SHINNOSUKE Y HARUHIKO 2/2

433 57 3
                                    

-Haru, quiero que me hagas tuyo.

-Estás seguro,  -la petición del menor, era lo que él mismo deseaba-  no creo que pueda detenerme si seguimos.

-Sí, quiero seguir,  -se puso de pie y le extendió la mano-  vamos a mi habitación.

Haruhiko le siguió, una vez en la habitación, iniciaron a besarse otra vez, besándose buscaron llegar a la cama, al llegar sin despegarse ni un milímetro, el mayor comenzó a recostar a Shinnosuke sobre la cama y él se acomodó a su lado, acariciándole la espalda, la cintura hasta que llegó a los glúteos y apretó.

-¡Ahhh! no pares,  -el menor hablaba sobre el beso-  por favor.

-Ya es imposible  -Haruhiko le mordió el cuello-  que pare.

Siguió dando mordidas en el cuello al menor, al tiempo que buscaba su entrada, necesitaba prepararlo, esta vez no iba a embestirlo con sus dedos, ahora llegarían hasta el final, así que debía asegurarse de que no sintiese demasiadas molestias, nuevamente comenzó con un dedo, que metía y sacaba, a los minutos un segundo dedo se unía, hizo lo mismo adentraba y sacaba las falanges, cuando sus dedos entraban con facilidad, hizo movimientos de tijera para dilatar la zona, cuando lo creyó oportuno, metió un tercer dedo y simuló embestidas, el sonido era húmedo, el menor bajo su cuerpo gemía sin parar, a los minutos ya no podía aguantar más, necesitaba sumergirse en Shinnosuke y hacerlo suyo, pero hubo un detalle que no consideraron.

-¡Mierda! -maldijo Haruhiko-.

-¿Qué pasa? -Shinnosuke, no entiende nada-.

-No tengo condones.

El menor se lo quedó mirando, una parte de él quiere que continúe, pero la otra le recuerda que no sabe si es un doncel o no, así que podría haber riesgo de embarazo, frustrado golpeó la cama, de golpe se levantó.

-¿Dónde vas? -le sostuvo de la mano-.

-Misaki,  -respiraba agitado y el mayor le mira con duda-  Misaki debe tener, ahora vuelvo.

Corrió a la habitación del castaño y rebuscó en el baño, no había nada, resignado se retiraba del lugar, pero se devolvió y buscó en las mesitas de noche.

-¡Bien! -exclamó contento, cuando encontró una caja-.

Agarró la caja completa, ya luego se la repondría a su amigo y corrió a su habitación, desde la puerta le lanzó la caja a Haruhiko, éste la recibió e inmediatamente sacó un condón, lo estaba abriendo cuando el menor le habló.

-Espero no haya más interrupciones.

-Ni yo -se ponía el preservativo-.

Empujó a Shinnosuke sobre la cama, le cogió las piernas y las llevó a sus hombros, el menor levantó las caderas, como ofreciéndose, vio como Haruhiko sujetaba su erección con una mano y con la otra le sostenía la cintura, comenzó a introducir la punta, traspasó los anillos de la entrada del menor, se detuvo al ver el rostro contraído de su novio, esperó a que se relajase y metió un poco más.

-¡Argh! Duele.

-Relájate,  -se inclinó para besarle, buscando distraerle-  si no lo haces te dolerá más.

-Deja que me acostumbre  -respiraba agitado-.

Volvieron a besarse y Shinnosuke fue cediendo, el mayor salió y volvió a entrar, con un último empujón ya estaba todo adentro.

-Shinnosuke, me aprietas delicioso.

-Me siento húmedo y lleno.

-Y lo estás,  -rio sutilmente-  también estás caliente, necesito moverme ¿puedo?

-Sí, por favor.

Haruhiko comenzó un vaivén lento, que de apoco se hizo más rápido y luego era brutal, Shinnosuke no sabía de donde agarrarse, con cada embestida, su cuerpo se desplazaba hacia arriba, optó por cogerse de los brazos del mayor y aguantar gustoso, porque lo que estaba sintiendo en esos momentos era lo más.

-¡HARUHIKO! -gritó- esto es fabuloso, no pares, ya me vengo.

-Aguanta un poco más,  -aceleró las estocadas-  ya estoy a punto.

El mayor continuó, sentía como Shinnosuke le apretaba, acelerando su orgasmo, se hundió profundo al tiempo que el menor se venía y le apresada el miembro en sus entrañas, ya no demoró su propio placer y se dejó ir, se quedó sumergido hasta que recuperaron el control de sus respiraciones.

-Ahora entiendo a Misaki  -reía divertido-.

-¿Qué pasa con Misaki?

-Hacer el amor, te hace gritar, no lo puedes evitar  -rio juguetón-  y mi amigo grita mucho, ya sabes lo que eso significa.

-¡Jajaja! Con que esas tenemos, ¿quieres hacer una competición?

-Al menos puedo intentarlo, soy muy competitivo, pero primero, tenemos que desayunar, tanto ejercicio me dio hambre.

-¿Vamos fuera o pedimos? -se incorporó y salió despacio del interior de Shinnosuke-.

El menor contuvo la respiración cuando Haruhiko sacó su miembro, aún sentía los estragos del orgasmo, cerró los ojos y apretó los labios y luego exhaló el aire contenido y se incorporó, para levantarse de la cama, pero al poner los pies en el suelo, un ramalazo de dolor en las caderas le hizo caer de nuevo a la cama.

-¡Joder! Ahora estoy pagando  -en medio de su dolor reía-  por todas las veces que me he burlado de Misaki.

-¿Te duele mucho? -el mayor se alarmó-.

-Tranquilo, supongo que es normal, pero necesitaré un par de minutos.

Haruhiko, se quedó a su lado y le masajeaba la espalda baja, el estómago de ambos reclamó, rieron y el menor logró incorporarse, fueron a la cocina, no tuvieron que salir, ni pedir nada, el castaño le había dejado comida a su amigo, suficiente para el fin de semana, así que sólo calentaron y disfrutaron los deliciosos platillos.

Ese día no salieron del departamento, se pusieron al día, hicieron el amor incontables veces, Shinnosuke a pesar del dolor inicial, no se resistió a disfrutar de las sensaciones que le provocaba Haruhiko... y el mayor extasiado, se dejó llevar por el deseo y el amor que sentía por Shinnosuke, en medio del último orgasmo, dejaron salir lo que llevaban dentro.

-¡Ahhh! Te amo Haru.

-Te amo Shinnosuke.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora