ME LAS COBRARÉ

527 57 5
                                    

... ¿aceptas ser mi padrino principal y mi testigo?

El asistente está en silencio, no sale de su sorpresa, jamás imaginó que su jefe, el gran Asami Ryūichi, el mismísimo diablo, lo viese a él, otro diablo, como a un padre, acomoda sus gafas, observa a su angelito que sonríe de oreja a oreja, luego al ojimiel, que a pesar de no mostrar mayor emoción, él lo conoce y sabe que está nervioso y espera una respuesta...

-Con gusto seré su padrino y testigo,  -Kirishima se inclina-  pero no cuente con que le organice una despedida de soltero.

Shinnosuke, mordía su labio para no reír, la seriedad de Kirishima al decir lo último, era gracioso y más al ver el rostro divertido de Asami y la mirada furiosa que Misaki le dedicaba al ojimiel.

-Gracias,  -el ojimiel aguanta la risa-  Feilong y Mikhail, se encargarán de la despedida, yo creo que será una fiesta de bib...

-De eso nada,  -interrumpió el castaño en un gruñido-  si tú tienes una despedida, le diré a Shinnosuke que organice una para mí.

-Eso sí que no,  -Asami celoso-  además, tú no podrás beber.

-Puedo pedir un zumo  -Misaki muy tranquilo-  o un refresco, al fin y al cabo, en esas fiestas sólo hay que mirar.

-¿Mirar?  -casi no se le entiende a Asami de lo apretada que tiene la mandíbula-.

-Sí, mirar el show  -el castaño le alza una ceja a Asami-  o ¿se puede tocar?

Kirishima y Shinnosuke, se mantienen en silencio, se miran con la idea de escapar de la zona de conflicto, pero viendo cómo se pone el castaño, mejor quedarse quietos y fingir que son estatuas.

-Misaki,  -el tono del ojimiel es serio-  no juegues conmigo, sabes que no me quedaré quieto si alguien osa siquiera mirarte,  -se acercó al castaño y le giró el sillón para que le viese y torció la sonrisa-  imagínate si cualquiera te toca, aunque sea un cabello.

-Y tú, no tienes que imaginártelo,  -Misaki, no le aparta la mirada-  sabes de lo que soy capaz, nadie...  -pasó la lengua por su labio inferior y después se lo mordió-  excepto yo, tiene el derecho de ponerte las manos encima.

-... -Shinnosuke carraspeó-  ¿entonces, habrá despedidas de solteros sí o no?

-¡¡NO!!  -respondieron Asami y Misaki-.

-¡Ok!  -el pelinegro simula checar una lista-  una cosa menos por hacer, pasemos al siguiente punto.

-¿Y cuál es el siguiente punto?  -el castaño cuestiona-.

-Has dicho que tenéis; el lugar, la fecha, lista de invitados, las invitaciones y ¿vuestros trajes? ¿Y el de mi sobrina? Creo que debería llamar a Kaoruko, ella sabe de esos temas.

-Buena idea,  -Misaki asiente-  dudo que se niegue, según ella se encargará de enseñarle a Sayumi, todo lo que una princesa debe saber.

-Entonces, vosotros os encargáis,  -Asami le besa la sien a Misaki-  me voy a mi oficina, sólo recuerda que no será de obligada etiqueta, a una boda en la playa no le pega tanto.

Shinnosuke abre los ojos como platos al escuchar lo de la boda en la playa, su amigo le debe muchos detalles.

-Me avisas si necesitas cualquier cosa,  -Kirishima intervino-  me retiro a mi oficina, comenzaré con las cláusulas.

-Gracias, ya le aviso si necesito algo.

En cuanto el par de amigos estuvo solo, el pelinegro interrogó al castaño, quería detalles, cuando Misaki le contó dónde sería la boda, estaba con la boca abierta y muy emocionado. Kaoruko se les unió apenas le llamaron, no tardó en aparecer, traía consigo unas revistas con modelos de traje; para novios, otro con vestidos de niña y trajecitos de niño y otra para los padrinos y dama de honor. Misaki eligió colores neutros, donde predominará lo natural, según, el paisaje ofrecido, no debía verse opacado, terminaron el diseño de las invitaciones y se enviaron a imprimir, el castaño se rehusó a contratar un fotógrafo, Shinnosuke le propuso comprar cámaras desechables y entregarlas a los asistentes, a Misaki le gustó la idea de que los invitados fotografiasen la boda, le encantan las fotos espontáneas, para él, esas son las mejores, se les pasó la mañana ultimando detalles.

Las siguientes cuatro semanas, para el futuro matrimonio Asami Takahashi, fueron alocadas, con la noticia de su próximo enlace, no había día que no fuesen acosados por fotógrafos o periodistas, más los preparativos de la boda en Okinawa, que personalmente el castaño se encargaba de ellos, como dijeron con Asami esa es la oficial y más importante, organizaron una cena con los invitados, sería más fácil para hacerles entrega de las invitaciones, ya que no podían mover un dedo sin que alguien les siguiese con una cámara, el ojimiel se llevó una sorpresa al ver entre los presentes a su amigo de la infancia, Shinji Kuroda, miró a su gatito y éste sólo le guiñó un ojo como respuesta, todos les felicitaban por su matrimonio y confirmaban la asistencia, la velada fue amena. Con Feilong y Mikhail, lo hablaron por videollamada, antes de siquiera proponérselos, ellos mismos se auto proclamaron padrinos y quedaron de verse pronto. Como habían quedado, para la otra boda contactaron con una organizadora, ellos sólo pusieron una fecha y eligieron el 15 de octubre, Kirishima hizo la lista de invitados y de lo demás se encargaba la profesional.

Misaki luego de la redacción y revisión de las cláusulas, las presentó a las revistas, estas no se rehusaron a la entrevista, aunque hubiesen querido detalles del compromiso, no dejaron pasar la oportunidad de entrevistar a ese castaño que conquistó al soltero más codiciado de Japón y también a los otros dos donceles, sería la primera vez que en un medio se hablase abiertamente del tema de los donceles y la maternidad. Las revistas quedaron encantados con el resultado, esos muchachos eran un claro ejemplo de que ser doncel no significaba ser un fenómeno, eran hombres, como otros tantos millones había en Japón, hacían lo que cualquiera, tenían sus familias, carreras, amigos, con la añadidura de que podían tener hijos. El día de las fotos, como si se hubiesen puesto de acuerdo, Asami, Ijūin y Haruhiko, aparecieron para "acompañar" a sus parejas, para nadie pasó desapercibida sus presencias, eran figuras públicas y reconocidas, que con ojos de águila, vigilaban a cualquiera que se acercase de más a sus parejas. Misaki, extrañamente, estaba en silencio, de vez en cuando miraba a su prometido, Shinnosuke y Yanase, rodaban los ojos cuando sus novios ponían mala cara cada vez que los asistentes de producción les ayudaban a cambiar de ropa o si el fotógrafo les pedía alguna pose, al terminar y despedirse de todos, el castaño sólo cogió de la mano a Asami y salió casi corriendo del set, en el parking, antes de subir a la camioneta, Misaki se las arregló para colgarse del cuello del ojimiel y besarle de forma violenta, antes de dejarle ir, le mordió el labio inferior y lo estiró un poco con los dientes.

-Ryūichi, estoy celoso,  -hizo un puchero-  toda esa gente te comía con los ojos ¿lo hiciste a propósito? Porque sabes que ahora no te puedo atacar y cobrármelo.

Asami le mira con los ojos bien abiertos, él no se percató de nada, sólo tenía ojos para lo que pasaba con su castaño y al parecer éste hacía lo mismo con él... definitivamente, son tal para cual.

-... -el ojimiel sonríe-  yo también estoy celoso y esto,  -señala su labio herido-  cuenta como atacarme, ya te has cobrado.

-¿Y tú, no cobrarás? Si quieres...  -se mordió el labio y sonrió coqueto-  puedes nalguearme, morderme o amorda...

-No sigas,  -Asami le interrumpe y baja al oído del castaño-  me las cobraré luego, al igual que tú, tengo una libreta y las estoy apuntando,  -le besa brevemente el cuello-  prepárate para cuando te toque pagar, porque haré un retiro total del saldo.

-¿Es una amenaza?  -habla muy emocionado el castaño-  júramelo.

El ojimiel sonríe, mientras niega con la cabeza, ayuda a Misaki para subir a la camioneta y él sube luego.

-Vamos a casa, tienes que descansar,  -Asami le acomoda el cinturón de seguridad, al acabar le besa la punta de la nariz-  gatito descarado.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora