DEJAME MIMARTE

1K 86 2
                                    

... yo quiero hacer el amor contigo, porque te amo.

El castaño estaba impresionado, pudieron haberse visto hace meses y él ni cuenta se dio ese día... y escuchar la declaración de Asami lo hace querer lanzarse a esos musculosos brazos y así lo hace.

-Te amo,  -y se cuelga del cuello de Asami-  ojalá te hubiese visto ese día.

-Y yo,  -lo coge de los muslos y comienza a caminar con él cargado-  pero quedamos de ir al lago y eso haremos.

-Pero... pero...

-Pero nada,  -el mayor siguió el camino-  tenemos todo el fin de semana.

-Está bien,  -el castaño hizo un puchero-  tienes razón.

-Misaki

-¿Si?

-Te amo  -le besó la frente-  ¿Déjame mimarte hoy? Quiero que disfrutemos de nuestro fin de semana, no sólo te quiero en mi cama, ¿me entiendes?

-Asami,  -el castaño lo dijo en un susurro-  te entiendo,  -besó ambas mejillas del mayor-  me dejaré mimar, sólo entiéndeme también, no estoy acostumbrado a ser el centro de atención.

-Entiendo.

-Ahora... ¿me bajas?, puedo caminar hasta el lago.

-Lo sé, pero me gusta tenerte en mis brazos.

-Pero alguien nos puede ver  -comenzó a incomodarse y se escondió en el cuello de Asami-.

Asami no lo bajó, se dedicó a darles cortos besos en el cuello y a decirle cuanto lo amaba... sólo cuando llegaron al lago, lo puso en el suelo, vio como a Misaki se le iluminaban los ojos y sonreía, demostrando cuanto le gustaba el lugar.

-Esto es hermoso  -miraba al cielo, recibiendo los rayos del sol-.

-Sabía que te encantaría, podemos subir a una de las embarcaciones y disfrutar de las vistas antes que el sol esté más alto y te haga daño,  -le acariciaba las mejillas-  no hemos traído nada para protegerte y luego damos un paseo por el bosque ¿te parece?

-¡SI!  -contestó emocionado el castaño, le gustó el plan, pero más, como Asami se preocupaba por su bienestar-.

Se subieron en una de las embarcaciones y Asami la condujo al centro del lago, desde allí tenían las mejores vistas, por un lado un hermoso bosque y por el otro el mar, estuvieron dando un rodeo, hasta casi el medio día, luego caminaron por el bosque, allí se rodearon de grandes árboles y mucha vegetación, llegaron a la villa a la hora de comer, otra vez, estaba todo dispuesto, comieron tranquilamente, hablaban de sus trabajos, sin dar detalles, el castaño no podía hablar con nadie acerca de los proyectos de la empresa, fue una de las primeras cláusulas que firmó, sólo se limitó a contar que había tenido mucho trabajo y el mayor tampoco dijo mucho, porque no quería perder el tiempo hablando de trabajo... entre besos y arrumacos vieron una película, hasta que Asami invitó a Misaki a la piscina.

-No tengo bañador  -dijo apenado, él quería meterse a la piscina-.

-En esa habitación, -le indicó una de las puertas-  encontrarás lo necesario dentro del armario.

-Pero y ¿de quién es todo eso?, no me parece correcto coger nada.

-Es tuyo, lo pedí para ti, así disfrutarías de la piscina  -sonrió coqueto-  o ¿prefieres nadar desnudo?

-¿QUÉ? No,  -se sonrojó-  pudiste decirme dónde veníamos, hubiese traído lo necesario.

-Y estropear la sorpresa,  -se acercó al castaño y lo abrazó-  de eso nada, ahora ve a cambiarte, que yo haré lo mismo.

-Está bien,  -se mordía el labio inferior, no quiso preguntar por qué tenían habitaciones separadas-  ahora vengo.

Asami lo vio entrar en la habitación y el hizo lo mismo en la otra, se apuró y ya estaba en la terraza cuando Misaki llegó, quedó de piedra, se veía hermoso, no lo recordaba tan tonificado, su piel se notaba suave y el bañador le quedó perfecto.

Misaki abrió el armario, allí encontró un bañador tipo bóxer, dudando se lo puso, él siempre ha utilizado los bermudas, se miró en el espejo y notó que le quedaba bien, no lo pensó más, agarró una toalla, crema solar y salió, ya afuera, estaba Asami, éste llevaba un bañador tipo slip que dejaba ver todo esos músculos que tiene, que lo examinaba con atención, llegó a su lado y no alcanzó a decir ni pío, porque el mayor ya le estaba comiendo la boca.

-Te ves hermoso -mientras lo abrazaba por la cintura-.

-Y tú muy guapo.

Así abrazados como estaban, Asami se tiró al agua, el pobre castaño no tuvo tiempo de reaccionar, cuando ya estaba sumergido y tosiendo luego, por el poco de agua que tragó

-Eres cruel,  -seguía tosiendo, apoyado en una de los bordes-  no me diste tiempo para nada.

-¡Jajaja! Perdón,  -se sumergió y nada hasta el castaño-  creí que te habías dado cuenta de mis intenciones.

-Pues no,  -hacia un puchero-  y yo que estaba disfrutando del abrazo  -le salpicó agua al mayor-.

-A este juego,  -le salpicó agua de vuelta al castaño-  pueden jugar dos.

Siguieron un rato hasta que Misaki se acercó y abrazó a Asami.

-Gracias, ha sido un día maravilloso,  -le besó cortamente-  hace mucho que no me la pasaba tan bien.

-Eso dímelo mañana, todavía nos quedan muchas horas para seguir disfrutando  -comenzó con besos en el hombro y fue subiendo hasta la boca del castaño-.

Se besaban con calma, Asami hizo que el castaño envolviera sus piernas en su cintura y los brazos en su cuello, comenzó a flotar con su preciada carga, sin dejar de besarse, se miraron y Misaki hizo un asentimiento con sólo un parpadeo, el mayor sonrió al ver que el castaño había entendido sus intenciones, le dio tiempo de coger aire y volvió a besarle, poco a poco comenzaron a sumergirse, bajo el agua abrieron los ojos y continuaron el beso, Asami volvió a emerger sin separar sus bocas, sólo hasta que ya no podían respirar... se miraban sonriendo, estaban felices.

El castaño sin quitar sus piernas de la cintura del mayor, le comenzó a besar y acariciar su musculoso pecho, fue subiendo hasta el cuello y dio una lamida hasta llegar a la oreja, sintió las manos de Asami apretar sus glúteos y como soltaba un gemido ronco.

-¡Ahhh! Misaki.

Siguió besando pero esta vez del otro lado, volvió a repetir la acción anterior, pero esta vez, mordió ligeramente, el lóbulo de la oreja... Ya no fueron las manos de Asami, sino una enorme erección que sobresalía del bañador y chocaba con su trasero, lo hizo gemir y arquear su espalda hasta casi su cabeza tocar el agua.

-¡Ahhh! -respiraba agitado-.

Comenzó a mover sus caderas y frotarse contra esa erección, Asami le besó el cuello y dejó una marca y bajó para lamer un pezón y con la mano masajeaba el otro, los lamía y mordía, sacándole gritos de placer al castaño, metió su mano en el bañador de Misaki y acarició su miembro, el otro sólo gemía, abandonó los pezones y buscó la boca del castaño, lo besó con voracidad, mordió el labio inferior y sin soltarlo, lo estiró un poco con los dientes antes de dejarlo ir, sin dejar de masajear su miembro.

-¡Aaargh! -gritó Misaki- Asami... v... voy a... ¡Ahhh! Voy a correrme.

-Esa es la idea ¿no? -acelerando los movimientos de su mano-.

-Y... yo q... quiero -movió como pudo su cadera en círculos y oyó otro gemido de Asami, sonrió por ello-.

Asami comenzó a salir del agua cargando a Misaki, sin quitarse el exceso de agua ni nada, entró en la casa, fue directo a la habitación, antes de entrar le habló al castaño.

-No aguanto más,  -abrió la puerta, dejando a Misaki sorprendido-  pensaba traerte esta noche.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora