Y... Por qué no?

PRIMER DÍA DE TRABAJO

Tōdō bajó en su piso, se dirigió al que sería su jefe directo, éste lo presentó a los compañeros, le indicó su lugar de trabajo, le explicó que cada uno llevaba los temas legales de uno o más negocios, también que ahora estaban preparando un contrato para una multi sociedad con compañías de Japón y el extranjero, ahí era donde le tocaría a Tōdō participar, aquí trabajarían con los abogados de los socios del proyecto, tenían que revisar todo los escollos legales que pudiesen presentarse, no dejar ningún cabo suelto, todas las partes tenían que salir beneficiadas por igual, luego se harían reuniones con otros departamentos para tratar cláusulas; económicas, de producción, etc., cuando estuviese todo listo, sería presentado ante el dueño y sus socios. No le costó incorporarse en su grupo, su carácter optimista y alegre, le valió para ganarse a sus compañeros y jefe.
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Misaki siguió subiendo, su departamento estaba casi arriba del todo, bajó del ascensor, cogió aire llenando sus pulmones y luego lo dejó salir calmadamente, su móvil vibró, no lo revisó, lo haría más tarde, se encaminó y llegó donde su jefa; ésta le recibió amable, le presentó a sus compañeros, todos estaban en sus labores, pero le saludaron cortésmente, pudo notar que tenían mucho trabajo, le mostró su escritorio, para que dejase sus cosas y luego le pidió que fuesen a una salita de reuniones, al entrar había otras 3 personas, todas mayores, les saludo con una reverencia, que fue correspondida, ya todos sentados, la jefa comenzó a explicar por qué se habían reunido; tenían que preparar un nuevo presupuesto para el proyecto de la empresa, ya que sería nacional e internacional, colaborarían con otros departamentos y también con trabajadores de los socios, tanto de Japón como de los países donde se llevarían a cabo los proyectos, todo para que los gastos en cada país fuesen casi iguales y los beneficios rentables para todos... El castaño siguió el consejo de su amigo, sin miedo pidió si podían mostrarle el proyecto, para estar al tanto, le dieron un folder con la información para que se pusiese al día.

Acabada la reunión se fue a su puesto, sacó su móvil y lo revisó, tenía un mensaje de Asami.

No se habían visto desde el día que tuvieron sexo telefónico, pero sí se hablaban y mensajeaban a diario, lo extrañaba y ese mensaje le alegraba el día, rápidamente respondió y se dispuso a leer la información del proyecto que se llevaría a cabo.
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Asami iba en su limusina, extrañaba a Misaki no se han podido ver, después de la reunión del día que tuvieron sexo telefónico, no ha tenido tiempo para nada, sus socios aceptaron realizar la sociedad con Rusia y China, así que tenían que modificar muchas cosas, se la ha pasado reunido con sus socios y jefes de los distintos departamentos de su empresa y por ello no se han podido ver, pensar en su castaño le hace sonreír... él, el tan temido yakuza, ha caído a los pies de un pequeño ojiverde, coge su móvil y realiza unas llamadas, mientras llega a la empresa, le avisan que han llegado, sube hasta su oficina y en el ascensor le escribe un mensaje a Misaki, no recibe respuesta, supuso que estaría ocupado, llegó a su piso y se encuentra con su asistente que entregaba unos documentos a su secretaria.

–¡Buenos días jefe!

–Buenos días Kirishima, ¿Cómo tenemos el día de hoy?

–Ocupado, señor -se dirige a su oficina- ahora voy por la agenda y lo pongo al corriente.

Asami entró en su oficina, se sentó en el sillón y esperó a Kirishima, éste vino y comenzó a repasar la agenda, tendría todo el día ocupado y la tarde noche con sus otros asuntos, se lamentaba porque no podría ver a su castaño, su móvil le notificó un mensaje, sabía de quien era, con una sonrisa se dispuso a leerlo.

Kirishima le leía la agenda a su jefe, éste le escuchaba, pero su cabeza estaba en otro lado, siguió repasando los pendientes, observando el cambio en su semblante en cuanto sonó el móvil, le vio sonreír mientras leía un mensaje, estos cambios de Asami, lo tenían descolocado, jamás hubiese imaginado conocer esa faceta de enamorado, porque estaba claro que estaba con alguien que consiguió lo que nadie, enamorarlo... pero ¿Quién es? ¿tampoco le ha puesto seguridad?, ha de ser alguien de dinero, que cuenta con su propia escolta, pensaba, salió de sus pensamientos porque el otro habló.

–Espero que con las nuevas contrataciones, los jefes de sección, puedan acabar a tiempo el nuevo plan para presentarlo en un mes a todos los socios.

–Estoy seguro, usted sabe que en esta empresa, sólo se contrata a los mejores en cada departamento -Kirishima hablaba muy serio-.

–Eso espero, no quiero que se descuiden los otros negocios,  -recordó algo-  tal vez entre los nuevos al fin encuentres a tu asistente.

–Así será y lo de mi asistente  ya lo veremos, aún no encuentro a alguien que se gane mi confianza, ahora me retiro a mi oficina, con permiso.

–Adelante -Asami cogió unos documentos y comenzó a leerlos-.

Hoy será un día largo, pensaba, a pesar de estar siempre discutiendo, echaba de menos a sus amigos... Mikhail y Feilong, luego de recibir la respuesta positiva sobre el proyecto, volvieron a sus países, debían arreglar muchos asuntos antes de volver a Japón para la presentación del nuevo plan.
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Para Misaki, la mañana pasó volando, estuvo sumergido leyendo el proyecto, hizo un descubrimiento que lo impresionó y luego investigó un poco, notó de que algunos puntos del presupuesto anterior, se podían mejorar y otros que no se ajustaban a la realidad, tomó notas e hizo algunas correcciones sobre el documento... tan concentrado estaba, que no se dio cuenta que ya era la hora de comer, un mensaje a su móvil, lo hizo ser consciente de la hora, era su amigo preguntando si saldría a comer, respondió que ya bajaba, recogió sus cosas y salió de su sección, mientras esperaba el ascensor, sintió ganas de ir al baño, sin esperar más, corrió a los lavabos, hizo sus cosas y volvió al ascensor, dándose cuenta que ya se le había pasado, tuvo que darle al botón otra vez. 
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Asami estuvo en su oficina hasta la hora de comer, tenía que apurarse, debía ver a unos socios en uno de los restaurantes, tomó sus cosas y pidió el ascensor, no demoró en llegar, pero bajando, este se detuvo en el piso de finanzas, pero no subió nadie, le dio a cerrar las puertas y siguió bajando, llegó a la recepción y uno de sus hombres le avisó que la limusina estaba esperándole, salió y de lejos vio al pelinegro, amigo de su castaño, parece que espera a alguien, pensó... llegó a su transporte y se fue a su comida de negocios.