71. El extraño diario de Zac

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Otro día decidí acompañar a Will a visitar a su hermano en vista de que mi última visita salió muy bien. Ya ahí (y cuando estuvimos solos) le pregunté a Alex si su hermano siempre fue así de torpe.

— Eso creo— dijo.
— Debe ser una broma— dije sorprendido.
— No miento, Zac. Es en serio. Will siempre fue así. Desde que recuerdo.
— Comienzo a creerlo.

Esa vez mandé a Will a preguntar por el estado de su hermano como pretexto para que me dejara solo con él. Después de un rato de conversación, salió el tema sobre los ex amores de Will. Aparentemente, el hombre tenía corazón de condominio.

— Es muy enamoradizo— dijo Alex—. No sé si sea malo confundiendo pequeños detalles como pruebas de amor, pero suele creer que el destino es el que lo lleva a alguna determinada persona.
— Definitivamente está confundido.
— Claro. Cuando éramos pequeños, teníamos una niñera. Era agradable y una vez le compró a Will un helado. Él imaginó que era el destino y estuvo enamorado de ella por dos años hasta que la mujer se casó porque era muy muy mayor a él. Y no sólo eso. Casi todas sus novias han sido personas que conoció por casualidad. Desde luego que salieron con él cuando mi hermano se los pidió.
— No sabía lo supersticioso que era— dije—. Sin duda cree en el destino. Ahora que lo pienso, él y yo sí que somos diferentes.
— Eso pensé— dijo él—. Pero no dudes en lo bueno que es Will. Admito que hay veces en las que parece muy torpe, pero en realidad es una persona muy capaz.
— Eso ya lo sé... por cierto, no sabes tú si...a tu hermanito le gusta alguien... ya sabes, es muy enamoradizo...
— ¿Por qué preguntas eso?— dijo él, me miró atentamente.
— Por nada... sólo curiosidad.
— ¿En serio? Por que parece que sabes algo...
— No realmente— dije pareciendo tranquilo.
— Yo sospecho algo pero... no sé si sea real...
— ¡Dime lo que sospechas!— exigí alterado.
— ¡Dime tú primero lo que sabes!
— ¡No, tú dime!
— ¡Tú primero!

Nos miramos. Probablemente tenía frente a mí a la persona más obstinada que había conocido, cosa que era genial porque significaba que ya teníamos más en común. Respiré profundo.

— Bien— dije—. Te diré. Le gusta alguien.
— ¿Sabes quién es?
— Sí.
— ¿Y?— me miró.
— ¿Y qué?
— Dime quién es.
— La respuesta no va a gustarte.

Nos miramos. Fue un minuto en donde su expresión cambió de asombro total a malestar.

— ¡No, eso no es cierto!— dijo, probablemente intuyó que me refería a Jimi.
— Sí es cierto. ¿Por qué te molesta? Es decir, además de lo evidente.
— Por que no lo creo. No parece enamorado. Menos de él.
— ¿Eso significa que Jimi no es la persona en la que sospechabas?
— Admito que era una posibilidad. No tengo nada en contra de él pero... ya tiene a Evan. Y se aman, según sé. Básicamente Will no tiene oportunidad— dijo.
— Sí la tiene. Ahora Jimi y Evan no están saliendo. Si Will quisiera...
— ¿No están saliendo? Pensé que sí... cuando Evan vino a verme me dio a entender que todo estaba bien.

Había obligado a Evan a ir porque era justo. Me alegraba que lo hubiera hecho.

— Eso es percepción suya— dije—. Jimi quiere tomarse un tiempo. Además nadie esperaba que perdonara a Evan tan fácil. Él no se merece a alguien como Evan.
— No deberías hablar así de él. No fue su culpa. Y parece que Jimi ama a Evan así que Will hace un mal tercio. Y realmente me parece que sí está enamorado, pero no de Jimi.
— Te equivocas. Le gusta. Me lo dijo. Obviamente sabe que Jimi y Evan tuvieron algo muy intenso pero yo no veo el porqué no podría tener esa clase de relación con Jimi si se esfuerza— dije.
— Pues no parece.
— Y si no le gusta Jimi, ¿Entonces quién?
— No lo sé. Podría ser cualquiera.
— Yo digo que es Jimi. No habría razón por la que se desenamoraría de Jimi. Es lindo, adorable y muy buen amigo.
— ¿No me digas que te gusta?— me dijo sorprendido.
— ¿Por qué todos piensan eso? Es mi amigo, sólo eso.
— Menos mal.
— ¿Menos mal? ¿Acaso a ti no te vendría bien que Jimi se fuera con otra persona? Tendrías a Evan para ti.
— Conozco a Evan desde hace mucho. No me ama, aunque me duela decirlo. Y en realidad se ve contento con Jimi. Así está bien.
— ¿No vas a intentar recuperarlo?
— No— dijo—. Y por si no sabes, tardaré un rato en salir de aquí.

Nos quedamos en silencio un rato. Will no aparecía.

— Ahora que lo veo bien— dijo él pensativo—, yo quería a Evan y si lo que pienso es correcto, a Will le gusta un chico, lo que hace que imagine que a mi madre va a darle un ataque al corazón si se entera de lo que hacen sus hijos.
— Ya había pensado en eso— dije—. Es extraño. Tú y tu hermano, me preguntaba cómo debió haberlos educado su madre. No soy nadie para juzgar a tu mamá, pero parece mucha coincidencia.
— Es más bien irónico... ¿A ti no te molesta que tus amigos sean de ese modo?
— En lo absoluto— dije.
— Como eres amigo de Jimi debes apoyar... ¿En ningún momento te pareció extraño?
— Para nada. Es más, creo que es bueno. El mundo está muy sobre poblado. Y si hubieran más parejas del mismo sexo podrían adoptar niños huérfanos y darles un hogar. Así se soluciona el problema.
— Buena observación... y a ti...¿Te gusta alguien?— preguntó.
— No.
— ¿Sabes si le gustas a alguien?
— Imagino que a muchas. Y muchos. No soy perfecto pero mis defectos son encantadores.
— Ya lo veo— dijo Alex entre risas.

Descubrí que un pequeño mechón de su cabello estaba teñido de color verde. Iba a preguntarle cuando Will apareció de repente. Entró contento.

— Hola— dijo—, ¿De que hablaban?
— De ti— le dije—. De la niñera y el helado.
— Alex, ¿Por qué contaste eso?— dijo él apenado.
— Tenía que hacerlo. Y no es como si fuera una mentira— dijo Alex divertido.
— Qué pena— dijo Will.
— Realmente no— dije—. Es hasta cierto punto normal.
— ¿De verdad? ¿A ti te pasó?— me preguntó Will.
— ¿Bromeas? No tengo tiempo para andarme enamorando de gente. Pero descuida, creo que amar a tu niñera es relativamente normal.
— Eso no me hace sentir mejor— dijo Will decaído.

Tardé un poco en darme cuenta de que Alex estaba muy atento a las reacciones de su hermano. Me pareció raro. Era como si él supiera algo que yo no, lo que era normal porque era su hermano. Sin embargo últimamente me sentía intrigado por Will. Habían ciertas cosas que simplemente no terminaban de encajar del todo.

— Creo que hay que irnos— dijo Will—. Alex necesita descansar.
— ¿Puedo hablar contigo en privado?— le preguntó él.
— Claro.
— Esperaré afuera— dije, salí de inmediato.

Me quedé en el pasillo un rato. De verdad odiaba los hospitales pero tenía que admitir que eran muy silenciosos y tranquilos.
Will salió luego de un rato. Parecía perturbado. Comencé a asustarme.

— ¿Qué pasó?— dije—, ¿Hablaron de Jimi?
— ¿Jimi? ¿Él qué tiene que ver aquí?— dijo Will confuso.
— No, sólo suponía...

Temía que Alex le hubiera contado que yo le dije que a él le gustaba Jimi. Al menos sabía que era de confianza.

— ¿Entonces?— dije.
— No es nada...

Miré a Will. No parecía ser nada. Y me intrigaba mucho saber qué lo tenía tan nervioso.

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