Un lunes en la escuela me encontré con lo que jamás pensé ver.
— ¡Eres un idiota!— le dijo Laura a Jason.
— Y tú una hipócrita pero no hablaba de eso— se defendió él.
— ¡Lo dice el que hace las cosas pensando en sí mismo!
— ¡Eso es lo que haces tú! ¡Todo tiene doble intención para ti!
— ¡Eso no es cierto!
— ¿De verdad? ¿Quieres que les cuente?
— Nadie va a creerte— titubeó ella.
— Desde cualquier punto de vista, te ves tan falsa como eres.
— Disculpen— les dije—, ¿Qué está pasando?
— Nada, Jimi— dijo Laura—. Todo está bien.
— ¿Bien?— le contestó Jason, iracundo—, ¿Hablas en serio?
— ¡Tú cállate!— le gritó ella.Luego siguieron peleando. Llegó Evan al jardín. Me preguntó por la situación pero ni yo mismo lo sabía. Para ser receso, no podía haber pasado algo ahí. Eso parecía un malentendido que llevaba tiempo.
Zac venía muy sonriente pero la escena le hizo cambiar de cara. Me cuestionó con la mirada. Me encogí de hombros.— ¿Qué pasa?— dijo Zac.
— Jason creé que lo sabe todo— dijo Laura con sarcasmo.
— Sólo me di cuenta de que usualmente tengo la razón— dijo Jason.
— Claro que no— reaccionó Laura.
— ¿Descubriste algo nuevo?— le dijo Zac a Jason, parecía conmocionado—, ¡Dime!
— ¿Tú le crees a él?— le dijo Laura, sorprendida.
— Jason es un genio— dijo Evan.
— ¿También te pones de su lado?— dijo ella incrédula—, ¿Y Jimi?— me miró—, ¿Qué hay de ti?Lo pensé un poco. La última vez que había hablado con Jason me dejó ver que era muy astuto.
— Él tuvo razón recientemente— dije.
— ¿Hasta Jimi está en mi contra?— dijo ella, asombrada.
— No he dicho que estoy en tu contra— dije.
— ¿Qué demonios pasa aquí?— dijo Zac—, ¿Cuál es el problema?Laura miró a Jason con inquietud. Y él la observó a ella. Ambos parecían pensativos.
— Depende de ti— le dijo al final Jason, solemne—. Habla si quieres.
— No quiero hacerlo— admitió ella apenada.
— Entonces no lo hagas— le contestó él.Ambos se quedaron en silencio. Por más que preguntamos no dijeron el por qué empezaron a pelear. No se hablaron más después.
Traté de averiguar algo en el salón de clases.— Jason es muy engreído— me dijo Laura—. Piensa que sabe cómo son las cosas pero no es así. No soy como él dice.
— ¿Te dijo algo?
— Me lo encontré ayer mientras caminaba por la calle. Vive por donde yo vivo. Pensé en saludarlo y hablamos un rato hasta que él se dio cuenta de algo sobre mí y empezó a armar conjeturas. Inventó muchas cosas que podrían sonar ciertas pero que no lo son. Así que si te dice algo, no le creas nada. Me enfadé con él. Y él conmigo.
— ¿Qué te dijo?— pregunté.
— Es algo secreto. Pero sabe que me gusta Zac.
— ¿Lo sabe?Eso me sorprendió. Jason era más perspicaz de lo que pensé. Se daba cuenta de lo que sentíamos sin tener que preguntar nada.
— Jason es muy listo— dije. Ella me miró molesta.
Aún no lograba ver lo malo en eso. Es decir, Jason pudo averiguarlo pero no tendría por qué ser malo. Supo lo de Evan y yo y no había problema alguno. Prometió guardar el secreto.
— Pero no le ha dicho nada a Zac, ¿Cierto?— dije.
— No. Dijo que no diría eso.
— ¿Entonces por qué estás molesta?
— Por otra cosa. No quiero hablar de eso.Al parecer el caso era severo. Ella no dijo más. Esa tarde regresamos a casa sólo Zac, Evan y yo. Jason dijo que entrenaría con el equipo y Laura dijo que tenía que ir de compras con sus amigas. No era cierto. Ambos querían evitarse. Y eso no sentía nada bien.
— Me pregunto qué habrá pasado— dijo Evan—. Jason no quiere decir nada. Dice que no es su deber decirnos. Que todo depende de Laura.
— Ella no quiere decir nada— dije—. Está molesta por algo que le dijo.
— Es raro— dijo Zac—. Normalmente ellos casi no se hablaban. No más de lo necesario. Se me hace extraño que haya surgido un problema.Fui a casa. Evan quería acompañarme pero le dije que estaba bien. Zac iría conmigo para estudiar para la final. No hicimos eso. Nos la pasamos hablando de Jason y Laura.
Así fue toda la semana. Ellos se reunían con nosotros pero no se hablaban. El ambiente se sentía tenso. Tampoco hablaban de su problema. Estaban en silencio. Por las tardes no se iban con nosotros. O cuando uno lo hacía, el otro no.
— Hay que hacer algo para arreglar el malentendido— dijo Evan—. Jason me preocupa.
— Tienes razón— dijo Zac—. Hoy fui a verlo entrenar y no metió ninguna vez el balón. Falló muchas veces seguidas. Parecía desconcentrado.
— Laura tampoco está bien— dije—. Ya van varias veces que no hace tarea. Dice que se le olvida.
— Hay que hacer algo— resolvió Zac—. Piensen algo y mañana compartimos ideas.A todos nos pareció bien. Al día siguiente en lugar de irnos a casa nos quedamos en la biblioteca.
— Bien— dijo Zac—, ¿Qué tienen?
— Yo pienso que el problema es que no hablan de su problema— dijo Evan—, así que por ende no pueden resolverlo. Sugiero que busquemos una forma para hacer que se hablen.
— Evan, eso es bueno— le dijo Zac, sorprendido—. Jamás pensé decir eso.
— ¿Significa que hay que hacer que se reúnan en un lugar?— dije.
— Exacto. Sólo hay que buscar un buen pretexto— dijo Zac, pensativo.
— ¡Ya sé!— dijo Evan—. Hay que decirles que les tenemos una sorpresa.
— Necesitamos algo que los obligue a encontrarse— dijo Zac.
— Podríamos decirles que la abuelita de Jimi murió— dijo Evan—. Ambos querrán ir a ver a Jimi. Además, los dos saben que la abuelita está en el hospital.
— ¡Eso es terrible!— dije.
— Tienes razón, eso es malo— dijo Zac—. Necesitamos algo en donde no le faltemos a la integridad de nadie.
— Podríamos secuestrarlos a ambos y obligarlos a hablar— dijo Evan.
— Eso es ilegal— dije.
— Sí, no queremos ir a prisión— me apoyó Zac.
— Entonces hay que hacer lo de la abuelita— insistió Evan.
— Eso sería mentir— dije—. Y es malo.
— No realmente— dijo Zac, al parecer tenía una idea rondando su mente—. No con la mentira correcta.
— ¿A qué te refieres?— dijo Evan.
— A que ellos no tienen que saber que van a encontrarse.
— ¡Eso es genial!— dijo Evan, contento.
— No me parece tan bien— dije.
— El fin justifica los medios— me sonrió Zac—. Ya verás que saldrá bien. Una vez que estén en el mismo lugar tendrán que hablar quieran o no.A mí me pareció que eso era ir demasiado lejos pero viendo la situación no podía negarme.
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Rumores De Pasillo
RomanceJimi se declaró abiertamente gay en la escuela y empezaron a molestarlo por eso. Evan, un rubio popular que también lo molestaba, resultó sólo hacerlo porque los demás lo hacían... pero realmente guardaba un secreto: le agradaba Jimi. Mucho. Más de...