179. El diario de Laura

159 36 5
                                    

Ya en el auto, George empezó a quejarse.

— ¿Por qué tengo que llevarlos?— preguntó.
— Porque estabas en tu habitación viendo televisión mientras tragabas como cerdo sin hacer nada productivo— dije.
— Además— dijo Evan—, porque quieres a mi prima y hacer cosas lindas por mí te da puntos extra.
— ¿Cuántos puntos?— preguntó George.
— Eh...— dijo Evan pensativo—... ¿Diez?
— Veinte— dijo George.
— Quince, tómalo o déjalo— dijo Evan.
— Dieciocho— dijo George.
— Hecho— dijo Evan.
— ¿Puntos para qué?— preguntó Jimi.
— Puntos de amor— dijo Evan.

No sabía si Evan era bobo por inventar algo tan ridículo como los puntos de amor o si era un genio al hacer que George creyera que esos puntos sí existían.

— Entonces díganme— dijo George—, ¿Qué es lo que van a ir a hacer?
— Obligaremos a la ex novia de Jason a que le devuelva sus cosas— dije.
— ¿Tienen un plan para eso?— preguntó.
— No confío en planes— dije—, nunca salen como deben ser. Actuo más conforme a la situación.
— ¿Y la situación te dijo que fueras a enfrentar a la ex novia de tu amigo para que te devuelva sus cosas?

Lo pensé. Sí, no sonaba tan bien como al principió me pareció.

— Tú sólo conduce— dije.

En el trayecto, traté de enfocar mi enojo hacia el objetivo pero me distraje viendo a Evan y a Jimi. Yo estaba en el asiento del copiloto, junto a George. Ellos dos estaban atrás. Pero desde donde yo estaba podía ver que ellos tenían sus manos entrelazadas.
Sentí un poco de envidia. Al mismo tiempo me alegré por ellos.

Llegamos. Bajamos. Evan se acercó a llamar a la puerta. Esperamos. Salió ella. Nuevamente quedé deslumbrada por lo bien que se veía. Era muy bonita.

— Evan, hola— le dijo ella—, ¿Qué haces aquí?
— Hola Stella, te ves genial— dijo él—. Me encanta tu camiseta. ¿Dónde la compraste?
— Evan, no venimos a eso— le dije después de bajar del auto con Jimi.
— Es cierto— dijo Evan—, venimos por las cosas importantes de Jason.
— ¿Él los envío por sus cosas?— dijo ella con ironía—, ¡Qué patético!
— Jason no es patético— dijo Jimi—. Es una persona genial. Además, no nos dijo que viniéramos en su lugar.
— Sí— dijo Evan—, llegamos aquí solitos.
— Si quiere sus cosas que venga él— dijo ella.
— No es necesario— dije—. Ya que estamos aquí podrías darnos las cosas a nosotros. Te juro que llegarán a sus manos tal y como nos las entregues.
— Se las daré a él únicamente— dijo ella—, así que váyanse.

Estaba por entrar a su casa cuando la detuve.

— No nos iremos sin eso— dije.

Ella me observó. Era más alta que yo. Se veía enojada.

— Pues no voy a darte nada— dijo, condescendiente.
— ¿Por qué no?— pregunté—, ¿Qué ganas teniendo cosas de tu ex?
— No es mi ex— dijo ella—. Aún estamos saliendo.
— No, claro que no— dijo Evan—. Jason dijo que tú terminaste con él.
— Sí pero al día siguiente le envíe un mensaje en donde le dije que ya no quería terminar— dijo ella.
— Pues parece que él nunca lo leyó— dije.
— Lo hizo— me dijo—. Estamos saliendo.
— ¿Entonces porqué le dijo a todos sus amigos que ya no sale con nadie?— pregunté.
— Quizá los está engañando— dijo ella.
— O tú te estás engañando a ti misma al pensar que aún tienen algo— dije—, porque desde mi punto de vista lo único que tienes de él son sus cosas.
— Nadie pidió tu opinión— me dijo.
— Me queda claro que no te importa la opinión de nadie— dije molesta—, ni siquiera la de él.
— No vengas a decirme cómo tengo que manejar mi relación.

Me observó furiosa. Y yo la observé igual.

— Pero no creo que exista ninguna relación— dijo Jimi—, al menos Jason ya no lo ve así.
— Él verá las cosas como yo quiera que las vea— dijo ella—, así que no se metan en cosas que no entienden.
— ¡Oh por dios, lo veo todo ahora!— le dije—, ¡Tu conservas sus cosas porque quieres que él venga a verte!
— ¡Claro que no, eso es tonto!— dijo ella.

La observé. Entendía sus razones. Era un poco tonto hacer algo así pero... empatizaba con su situación.

— Es difícil aceptar que algo así terminó— dije—. Pero debes hacerlo. De otra forma sólo te harás daño.
— No me hables como si me conocieras— me dijo.
— Stella, sé que esto es difícil— dijo Evan—. Pero no necesitas hacer eso. Jason hablará contigo si así lo quieres. Sólo no insistas en que aún tienen algo porque probablemente él no lo ve así. Pero tranquila, soy tu amigo y te ayudaré.
— ¡No necesito ayuda de nadie!— le gritó.
— Tranquila— dije—, no necesitas alterarte...
— ¡Tú cállate barbie!— me gritó—, ¡No hables como si fueras mi amiga porque estás a siglos, es más, a años luz de serlo!
— ¿Barbie?— pregunté.
— Los años luz miden distancia, no tiempo— dijo Jimi.
— ¡Cállate niño!— le gritó ella.
— ¡No te permito que le hables así a Jimi!— dijo Evan, molesto.
— ¡Ya váyanse de aquí!— nos gritó.

¿Barbie? ¿Me había llamado barbie?

— No me iré sin esas cosas— dije, más enojada que nunca—, menos ahora. Insultas a mis amigos, me llamas barbie, sea lo que sea que signifique, y rechazas nuestras intenciones de ayudarte. No esperes que después de esto tenga alguna consideración por ti. Dame las cosas de Jason o te irá mal.
— No asustas a nadie niñita— me dijo amenazante—. Además, sé bien qué te trajo aquí. Te gusta mi novio, ¿No?
— No es tu novio— dijo Evan—. Jason me dijo que no tiene intenciones de volver contigo.
— Él no sabe lo que quiere— dijo ella.
— Jason es mi amigo— dije—. No necesita gustarme como para ser importante para mí.
— Mientes, es obvio que eres una zorra quita novios— dijo.
— Jamás haría algo así— dije—, y te reto a que vuelvas a llamarme zorra.

La observé con ira. Ella también.

— Creo que se están poniendo intensas— dijo Evan—, pero no es necesario, podemos solucionar esto de manera pacífica...
— Ya es tarde para eso— dije sin dejar de mirarla—. Quiero las cosas y las tendré no importa lo que tenga que hacer. Esto ya es algo personal.
— Pero Laura— dijo Jimi—, recuerda que somos pacifistas.
— ¡Al demonio la paz!— dije.
— ¿Y qué vas a hacer, barbie?— me preguntó ella con malicia.
— Te juro que desearás no saberlo— dije.
— ¡Jimi, tengo miedo!— se quejó Evan—, ¡Las mujeres asustan!
— Jimi, Evan, vayan al auto con George— dije—, esto se pondrá feo.

Rumores De PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora