burlando del castaño, le gustó que fuese alguien preocupado por Misaki, pero más le gustó la respuesta de éste.

-Cariño, ¿no nos vas a presentar?

-Sí, Asami, el es mi amigo, mi hermano y ahora mi "padre" Tōdō Shinnosuke,  -riendo, le señala con la mano a su amigo-  Tōdō o "padre", el es Asami Ryūichi, mi novio -hizo el mismo gesto que antes, pero a la inversa-.

-Un gusto Shinnosuke.

-El gusto es mío Asami-san, por fin conozco al que tiene a mi amigo tan feliz.

-Me agrada saber que te preocupa el bienestar de Misaki.

-Siempre me voy a preocupar por él.

-Siendo así, te lo encargo...

-¡Ya!, pueden dejar de hablar de mi  -el castaño interrumpió-  como si no estuviese.

-¡Silencio! Estamos hablando los mayores,  -Tōdō se cruzó de brazos y le hablaba serio-  no interrumpas.

3, 2, 1... carcajadas entre Shinnosuke y Asami.

-No tiene gracia -hizo un puchero, el castaño-.

Asami, estaba muy entretenido, hacía mucho que no reía con ganas, ese pelinegro le agradó, aún riendo, abrazó a Misaki y le mordió el labio, para deshacer el puchero.

-No te enfades, sólo nos preocupamos por ti -dio un corto beso-.

-Lo sé, pero me estabais ignorando.

-Ya Misaki,  -el pelinegro le palmeaba el hombro y se acercaba para hablarle al oído-  ahora me quedo tranquilo, se nota que Asami-san te quiere.

Misaki, abrió los ojos como platos ante tal afirmación, ¿es cierto que Asami me quiere? pensaba, giró su rostro y le vio de pie, que lo miraba con ¿amor?, estaba tranquilo, sonreía, vestía informal y... ¡Por Dios! que guapo está este hombre, se decía para si.

El mayor le alzó una ceja, se sintió descubierto en sus pensamientos e inevitablemente se sonrojó, el mayor le abrazó, mientras reía sutilmente.

-¿Te he dicho, que eres hermoso? Y ¿lo mucho que me gustan los cambios de tus ojos?

-Sí, pero creo que exageras  -hundía su cara en el gran pecho de Asami-  y ¿tan fácil soy de leer?

-Ya te lo he dicho, eres natural, auténtico, sin dobleces  -le agarraba de las mejillas-  y no exagero, eres hermoso, en todos los sentidos.

Tōdō los miraba un poco incómodo, ese par, se olvidó que él estaba presente, pero igualmente estaba feliz por su amigo, encontró a alguien que se nota que le quiere.

-Bueno,  -carraspeó-  yo me retiro, que tengan un buen día.

Asami y Misaki, salieron de su burbuja.

-Gracias Shinnosuke,  -Asami le extendió la mano-  un gusto conocer al gran amigo de Misaki.

-Para mi también  -respondió el apretón de mano-  ha sido un gusto conocer al novio de mi amigo, nos vemos  -se retiró a su habitación-.

-Nos vemos amigo,  -el castaño le abrazó y le habló bajito-  gracias por todo.

La parejita se quedó sola, en la sala.

-Me agradó tu amigo  -abrazando al menor-  ¿estás listo para pasar el fin de semana conmigo?

-Sí  -afianzó el abrazo-  ¿Dónde iremos?

-Para empezar, a desayunar -bajó a besarle-.

Misaki no tardó en responder el beso, se besaban con ansias, tantos días sin verse los estaba volviendo loco a ambos, pero como el aire es necesario para subsistir, tuvieron que detenerse.

-Vamos,  -pasa el pulgar por el labio de Misaki y éste, cerraba los ojos-  tu boca es adictiva.

-¡Asami!  -no abría los ojos e inclinaba la cabeza hacia el lado, buscando el contacto de la mano del mayor-.

-Me encantan tus reacciones, cuando te toco.

-Es que me gusta cuando lo haces, ya te lo dije, me siento calentito  -se toca el lado del corazón con la mano abierta-.

-Misaki me tienes en tus manos y tú ni cuenta te has dado.

-¿Eh? ¿Cómo en tus manos? -le miraba confuso-.

-¡Jajaja! Yo me entiendo  -le dio un beso en la cabeza y le cogió la mano-  ¿vamos?

-Sí, ya tengo hambre  -su estómago reclamó-.

-Ya,  -rió burlón-  ya me di cuenta,  -caminaban para salir de casa-  vamos a nutrir tu cuerpo.

Salieron del edificio y se montaron en la camioneta, iban en silencio, no era incómodo, hasta que Asami habló.

-Sé que prefieres lugares sencillos, pero por hoy déjame mimarte.

-Está bien, pero sólo porque tengo hambre,  -sonrió-  para la próxima, desayunamos en casa.

-¿Prepararías, el desayuno para mí? -recordó el sabor de su comida- ¿Sabes cocinar? -tiene que fingir-.

-Encantado te haría el desayuno,  -habló emocionado-  tal vez no sea lo que estás acostumbrado a comer, pero dicen que mi comida sabe bien.

-No te creas, yo prefiero el desayuno tradicional japonés y estoy seguro que me encantará si me lo preparas tú.

-¿Cómo estás tan seguro?

Asami sólo sonríe de lado y aprovecha un semáforo en rojo, para tomar la mano de Misaki y besarla.

-Sólo lo sé.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora