Caminar hasta la tumba de sus padres, es difícil para Misaki, que de los nervios aprieta la mano de Asami y los bouquet de rosas blancas y amarillas que había mandado a preparar, pocas veces ha visitado a sus progenitores, Takahiro nunca le ha obligado, por lo general el mayor viene solo o con su familia, ahora mientras avanza a paso lento hasta ese lugar, se le viene el último recuerdo que tiene de ellos, dónde les pide volver rápido a casa y luego verse solo con su nii-chan, no hay día en el que no se culpe de ese accidente, de ser una carga para su hermano, si tan sólo no hubiese sido caprichoso, sus padres estarían vivos, es el sentir recurrente del castaño.
Asami a su lado, sólo guarda silencio, se hace una idea de los pensamientos de Misaki, ni él, ni nadie, ha logrado quitarle ese sentimiento de culpa, su castaño insiste hasta el cansancio que por su causa, sus padres tuvieron ese accidente donde perdieron la vida, ese es uno de los motivos por los que estuvo ausente de la oficina estos días, se reunió con Takahiro y le pidió detalles de esa noche, luego con la información recabada cobró algunos favores y obtuvo pormenores que los hermanos Takahashi desconocen, espera que con lo descubierto, más esta visita, Misaki quite de una vez por todas, esa carga que lleva sobre sus hombros.
Tras ellos, Takai en completo silencio, carga con un cubo con agua para la limpieza y las flores.
Parados frente a la lápida de la familia Takahashi, iniciaron con la ceremonia, Asami con respeto, ayudó a Misaki con el Osoji (limpieza de la tumba), del cubo con agua y con ayuda del cazo de madera, vertió agua sobre el cuerpo de la lápida, el castaño, que no ha parado de llorar desde comenzó, con un trapo repasó el mármol donde están grabados los nombres de sus padres, no fue necesaria una limpieza de los hierbajos, ya que Takahiro se encarga de que alguien, cada quince días, haga el mantenimiento, pidió apoyo para ponerse de rodillas y hacer su ofrenda, Osenko y Ohana (incienso y flores), los acomodó en los soportes.
Asami y Takai, no interferían en nada, guardaban silencio por respeto a los antepasados, sólo si Misaki lo requería le ayudaban, pero siempre en completo mutismo, a ambos se les recogía el corazón al verle llorar por sus progenitores, el ojimiel, ayudó al castaño a levantarse y antes de que iniciase el Oinori (oración), le habló.
-Misaki, cariño... -le extendía una carpeta- antes de que hagas tu oración, es importante que veas esto.
El castaño no entendía que podía ser tan importante, como para interrumpir la ceremonia, pero la mirada convencida de Asami le persuadió de tomar la carpeta, era un informe de la policía, a medida que leía sus lágrimas caían con más intensidad, haciéndole imposible leer, pestañeaba repetidamente para continuar con la lectura, al terminar levantó su vista de esa carpeta y miró a su novio con ojos vidriosos y su barbilla tiritando incesantemente.
-¿Por qué tienes esto? Takahiro y yo, no sabíamos nada.
-Estuve investigando, -se acercó a Misaki que parecía a punto de caer- lo que me habéis contado, tu hermano y tú de esa noche, es muy superficial, demasiado escueto, sentía que faltaban detalles.
-Aquí... -el castaño hipando- aquí dice que mis padres...
-Sí cariño, -continuó, ya que Misaki por el llanto no podía- tus padres, esa noche de lluvia, no se estrellaron por exceso de velocidad, esa información fue el peritaje inicial y por mala gestión, fue el informe que dieron a sus familiares, en este caso a tu hermano Takahiro.
-Esa noche, hubo otro coche involucrado, -sorbía por su nariz- que fue el causante del accidente y -volvía a llorar- salió huyendo, sin prestar auxilio a mis padres.
-Así es cariño, -trataba de limpiarle las lágrimas con las manos- ahora puedes quitarte esa culpa que nunca debiste cargar, lo único malo, es que nunca se dio con el otro conductor, cobré algunos favores, hablé con algunos oficiales de esos años, pero fue imposible, la carretera donde ocurrió el accidente, no tenía cámaras, tampoco hubo testigos.
-Tal vez... tal vez mis padres... -el llanto le dificulta hablar- ellos, pudiesen estar vivos.
-No cariño, -lo abraza con intensidad- no puedo mentirte, tus padres murieron al instante, se podría decir que no se dieron cuenta, no sufrieron.
-Eso me tranquiliza, que no hayan sufrido, gracias Ryūichi, -se aferraba al pecho de Asami- desde esa noche, me he sentido culpable, ahora sólo me queda el dolor de haberles perdido.
-Ese dolor menguará con el tiempo, has sanado tu alma y dará paso a la resignación, -besa la colorada y fría nariz del castaño- sólo tienes que guardar esos bellos recuerdos de tus padres y recordarles con cariño.
Misaki asintió, cogió de la mano a Asami y se giró para ver la tumba de sus padres, de su bolso sacó un juzu (rosario budista).
-Este juzu, -envolvía sus manos entrelazadas con el rosario- perteneció a mi madre, yo de pequeño lo encontré entre sus cosas y lo guardé todos estos años.
-¿Estás seguro? Esto... -refiriéndose a la oración- es algo íntimo.
-Sí, muy seguro, -besó la mano de Asami- eres el hombre de mi vida, el padre de mi pequeña, quien me devolvió la calma, gracias a ti, hoy rindo honor a mis padres sin culpas, eres mi familia.
Asami besó de vuelta la mano de Misaki y guardó silencio para continuar con el Oinori, durante unos minutos cada uno pedía a los antepasados, de distinta manera pero al final el mismo deseo, protección para sus familias y amigos, al terminar se reverenciaron frente a la lápida. Misaki cogió el juzu, lo besó y lo guardó de vuelta en su bolso, se sentía más liviano.
-... -Misaki tiró levemente la mano de Asami que seguía viendo la lápida- ¿amor?
-Quiero presentar mis respetos, ya lo hice con Takahiro -sonrió de lado- y con Kirishima, ahora es el turno de tus padres.
-¿Eh?
Asami continuó.
-Señores Takahashi, -hizo una reverencia- sé que soy el tipo de hombre que jamás hubieseis querido como yerno y padre de vuestros nietos, soy un cabrón, el mismo diablo, un hijo de p...
-¡Ryūichi! -Misaki le manoteó el brazo- no digas esas cosas.
-... -Asami rio, tomó la mano de Misaki y la besó- pero amo a vuestro hijo, Misaki es lo mejor que ha llegado a mi vida y me aseguraré cada día de hacerle feliz, con acciones demostraré mi lealtad e infinito amor.
-Yo también te amo, -el castaño miró la lápida e inclinó su cabeza- padre, madre, éste es Asami Ryūichi, el amor de todas mis vidas, mi alma gemela, el padre de la pequeña que llevo en mi vientre y de los futuros hijos que queremos tener, tengan la tranquilidad que soy feliz, él se ha encargado de que lo sea.
-Cariño, -Asami puso a Misaki frente a él- sé que a veces las cosas no son fáciles, pero ¿qué cosas que valen la pena lo son? no te prometo un final feliz, pero sí, un cada día que valga cada minuto... -se arrodilló y sacó del bolsillo de su abrigo, una cajita negra, que la abrió frente al castaño- Misaki ¿Aceptas ser mi compañero de vida? ¿Quieres casarte conmigo?
ESTÁS LEYENDO
Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...