Rumores De Pasillo

134. El diario de Jimi

Evan me miró de repente ese día mientras caminábamos por la calle. Fue como si por un momento no existiera nadie además de nosotros dos pero no era así.
La gente nos rodeaba. Cada una en su propio mundo, desde luego. En cambio yo sentía que Evan era mi mundo. Cualquier persona diría que hacer que tu vida gire en torno a tus sentimientos por alguien estaba mal, sin embargo a mí eso no me importaba. Sólo quería estar con Evan, hablar con él, escuchar su voz y sentir que aunque todo pudiera estar mal en el universo, yo no estaba equivocado al enamorarme de él, así, tan intensamente como lo sentía mi corazón.

Entonces instintivamente miré su mano, cerca de mí. Tan cerca, que casi podía rozarla con la mía, tan cerca que podía sentir su calor.
Quería tocarla. Entrelazar mis dedos con él. No podía, desde luego. La gente nos vería. No quería causar problemas, ni más rumores. Zac decía que debíamos ser discretos porque lamentablemente no todas las personas eran buenas, lo entendía pero... aún así quería hacerlo.

En algún momento de mi vida quedé tan profundamente enamorado de Evan, tanto, que me era imposible mantenerme alejado de él, tanto que me era irresistible no querer tocarlo, verlo, hablarle  y estar en su vida. Ser parte de él.

Seguí mirando su mano. Me desanimé un momento porque pensé que quizá nunca podría caminar a su lado estrechando su mano como las parejas comunes. No era importante realmente hacerlo o no porque eso no cambiaría mis sentimientos por él, pero de todas formas quería que pasara.

— Te ves pensativo— me dijo, inmediatamente lo miré—, ¿Imaginabas algo interesante?
— No realmente— dije.
— Puedes contarme.
— No, es extraño— dije—. Mejor que se quede sólo en mi mente.
— Deberías decirme— dijo—. Yo te conté lo que soñé la otra noche.
— No te obligué a que me contaras eso— dije—. Además, me hubiera gustado no saberlo, quedé bastante traumado.
— Yo aún sigo traumado— dijo—. No puedo ver a Zac del mismo modo en el que lo veía antes.

En conclusión, el sueño de Evan era básicamente el siguiente: soñó que él y yo estábamos en su habitación al borde de según Evan “entregarnos a la pasión”, cuando Zac salía de la nada y se convertía en un horrible monstruo que me secuestraba y lo deja a él solito ahí, sufriendo.

— No creo que eso vaya a pasar— dije.
— Ojalá no, aunque no lo descartaría, Zac ya ha aparecido repentinamente en múltiples ocasiones.
— Es cierto. De todas formas si vuelves a soñar cosas así no me las cuentes.
— De acuerdo— dijo—. Pero tú deberías contarme cosas que consideres importantes. Sueños, pensamientos, situaciones de tu vida... no lo sé, todo.
— ¿Por qué quieres saber eso?
— Yo quiero saber todo de ti— dijo y me sonrió.

Si Evan supiera el increíble poder que tenía para hacer latir mi corazón como loco, no lo creería.

Seguimos caminando. Ya no miré su mano. No importaba tanto después de eso.

Llegamos a la casa de Will. Evan presionó el timbre. Un segundo después la puerta se abrió. Sorpresivamente quién nos abrió era una chica. Yo sentía que conocía a esa chica de algún modo pero no sabía en dónde la había visto antes.

— ¡Evan!— dijo ella feliz, se apresuró a abrazarlo—, ¡Feliz cumpleaños!
— Gracias... ¿Qué haces aquí?— preguntó él, extrañado.
— Will me invitó a venir. Así que vine. ¿No es una increíble sorpresa?
— Pues sí...
— ¡Pero si es el pequeño Jimi!— dijo ella, empujó a Evan a un lado y se acercó a mí—, ¡Felicidades por el certámen!
— Ah...— dije, no sabía qué estaba pasando.
— ¡Aléjate de mi Jimi!— dijo Evan que reapareció y la empujó.
— ¿Por qué?— dijo ella, mientras se reía—, ¿Estás saliendo con él o qué?

Ambos nos quedamos en silencio. Ella nos observó mientras reía... hasta que por la seriedad de nuestras caras, debió deducir que no era algo con lo que se pudiera bromear. Entró a la casa totalmente alborotada. La seguimos.

— ¡Qué está pasando aquí!— dijo ella mientras corría.

La alcanzamos hasta la sala de la casa de Will, en donde estaba él, Zac, Laura, Jason y Alex.

— ¿Qué pasa?— le preguntó Will cuando la vio tan alterada.
— ¿Ellos están saliendo?— dijo ella—, ¡Nadie me dijo nada!
— Bienvenida a mi mundo— le dijo Laura.
— No— le dijo Jason a Laura—, a la profesora nadie le dijo nada porque está muy ocupada. A ti no te informan nada porque siempre haces un alboroto de todo.
— ¿Cómo sabe que están saliendo?— dijo Zac, luego nos miró a Evan y a mí con ira—, ¡Les dije que no hagan nada amoroso en la calle!— nos dijo.
— ¡No hicimos nada!— se defendió Evan—... Jimi nunca quiere...
— ¡No soy tan ruidosa!— le dijo Laura a Jason.
— ¿Entonces en verdad están saliendo?— preguntó la mujer.
— ¿Profesora?— pregunté—, ¿Ella es profesora?
— Tranquilos— dijo Will—. Creo que hay cosas que hay que explicar.

Nos sentamos. Ella, pelirroja de apariencia joven y sexy, era la prima de Evan, que también daba clases en mi escuela. Yo ya la había visto antes pero en verdad se veía diferente. En la escuela tenía el cabello recogido y usaba gafas, como Will. Pero aparentemente se las quitaba cuando no estaba trabajando. Will la había invitado al cumpleaños de Evan, naturalmente.

— Lamento no haberla reconocido— dije.
— ¡No te preocupes por eso!— dijo ella, muy sonriente—, ¡La gente suele decirme eso mucho!
— Profesora— dijo Laura—, usted no se parece en nada a Evan.
— Mi mamá se parece a su mamá— dijo ella—, porque son hemanas. Pero efectivamente Evan no se parece a ella... esperen un momento, me estoy desviando del tema, ¿Cómo está eso de que Evan y Jimi están saliendo?

Oh no. Era la primera vez que conocía a la familia de Evan. Él no tuvo problemas con mis padres pero yo no contaba con que podría molestar a su familia saber que él salía con un chico...

— Estamos saliendo— le dijo Evan—... eh... ¿Sorpresa?

Ella nos miró incrédula.
Oh no, iba a rechazarme. No estaba preparado para eso. Empecé a sentirme nervioso y ansioso.

— Pues sí es una sorpresa— dijo ella—. Pero qué bien. Aunque debiste decirme antes. Tú también Will— se giró hacía él—, esas cosas son importantes y yo merezco saberlas.

¿No se había enojado? ¿Qué significaba eso?