... ¿gustaría cortar el cordón umbilical?
El ojimiel no se lo pensó dos veces, limpió su rostro con sus propias manos y tomó las tijeras, vio cómo la doctora ponía una pinza blanca con una etiqueta cerca del ombligo de su hija y luego otra, del tipo quirúrgica, unos 20 centímetros después de la otra.
-Ya puede hacerlo, el cordón ha dejado de latir, hágalo... -le indicaba el espacio entre ambas pinzas- más cerca de la primera pinza.
Asami obediente y sin dudas, cortó el cordón umbilical, a pesar de que el sonido le haya parecido esponjoso. Luego volvió con sus amores, embelesado miraba a su princesa alimentándose, mientras Misaki, que no dejaba de llorar, delineaba con total delicadeza, el rostro de Sayumi.
Aoki-sensei se alejó unos metros, para darles intimidad, mientras apuntaba datos en el ordenador y luego preparaba lo necesario para la revisión de madre e hija y la primera vacuna de la recién nacida.
-Ryūichi, -Misaki sin dejar de ver a su pequeña- acepto la escolta para Sayumi, pero quiero a los mejores.
-¿Qué te hizo cambiar de opinión?
-El instinto, supongo, -miró a Asami con determinación- no dudaré en mancharme las manos, si alguien se mete con mi familia.
Asami lo estrechó entre sus brazos, besó los cabellos castaños y luego la frente de su pequeña princesa.
-Tal vez, -Asami siente como se forma un nudo en su garganta- hubieses querido otro padre para tus hij...
-Escúchame bien Asami Ryūichi, -el castaño le interrumpió y con su mano libre levantó el rostro del ojimiel, que tenía los ojos rojos y vidriosos- nadie, nadie es mejor padre para nuestros hijos que tú, sé lo que estás pensando y no quiero que cambies, yo te conocí, me enamoré y te amo, así tal cual eres.
-¿Siendo un cabrón, que arrastra mil demonios, -el ojimiel derramó un par de lágrimas- los mismos que siempre nos atormentarán?
-El paquete completo, -secó las lágrimas con su mano- te amo Ryūichi.
-Y yo te amo Misaki, -besó al castaño cadencioso- eres lo primero y mejor que me ha pasado en la vida y ahora me regalas el honor de ser padre -acarició la cabecita de su princesa- de esta preciosa gatita...
Asami no siguió hablando, porque Sayumi, dejó de alimentarse, arrugó el ceño y abrió enorme los ojos, su mirada era fiera, ocasionando la risa de sus progenitores.
-¿Qué pasa cariño? -el ojimiel sonreía como bobo- no te gustó que te llamase gatita ¡Jajaja! -reía por el leve gruñido de la pequeña-.
-Mi princesa, -Misaki besaba el ceño de Sayumi- tu papi sólo lo dice de cariño, aunque más que gatita, ahora pareces una pantera a punto de atacar ¡Jajaja! ya veo... -reía porque la pequeña, cerraba sus preciosos ojitos, volvía a prenderse de su pezón y seguía alimentándose, el castaño se dirigió a Asami- Ryūichi, nuestra pequeña no es gatita, es una copia de ti, una mini pantera.
-Tal vez no necesite escolta, -Asami con su pecho inflado de orgullo- quizás, sólo un buen entrenamiento.
El ojimiel sin pensarlo mucho, sacó su móvil y fotografió a su pequeña, sobre el pecho de Misaki, luego vio la imagen y movía sus dedos por el dispositivo, el castaño le miraba intrigado.
-¿Qué tanto haces?
-Me he adelantado, -le mostraba la pantalla del móvil a Misaki- nadie me quitará la exclusiva.
Misaki, veía la imagen que acababa de sacar Asami y que luego había subido a sus redes sociales, etiquetándolo a él y con el rótulo "Bienvenida Asami Sayumi".
-¿Tú tienes redes sociales? -incrédulo el castaño- ¿desde cuándo?
