¿RYŪICHI ERES UN MAFIOSO?

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-Está bien, no insistiré, te llamaré a diario.

Volvieron a besarse, poniendo algo de freno a las ansias, el ruido en la puerta lo hizo separarse.

-Señor,  -carraspeó-  ya está todo listo, en dos horas nos vamos.

-Misaki, te quedas a cargo, cualquier cosa nos llamas.

-Sí, no os preocupéis, vayan tranquilos, nos vemos en unos días.

-Ten,  -Kirishima le extendió una tarjeta-  estos números son de los guardaespaldas que nos acompañan o -giraba la tarjeta- esté número es de uno de los guardaespaldas de confianza, él se queda en Japón, a través de cualquiera de ellos, puedes contactarnos.

-No sean exagerados -recibe la tarjeta- ¿qué puede pasar en unos días?

Lo que Misaki no sabía, es que esos mismos números, Kirishima, a petición de su jefe, se los hizo llegar a Shinnosuke, con la misión de estar al pendiente y llamarles en caso de cualquier percance con el castaño, Asami no se va tranquilo, algo le inquieta y ya que no puede obligarlo a acompañarle, por lo menos dejará a alguien para que esté al pendiente.

-Sólo por si acaso,  -Asami aprieta su puño, que tiene en el bolsillo, está nervioso-  nunca está de más tomar precauciones.

-Me voy adelantando,  -Kirishima les deja espacio, para que se despidan-  señor, lo espero en el parking, Misaki nos vemos a la vuelta, cuídate.

-Adiós Kirishima-san,  -le abraza-  nos vemos el fin de semana.

-¡¡Te amo!! -dijeron a la vez, en cuanto estuvieron solos-.

-Prométeme que te cuidarás,  -Asami abraza al castaño y huele su cuello-  recuerda no sobre esforzarte, descansa y extráñame mucho.

-Sí a todo,  -le besa y acaricia el pómulo amoratado-  tú también cuídate,  -suelta una risa-  no dejes que Feilong y Mikhail te saquen de quicio, ¡ah! Y extráñame mucho también.

-Hecho,  -le vuelve a besar-  aunque será difícil con ese par.

Se despidieron y cada uno siguió con lo suyo. Asami se fue con su asistente rumbo al aeropuerto, muy a su pesar debía viajar, pero esa sensación de que algo va a pasar no le abandona, trata de convencerse que es sólo una exageración como dice Misaki, hace uso de su carácter frío y calculador, ahora más que nunca tiene que estar alerta.

El castaño trabajó lo que quedó de mañana y bajó para comer con su amigo.

-Hola Misaki ¿cómo sigues?

-Hola amigo, bien, sólo fue un susto  -su tono era serio- ¿nos vamos al restaurante que hay aquí cerca? Necesito proponerte algo.

-Parece importante.

-Algo así, vamos.

Se fueron al restaurante que dijo Misaki, allí mientras comían el castaño le contó a Tōdō, lo bien que resultó el viaje a Osaka, lo ocurrido el día anterior con Kirishima, las notas de prensa y el desmayó.

-Creí que estabas embarazado, por eso el desmayo.

-¿Eh? No... no,  -negaba con ambas manos-  aún es pronto, por ahora es improbable.

-Lástima, creí que sería tío o padrino.

-¡Ja! Pues tendrás que esperar para ser tío-padrino.

-¿Y qué es lo que quieres proponerme?

El castaño le contó a grandes rasgos, lo que había descubierto y la idea de investigar en terreno.

-¿Quieres que vamos a ese bar, para investigar? Pero ¿qué?

-Tengo una sospecha, por eso quiero verlo in situ.

Shinnosuke oyó todo lo que le contaba su amigo, cuando le dijo que se había desmayado, se asustó, pero verlo y saber los motivos, estaba más tranquilo, de verdad creyó que Misaki estaba embarazado, en fin, tendrá que esperar hasta convertirse en tío-padrino... pero el descubrimiento del castaño, sí le preocupa, no quiere que se meta en problemas y se exponga a peligros, decidió apoyarlo, no lo dejaría solo, además Asami le pidió estar al cuidado de su amigo.

-Está bien, seré tu compinche,  -sonrió-  pero con dos condiciones.

-¿Cuáles?

-Una: no volverás a dejarme sin tu deliciosa comida, estos días  -voz sufrida y exagerada-  han sido taaaaan terribles y dos: prométeme que no te pondrás en peligro.

-¡Jajaja! Lo prometo, sólo es para tener pruebas, esta misma noche vamos allí.

-Ok, será la primera vez que use la membresía que nos dieron junto con el bono, de lo contrario no podríamos poner un pie en esos lugares tan exclusivos.

-Cierto,  -rebuscaba en su billetera-  lo había olvidado, será más fácil entrar.  Y ahora cambiemos de tema  -le miraba con una sonrisa burlona-  ¿Cómo vas con Haruhiko?

-Después del viaje a Hokkaidō, hemos salido varias veces,  -se sonrojó y miró a un lado-  incluso me ha besado.

-¿Y? -hacía señas de que continuara-.

-Y nada,  -suspiró-  yo me pongo nervioso, él lo nota y detiene cualquier avance.

-¿Y tú quieres que se detenga, por eso lo nervios?

-Mis nervios son porque no sé cómo continuar, me gusta y creo que es mutuo, incluso hoy me llamó para decirme que se irá de viaje y que me extrañará, que a su vuelta me llevará a cenar.

-¡Aww! Claro que es mutuo, Haruhiko es muy serio, pero se le nota que te quiere y lo de tus nervios, sólo ten más confianza y no temas decirle lo que te pasa, estoy seguro que él lo entenderá, recuerda tu consejo: sé y has lo que sientas y quieras.

-Gracias,  -bromea-  lo seguiré, soy un gran consejero.

Rieron un rato y terminaron su comida, debían volver a sus trabajos, ya más tarde en ese bar seguirían la charla.

Misaki volvió a su oficina, vio todas las carpetas que tenía que revisar, decidió dejar de lado las que están maquilladas, repasaría las otras, así avanzaría y tendría más tiempo para su investigación, después de unas horas vio que había avanzado bastante, ahora necesitaba unos inventarios y esos estaban en la oficina de Kirishima, se dirigió allí y se dispuso a buscar en el gran archivero que allí había, al principio se sorprendió que una gran compañía, tuviese aún, la mayoría de documentos en papel, incluso había una planta del edificio, celosamente resguardada con documentos, pero el asistente le dijo que si bien tenían copias en los servidores, Asami ante el hecho de que ningún sistema es infalible, prefería igualmente tener el respaldo en papel, así ante cualquier duda, se buscaba el documento original, sólo unos pocos sabían todo esto. Sacó varios inventarios, los puso en el escritorio de Kirishima y se sentó a repasarlos y comprobar que eran los que necesitaba, cuando creyó tener lo que buscaba, se levantó para cerrar el gran mueble, al hacerlo golpeó la esquina del escritorio con su cadera y todas las carpetas cayeron al suelo.

-¡Ay! ¡Qué dolor!  -se sobaba la cadera y se agachaba a recoger todo-  que torpe eres Misaki, -se regañaba-  ahora tendrás que ordenar todo esto.

Al recoger todo, unas carpetas de color negro llamaron su atención, ¿por qué esas no eran igual a las demás? se preguntaba, contrario a su carácter, abrió una de ellas y leyó su contenido, contuvo la respiración, abrió otra y lo mismo, sus ojos se movían por las hojas que allí habían.

-¿Qué significa todo esto? -abrió otra y hacía lo mismo que con las otras- ¿Quién eres Ryūichi? ¿Quiénes sois vosotros?

De golpe se le vino a la cabeza, la llamada que escuchó el día que corroboró sus sospechas, ese hombre había llamado a su novio "Yakuza", o sea es cierto, pensaba.

-¿Ryūichi eres un mafioso? -hablaba sólo-.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora