¿GOFRES?

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... yo también te necesito.

Sin más que decir, se besaron e iniciaron a despojarse de sus ropas, la piel les quemaba con cada beso, con cada caricia, aumentando más su deseo, Asami estaba sobre el castaño, preparándole, cuando creyó tenerlo listo, Misaki con un movimiento hábil, cambió posiciones y quedó sobre él y tomó el control, levantó las caderas, alineó la erección de Asami en su entrada y se dejó caer, el gemido de ambos se oyó alto en la habitación, el ojimiel haciendo uso de la fuerza de sus abdominales, se incorporó quedando sentado con Misaki sobre él a horcajadas, se miraron dándose cuenta de cuanto se habían extrañado, el deseo se reflejaba en los rostros sonrojados, las respiraciones entrecortadas, los ojos dilatados y cristalinos y algo que el castaño, nunca había visto, una lágrima de placer rodaba por la mejilla del mayor, provocándole un espasmo y calor en el vientre, cogió las mejillas de Asami, con su pulgar limpió la lágrima y le besó, cadencioso, delicioso, no había prisa... inició a moverse, arriba abajo, primero lento, disfrutando el sentirse invadido hasta lo más profundo, pero a los minutos el movimiento aumentó ayudado por el mayor, que lo alzaba de las caderas y lo dejaba caer. Asami ansiaba alargar el momento, pero después de casi dos semanas de no hacer el amor, su cuerpo buscaba liberarse, movía su cadera para profundizar más si era posible las estocadas, el castaño sobre él también estaba listo, lo sentía por cómo le apretaba, dio un par de estocadas y se enterró profundo, vaciándose en el interior de Misaki y éste otro se vino manchando sus abdómenes, se recostó de espaldas, llevándose sobre él al castaño, se quedaron quietos, recuperando el control de sus respiraciones. Esa noche a pesar de que se deseaban, hicieron el amor sólo una vez, Misaki se rehusó a seguir, aludiendo a que Asami debía descansar y recuperar fuerzas y el mayor no le discutió, ya que estaba en lo cierto, se sentía aún débil, así que se acomodaron y durmieron abrazados.

                         ☆

Himura estaba en su escondite, llevaba semanas planeando como acabar con Asami, no volvió a ese parque, no porque no quisiese, sino que estaba seguro, que si veía al castaño, no iba haber nadie que evitase llevárselo a la fuerza y él; primero quería quitar de su camino a Asami y después acercase al castaño, porque sigue con la idea de que su "bella flor" había despertado sentimientos por él, los cuales iban a florecer una vez que Asami desapareciese de sus vidas... Así que ahí estaba revisando fotos, hace unas semanas por motivo del cumpleaños de Asami y conociendo sus exquisitos gustos, utilizando otro nombre, le envió una botella del mejor y más caro whisky, la cual había manipulado, poniéndole veneno, que lentamente iría matándolo, sería indetectable y el golpe final se lo daría el día de la fiesta, donde ya había conseguido infiltrarse.

-Ya falta poco,  -miraba unas fotos de Asami, donde se veía pálido-  al fin serás mío mi "bella flor".

                   ☆

Misaki despertó temprano, a su lado Asami dormía plácidamente, le dejaría dormir, total es el dueño, que más da si llega tarde a la oficina, se levantó en silencio, se metió a bañar, se puso su ropa y se fue a la cocina, le dejaría preparado el desayuno, mientras cocinaba, recordó que la noche anterior el mayor había comido preparaciones dulces, así que por si acaso haría algunas, estaba terminando cuando alguien le asustó.

-Buenos días Misaki  -Feilong entraba en la cocina con un kimono de seda-  ¿qué tanto haces?

-Me asustaste Fei, buenos días,  -daba la vuelta a una tortita-  estoy dejándole el desayuno listo a Ryūichi y también para vosotros.

-Gracias, pero ¿no crees que es mucho?

-No sé qué querrá comer Ryūichi hoy, anoche me pidió tortitas y se las comió, no las vomitó.

-¿Asami, tortitas?  -se tentó de un gofres y cogió uno-  estamos hablando del mismo Asami Ryūichi,  -abría el frigorífico-  quiero queso y jamón para mi gofre, no los encuentro, no he dicho nada, aquí encontré el queso.

-El jamón está en la isla  -el castaño veía extrañado al chino-  ¿de verdad le pondrás queso y jamón al gofre? Lo digo porque estos son dulces.

-Sí, se me antojó -terminaba de poner el jamón y daba un mordisco-  ¡Mmm!

-Esto es raro, creo que sigo durmiendo.

-¿Por qué?

-Ryūichi comiendo; primero galletas, luego tortitas con sirope de fresa y tú combinando un gofre dulce con queso y jamón.

-¡Jajaja! -interrumpió el ruso y se acercó al chino- ¿cómo amaneciste? -acarició levemente su vientre- buenos días Misaki.

-Con hambre,  -el chino daba otro mordisco a su gofre-  vi los gofres que preparó Misaki y se me antojaron.

-Buenos días Mikhail  -no le pasó desapercibida la acción del ruso-.

-Así que Asami comió tortitas,  -el ruso rio-  eso quisiese verlo.

-No es para tanto,  -el castaño terminaba-  varios días casi sin comer y vomitar lo poco que consumía, debió descompensarlo y su cuerpo le pide azúcar.

-Y hablando de Asami ¿cómo pasó la noche?

-Bien, después de comer y no vomitar, durmió toda la noche, me levanté pronto para dejarle el desayuno listo y también preparar mi comida antes de irme a la oficina, incluso sigue durmiendo, no lo despertaré.

-Ya no,  -Asami entraba en la cocina-  ¡buenos días!

-¡Buenos días! -respondieron sus amigos-.

-Cariño ¿cómo sigues?

-Bien, he descansado,  -daba un beso al castaño-  tengo hambre,  -vio la isla con distintas preparaciones y las náuseas volvieron, se alejó de la isla-  pero creo que hoy tampoco desayunaré.

-Asami,  -el chino hablaba mientras mordía su gofre-  intenta comer algo.

-¿Qué comes?  -vio al chino comer con tantas ganas que se le hizo la boca agua-  ¿es dulce?

-O sea es cierto  -el ruso se reía-  ¿ahora comes dulce?

-No, sí... -saboreaba sus labios-  quiero lo que está comiendo Feilong.

-¿Gofres, estás seguro? -el castaño ya piensa que está loco-  lo digo porque Fei ha mezclado dulce con salado.

-Quiero probar.

El castaño, aún dudando, le preparó lo que quería, le pidió que lo esperase en el comedor, porque si seguía viendo la comida iba a terminar vomitando, se lo llevó junto a otros gofres sin nada, tortitas, jamón, queso, miel, sirope, mermelada y una taza de té.

Los demás desayunaron en la cocina, Feilong a pesar de haberse quejado de que era mucha comida, comió de todo, Misaki casi se ahoga con el té, cuando vio al chino; primero al salmón le puso una cucharada de mermelada y después a la ensalada de frutas un pepinillo agrio y Mikhail lo alentaba a que siguiese comiendo... Asami ve todo eso y vomita seguro, pensaba Misaki.

-Esto me recuerda a mi cuñada  -susurraba el castaño mientras veía al chino-  ¿será eso?

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora