73. El extraño diario de Zac

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Creía que a Laura le gustaba Jimi. No me imaginaba otra razón por la que haya decidido empezar a estar con nosotros en los recesos. Pra ser honesto eso me molestaba. Y no sabía en realidad por qué. Ella era genial, una buena amiga, una chica espectacular, muy inteligente y graciosa. Podría enumerar muchas cosas que me gustaban de ella. ¿Entonces por qué? Debía estar volviéndome loco.

— Zac— me dijo Evan, un día, en el receso—. Pareces sumido en tus pensamientos. ¿Te pasa algo malo?
— ¿Por qué necesariamente tendría que ser malo?— su je.
— No lo sé, tú eres malo así que...
— Evan, mejor no digas nada. Y no, no me pasa nada.
— ¡Vamos, dime!
— No es nada...
— Dime. Dime ahora— insistió.
— No.
— ¿Por qué no?
— No lo entenderías.
— Claro que sí. Y se nota que estás preocupado. Normalmente le dirías lo que te molesta a Jimi pero hoy no vino, fue a visitar a su abuelita. Así que puedes decirme a mí.

Me miró y sonrió idiotamente. Evan era muy atractivo. Me sorprendía el nivel de idiotez que podría haber en un cuerpo tan hermoso. Pero de alguna manera me sentí en confianza. Laura y Jason aún no habían llegado así que podría contarle. Y no era como si mis sospechas no tuvieran nada que ver con él. Decidí darle mi voto de confianza.

— Bien— dije—. Pero promete no hacer un escándalo de eso.
— Te lo juro— dijo contento.
— De acuerdo. Seré breve. Creo que a Laura le gusta Jimi.
— ¿En serio?— dijo, noté duda en su voz.
— Hay varias cosas que me hacen pensar eso. No quiero apresurarme pero ella es amiga nuestra gracias a Jimi.
— Pero ella debería saber que él nunca podría amarla.
— ¿Y? Tal vez es de ese tipo de personas que creen que pueden cambiar a la gente.
— Pero Jimi es mío— dijo—. No voy a dejar que ella me lo quite. Creo que debería decirle que se aleje de él.
— No puedes, no sabemos si le gusta o no.
— Entonces hay que descubrirlo.

Miré a Evan. Parecía tener un plan. Y por como me miraba, supe que sería malo.

— Muy bien— dijo él—. Hay que secuestrarla. Y una vez que la tengamos hay que obligarla a que diga que le gusta Jimi.
— En esa situación diría que sí. Por querer seguir viviendo. Hasta yo diría que sí en esa posición. Y en todo caso, ¿Qué harías si ella dijera que le gusta Jimi?
— La secuestro y la obligo a no quererlo.

Comencé a preguntarme si Evan se había golpeado la cabeza de pequeño o algo parecido.
Jason llegó a nosotros. Parecía cansado lo que me indicó que debió estar jugando basquetbol.

— Hola— dijo.
— Jason, tienes que ayudarnos. Creemos que a Laura le gusta Jimi— dijo Evan, angustiado.
— Eso es imposible. Ella sabe que él no podría corresponder a su amor— dijo él.
— Pero podría quererlo aún así. Y eso es un gran problema.
— Pues deberían preguntarle— dijo Jason, pensativo—. O a una de sus amigas. Ella tiene muchas.
— ¿De verdad?— dijo Evan, sorprendido—, por que ninguna ha aparecido por aquí.
— Por que ustedes hacen que este grupo parezca exclusivo. De verdad, ¿Quién, además de ustedes super modelos, se reune en un jardín?— dijo Jason, como si fuéramos raros.
— No sé de qué hablas— dijo Evan—. Fue idea de todos estar aquí. Tú también vienes.
— Porque tú me invitaste. Y me daba curiosidad saber cómo eran tus amigos. De otra forma ni me acercaría, parece como si se reunieran los miembros de una secta secreta o algo parecido.
— Nunca lo vi de ese modo— dije—. Realmente no pensé en cómo nos verían los demás estudiantes. Y como nadie a excepción de nosotros mismos nos habla en nuestros salones no podemos saber qué piensan sobre lo que hacemos.
— Sigo sin entender nada. Si alguien quisiera venir con nosotros a hablar nadie se opondría— aclaró Evan—. Laura lo hizo y nadie dijo nada.
— Por que Jimi la invitó. Y todo el mundo lo vio como algo normal porque ella es bonita. Las otras personas piensan que ustedes son muy exclusivos. Como un grupo de gente bea— dijo Jason—. Y yo. Hasta me preguntan cómo es que pude entrar.
— Eso explica por qué las personas no se nos acercan. Y por qué los comentarios ofensivos hacia Jimi han bajado considerablemente. Está bien así— dije complacido—, me gusta que no nos molesten.
— Pero Jason, tú eres bellísimo— le dijo Evan, mortificado.
— Evan, tú piensas que todos son bellos— dijo Jason—. Creo que eso es algo que Jimi y tú tienen en común. Lo que obviamente los llevó a no darse cuenta de lo que pasa alrededor. A mí tampoco me molesta. Aunque los rumores sobre el grupo en veces me enojan. Ahora que lo pienso bien, es extraño que Laura siga con nosotros. Ella tiene muchos amigos y obviamente debe saber lo que dicen por ahí. Y no le molesta. Debe tener alguna razón que haga que ignore semejantes comentarios.
— O es una gran amiga— dije—, o sus motivos son otros. Cualquiera que sean sus razones, no creo que sean malas. Tiene derecho de hacer lo que quiera... aunque lo de Jimi...

Lo pensé un momento. Seguía sin gustarme que le gustara Jimi.

— ¿Y si le preguntamos a sus amigas?— dijo Evan—, podemos ir a su salón y hablar con alguna de ellas. Jason sabe quiénes son, debería ser cosa sencilla.

Me pareció una mala idea. Pero no podíamos ir con Laura y preguntarle. Además Evan quería sacar sus dotes detectivescas. Decidí darle el placer. Jason no se opuso.
Con todos de acuerdo, partimos hacia el salón de Laura. La espiamos por la ventana. Efectivamente tenía muchos amigos y amigas. Esperamos a que saliera con una de sus amigas. Y luego entramos.

— ¿Y ahora qué hacemos?— dijo Jason.
— Hay que actuar— dijo Evan.

Caminó hacia una chica y empezó a hablar con ella. La pobre mujercita parecía muy confundida con el simple hecho de hablar con Evan que salió corriendo.

— Sabía que pasaría esto— dije—. Evan repentinamente aparece frente a alguna niña que probablemente está enamorada de él y ella sale huyendo... ¿Por qué no lo vi venir? Todas lo aman.
— A ti también te aman— dijo Jason—. Y a Jimi. Hay muchas personas que aún sabiendo lo de Jimi siguen admirándolo. Aunque sencillamente no creo que Laura sea una de ellas.
— Sabes mucho sobre Laura— dije.
— La he observado. Se ha vuelto popular ya que es su amiga. Y ustedes son muy muy populares. Todo el mundo habla sobre su grupo exclusivo. Hay rumores de todo tipo. Unos muy locos. Yo los ignoro. Casi siempre.
— Pero algunos te molestan— dije—, entonces, ¿Por qué sigues con nosotros?
— Algunos me molestan porque sé que son falsos. Ustedes me agradan. Y conozco a Evan desde mi primer día en la escuela. Me ha ayudado mucho aún sin saberlo. Prometí que lo apoyaría siempre. Aunque realmente estoy con ustedes porque me da curiosidad saber lo que pasará.

Lo miré. Y miré a Evan, tratando de hablar con alguna chica sin lograr que se sintieran extraña.

— ¿Pasar qué?— dije.
— Me he dado cuenta de muchas cosas— dijo Jason—. Soy una persona muy observadora.
— ¿Qué cosas?— dije, me asustaba la respuesta.

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