-Desde siempre, pero casi no las utilizo, Kirishima es quien las maneja, -guardaba su móvil- por lo general, sólo anunciamos nuevos proyectos o cosas de negocios, es la primera vez que publico algo personal.
-Ahora ya no tendremos tranq...
Ambos móviles comenzaron a sonar, interrumpiendo al castaño.
-Eso iba a decir, se acabó la tranquilidad, -el castaño suspiraba, sin dejar de ver a su pequeña- por lo menos aún es de madrugada, eso evitará las visitas.
-Silenciaré los móviles -Asami ya casi se está arrepintiendo de su espontaneidad- y llamaré a los muchachos para que vigilen las entrada de la clínica.
Misaki sólo asintió, sin levantar su cabeza, toda su atención la tenía en Sayumi, que ya no se alimentaba, sólo se había acomodado en su pecho y dormitaba.
-Ahora que ha dejado de alimentarse, -Aoki-sensei se acercó con una mesita con material médico- seguiré con la revisión, -la doctora movía el estetoscopio por la espalda de la bebé, recibiendo un quejido, sonrió y le hablaba- lo sé, está frío, pronto acabaré, -se dirigió al castaño- dale la vuelta, -la sensei repitió la acción anterior, pero en el pecho de la recién nacida- lo que pensaba, está perfecta, Asami-san, -le habló a un vigilante padre- por favor, cargue a la bebé y póngala sobre aquella camilla -le indicaba una especie de cunero-.
Obediente, el ojimiel cargó a su pequeña y la puso donde le indicó la sensei, vio como en realidad era una báscula con un medidor incorporado, Sayumi al verse lejos del calor de sus padres y sentirse manoseada por otras manos, comenzó a llorar y a mover sus brazos y piernas, Asami apretaba los puños, aplacando su instinto que le decía que su hija le necesitaba, no se movió de su lado, vio cómo era revisada y por suerte la doctora acabó rápido.
-Ya puede cogerla, -sensei apuntaba en su ordenador- veamos, peso 2,620 kilos y mide 49,5 centímetros, Asami Sayumi, bienvenida al mundo, -se acercó a la mesita que había traído antes- Asami-san, sostenga la pierna flexionada de la pequeña, pondré su primera vacuna.
Rápidamente Aoki-sensei inyectó uno de los muslos de Sayumi, quien apenas se removió en el pecho de su padre, Asami besaba los cabellos de su pequeña y le susurraba algo al oído.
Misaki vigilaba cada movimiento que hacía Aoki-sensei, estuvo a punto de levantarse de su cama, cuando su pequeña lloraba, sólo el agotamiento y el dolor en sus caderas se lo impidió, pero su corazón latía desbocado, necesitaba a su hija.
-Ahora revisaré a la madre -la sensei, se ponía unos guantes- ¿Cómo te sientes Misaki?
-Agotado y dolorido de las caderas, -cerraba los ojos, al sentir la invasión de una de las manos de la doctora- también siento leves contracciones -cambió el tema de repente- ¿cómo está mi hija sensei?
-No tienes hemorragia, los desgarros son leves, -sensei se quitaba los guantes- no habrá necesidad de poner puntos, esas contracciones son entuertos y tu pequeña está perfecta, ya os lo dije -respondió al ver la impaciencia del castaño- ¿recuerdas los cuidados post parto?
-Muchos líquidos, -enumeraba Asami, sin dejar de ver a Sayumi, que dormía sobre su pecho- evitar esfuerzos, nada de baños en bañera, comer saludable...
-Estimular mi útero -interrumpió el castaño- con masajes, para que se contraiga más rápido, eso evitará las hemorragias y para que los entuertos sean menos intensos, -Misaki hacía un repaso mental- mantener una buena higiene, descansar y la peor de todas las recomendaciones, nada de sexo durante 6 semanas -lo último lo dijo, muy inconforme y secundado por el ojimiel-.
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Gracias a tod@s, por sus mensajes de apoyo, a pesar de no conocernos, estoy enormemente agradecida... me hacía falta un desahogo, soltar algo de lastre, para continuar.😘 salud y saludos para tod@s.
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...