Pasada la Navidad, Asami cumplió su palabra de comenzar a buscar las cosas para su princesa, él mismo estuvo visitando tiendas especializadas en muebles, ropa, juguetes, accesorios o cualquier cosa que Sayumi pudiese necesitar, eligió lo mejor.
Misaki le acompañó durante los dos días que duró la travesía, no se oponía a la idea, sólo que Asami no entendía, ni escuchaba razones, compraba prácticamente todo lo que veía, lo estaba volviendo loco, también tuvo que lidiar con personas que constantemente les fotografiaban y hablaban a sus espaldas, los guardaespaldas tuvieron que intervenir en una ocasión que unos curiosos se acercaron mucho a él, detallándolo de arriba abajo, para muchos aún es raro ver a un hombre embarazado. Ahora iban en la camioneta en dirección al departamento.
-Sigo pensando -Asami se sujetaba el mentón con su pulgar e índice- que debimos comprar la otra cuna, era más grande y más ropa.
-Ryūichi, -Misaki suspiraba- la que escogimos es perfecta, la barandilla de seguridad es ajustable, en la otra cuna hasta yo entraba en ella ¿para qué tan grande? Y ya te dije, la ropa le quedará pequeña pronto y habrá que volver a comprar, estoy seguro que mucha de la que compraste, no la usará.
-¿Y sí se cae de la cuna? -papá exagerado- los bebés se mueven.
-Amor, tú lo has dicho, es un bebé, -el castaño le habla calmado- por mucho que se mueva, no caerá, a lo mucho puede chocar con los barrotes de la cuna y para evitar daños, fue que elegí el protector.
-No me fío, lo mejor será ponerle un guardaespaldas.
-Eso sí que no, -Misaki está perdiendo la paciencia- suficiente seguridad tendrá con ese vigila bebés que encargaste, parece más un equipo de espionaje.
-Me lo recomendó Kirishima, es lo último en seguridad y nunca será suficiente para cuidar de mi pequeña.
-Vosotros sois unos exagerados.
-... -Asami buscaba algo en su móvil- ¿te parece que contacte con una decoradora?
-¿Decoradora, para qué?
-Para que se encargue de todo, tú sólo escoges colores y estilos.
-Kirishima-san, Takahiro y tú, me tratáis como si estuviese enfermo y no lo estoy, -hablaba frustrado a punto de llorar- estoy embarazado y la habitación la quiero decorar yo, si quieres puedes ayudar.
-Quiero hacerlo -abrazaba y besaba la cabellera castaña- ¿de qué color?
-Desde que Sayumi se me apareció en sueños y confirmé mi embarazo, tengo un color en mente.
-Rosa, -sonrió Asami- cómo las flores de sakura.
-¿Lees mi mente? -le miraba con los ojos entrecerrados-.
-No, -le besaba la punta de la nariz- pero a mí me pasa igual.
-Ese será el color -tomó las manos de Asami y las llevó a su vientre- ¿Y a ti Sayumi, te gusta el rosa? -ambos rieron por la patada que dio la pequeña- eso me lo debería tomar como un sí.
-Decidido, el cuarto de la princesa será rosa.
-Del todo no, -se alarmó el castaño- de lo contrario parecerá un algodón de azúcar.
-¿Cuál es tu idea? -el ojimiel alza una ceja- tú cabecita está trabajando en algo.
-... -soltó una risa- quiero que una de las paredes tenga la pintura de un árbol de sakura, simulando la caída de los pétalos, así el rosa predominará, sin la necesidad de pintar una pared al completo y el resto de blanco, para que sea luminosa.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...