HABRÁN BUITRES

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Las semanas pasaban y no había rastro de Himura, no había vuelto al parque, Takai cumplió su advertencia, no dejaba ni a sol ni sombra a Misaki, se había instalado definitivamente en el departamento, Shinnosuke era otra sombra del castaño y Kirishima hasta había propuesto mantenerlo encerrado y que si quería trabajar, lo hiciese de forma telemática, el castaño agobiado, terminó llorando cual bebé, le faltó poco para tirarse al suelo y patalear, los mayores no pudieron con su llanto y accedieron a que siguiese teniendo una una vida "normal", pero con muchos ojos vigilantes.

3 de agosto y Misaki andaba dando vueltas por el centro comercial, no se decidía qué comprarle a Asami por su cumpleaños, no había ido antes, porque el fin de semana anterior, habían ido a comer a la mansión Usami, Fuyuhiko les invitó, aun recuerda su cara de sorpresa, cuando les vio a él y Asami llegar juntos y tomados de la mano, no fue a propósito, sólo que venían tan ensimismados el uno en el otro que no se dieron cuenta, no pudieron negar lo obvio y le confesaron de su relación, el patriarca de los Usami, les felicito y pidió a Asami que le cuidase, ya que habían muchos que estarían felices de tenerle como pareja. El fin de semana siguiente llegaron los amigos del mayor y esta última semana, Asami ha estado sintiéndose mal, al parecer o eso dice el mayor, es estrés, están de trabajo hasta los topes, no han hallado rastro de Himura y están Mikhail y Feilong que siempre le fastidian, así que duda que logre relajarse y bajar el estrés. Seguía viendo escaparates, nada le convence, además a Asami no le falta nada, el castaño desanimado mira la vitrina de una joyería, cuando ve algo que le hizo sonreír enormemente, entró a la tienda, media hora después salió con su paquete, bien resguardo.

-Por tu cara  -Takai pregunta-  ¿veo que has dado con el regalo para el jefe?

-Sí,  -no dejaba de sonreír-  encontré el regalo perfecto.

Abandonaron el centro comercial y se fueron a la oficina, quedó de ir con Asami y sus amigos al departamento.

                         ☆

Hablando del trío de amigos, estos estaban en la oficina de Asami, como siempre, Feilong y Mikhail, no perdían oportunidad de meterse con el ojimiel.

-Te ves fatal,  -Feilong bebía té-  pareces un pollo mojado.

-No digas tonterías,  -Asami no tiene ánimos, ni fuerzas para discutir, se acercó a su mini bar, cogió una botella de whisky, pero esta se le resbaló, cayendo al suelo y haciéndose añicos-  ¡mierda! Otra vez... -el instinto le hizo retroceder y se alejó del mini bar frustrado, le habló al chino- ¿y cómo se supone que luce un pollo mojado?

-Así como tú,  -Mikhail aportaba, mientras servía dos vasos de whisky-  pálido, ojeroso y a punto de desmayarse, ten,  -le ofrecía uno de los vasos-  has acabado con casi todas las botellas de whisky y eso que te han enviado varias por tu cumpleaños, los que te conocen saben lo que te gusta.

-Gracias,  -recibe el vaso-  últimamente se me resbalan de las manos, han ido a la basura cientos de miles de yenes, cada botella cuesta una fortuna y ¿por qué no le serviste un vaso a Feilong?

-Prefiero seguir disfrutando de mi té  -el chino y el ruso sonríen misteriosos-.

-Como gustes y con respecto a lo otro, no estoy a punto de desmayarme,  -Asami le da un sorbo a su whisky, pero lo devuelve-  ahora vuelvo  -sale corriendo a su baño personal, una vez allí vomitó-.

Sus amigos se miraron ya preocupados, la misma situación se repetía varias veces durante el día, Mikhail se acercó y a través de la puerta le habló.

-¿Estás bien?  -sabía la respuesta que daría su amigo-  le diré a Kirishima que mande un médico.

-No lo hagas,  -se oyó jalar la cisterna- estoy bien, ya salgo.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora