Rumores De Pasillo

14. El diario de Jimi

Ya en el auto, recapitulé lo último que me había pasado en la vida y no se veía nada mal. Es decir, hacía unas semanas estaba completamente solo, Laura me hacía compañía por supuesto, pero no era la mismo. Además, tenía a Evan. No era como si el viernes fuera de lo peor.

También estaba el asunto del Doctor Harper. Parecía amable. Me gustaba su voz, sonaba como alguien muy amable en quien todos podían confiar. Me incomodaba el hecho de que era demasiado atractivo. En realidad eso era raro. Primero Evan y luego él. Quizá la vida estaba empezando a bromear conmigo enviando a gente hermosa a mi vida. Entonces el destino debía tener un extraño sentido del humor.

Miré al pez en la bolsa. Parecía feliz. Probablemente Evan iba a amarlo.

— Ha sido una dura semana para ti probablemente— dijo él.
— Un poco— dije, yo estaba sentado en el asiento trasero.
— Ir a la escuela no fue fácil para ti probablemente— dijo.
— No en realidad. Me siento mejor ahora— dije—. Aunque falté a clases y no me gusta faltar.
— Recuerdo mis días de estudiante— dijo—. Nunca faltaba. También tenía muchos amigos. Tus amigos probablemente se preocuparon por ti mucho estos días.

Lo observé.

— Eso creo— dije, no sabía qué decir.
— ¿Cómo es que te lastimaste así?— preguntó.
— Tenía que entregar un trabajo y salí corriendo— dije—. Me lesioné pero mi tarea fue entregada.
— Te sacrificaste por una tarea— dijo—, pareces un buen estudiante.
— Creo que lo soy. Espero salir bien.
— Seguramente sí— dijo y sonrió.

Tenía una hermosa sonrisa. Adoraba eso.

Visto de ese modo, mi suerte hasta era una buena. Tenía a Evan, a mis padres, salud y un pez. Además, había conocido al doctor y en verdad parecía una amable y buena persona. La vida ya no se veía tan mal. Quizá todo era cuestión de actitud. Me sentía bien posiblemente porque Evan había llegado a mi vida y las cosas habían empezado a cambiar. No solo para mí.

En la escuela él iba a buscarme. Hablábamos. Era muy divertido. Sus amigos probablemente lo cuestionaban sobre mí pero ya no me decían nada. Él les había dicho que yo era una buena persona. Seguían rumorando sobre mí pero al menos ya no en mi cara. Esa crueldad que tanto me molestaba había cesado. Increíble pero cierto. Visto de ese modo parecía injusto que dejaran de molestarme sólo porque Evan era mi amigo pero era bueno al final de cuentas así que lo consideraba una victoria.
Me estaban pasando cosas buenas. Quizá sí era cuestión de ser positivo y enfrentar al mundo con firmeza y menos prejuicios. Eso deseaba creer.