Llegué a la escuela muy temprano ese día. Estaba feliz. Y ansioso. Llevaríamos a cabo el plan malvado pero de alguna manera correcto que ideó Zac.
Solamente crucé el patio y lo vi. Evan. Estaba platicando amenamente con unas chicas, sonriendo y desbordando energía. Lo observé y no pude evitar sonreír. Él hacía ese tipo de cosas en las personas. Las obligaba a sonreír. Y reírse de vez en cuando no era nada malo.
Me vio y corrió hacia mí.— Hola— me dijo.
— Hola— le dije.Estaba nervioso. Mi corazón latía muy muy fuerte. Tanto que hasta dolía. Pero me sentía feliz.
— ¿Interrumpo?— dijo Zac.
Nos giramos a verlo. Parecía bastante calmado. Tanto que no regañó a Evan por alguna cosa.
— No— dije, aún sorprendido por su reacción.
— ¿Estás bien?— le preguntó Evan, asustado— ¿Estás enfermo?
— Me siento bien— dijo Zac, indiferente.
— ¿De verdad? ¿Seguro que eres Zac? ¿Seguro que eres nuestro Zac?— le dijo Evan incrédulo.
— Soy Zac. Y no soy de nadie. Creo.
— ¿Y estás contento?— insistió Evan.
— Nunca estoy contento. En paz, tal vez.
— Ahora sí suenas a Zac. Es raro que llegues y no me culpes por todos los males de la humanidad.
— ¿Quieres que lo haga?
— ¡No, gracias!— dijo Evan asustado.Laura corrió hacia nosotros. Parecía animada.
— Buenos días—dijo.
— Hola— dije.
— Laura, no vas a creer esto— le dijo Evan—, hoy Zac no está enojado. ¿Verdad que es increíble?
— Contigo siempre estoy furioso— le dijo Zac.
— Oh, eso no lo sabía— dijo ella, luego le cambió el semblante—. Tengo que irme.Salió corriendo. Apareció Jason. La observó irse.
— Hola— dije.
— Qué tal— dijo.
— Zac no está tan peleado con el mundo como siempre— le dijo Evan.
— ¿En serio?Siguieron hablando de otras cosas. Yo me quedé callado. No me gustaba eso. Se sentía incómodo. Quería que todo volviera a lo de antes. En verdad quería.
— Oye Jason— le dijo Zac—. Hoy haremos una reunión en mi casa. Evan quiere celebrar que estaremos en televisión. Será como una reunión de hombres, ya sabes, testosterona y eso.
— Parece bien. Aunque pensé que ya habían hecho esa fiesta— dijo.
— La cancelamos— dijo Zac— . La haremos ahora. ¿Vienes?
— De acuerdo.Al final, me dejaron la tarea de embaucar a Laura yo solito. Y eso se me daba fatal. Intenté parecer convincente.
— ¿Una reunión?— dijo ella—, ¿En casa de Zac?
— Sí— dije.
— Suena muy bien. Aunque...
— Jason no irá— dije mientras le pedía perdón a dios internamente—. Estará practicando.
— Entiendo...
— ¿Le digo a Zac que irás?
— Está bien. Quiero ir. Parece divertido.Me sentía sucio. Pero no podía hacer más. Todo era para preservar la amistad de Laura y Jason.
Por la tarde fui a casa de Zac. De camino me encontré con Evan. Mis nervios volvieron a ponerse locos.
— Hola— dijo.
— Hola.
— Zac me dijo que lograste hacer que Laura aceptara.
— Me siento mal por eso— admití.
— Pero será por algo bueno.
— ¿Y si ellos piensan que soy un total mentiroso?
— No creo que eso pase.
— ¿Por qué estás tan seguro?
— Porque yo jamás creería eso. Cuando se trata de ti yo... no puedo hacer otra cosa más que ver lo genial que eres— dijo.Me sonrojé. Oh por dios. Si Evan supiera todo lo que me hacía sentir seguramente se detendría, pero yo no estaba seguro si quería que dejara de decir esas cosas o si deseaba que me dijera más, para que terminara de procesar que de todas las personas del mundo, me escogió a mí. Una parte de mí aún no podía creerlo.
— Evan, yo.. — dije, él me miró atentamente—... creo que tú...
— ¡Holaaaa!— gritó Laura, a lo lejos. Nos giramos a verla.Venía muy contenta. Nos alcanzó. Comencé a sudar frío. Oh no. Me había costado mucho no decirle la verdad.
— ¿Por qué Jimi está pálido?— dijo ella.
— Creo que no se siente bien— dijo Evan—. Lo mejor es que no hable porque luego cuando está enfermo dice cosas que no debería, ¿Cierto, Jimi?Agité mi cabeza afirmativamente. Menos mal que Evan notó que mi instinto me obligaba a hablar cuando no quería. Comencé a odiar a mi honesto corazón.
Bien, me dije a mí mismo. Sólo debía llegar a casa de Zac sin delatarme y todo estaría bien. Sin embargo mi mente empezó a armar preguntas en donde el plan no parecía ser una buena idea. ¿Y si ellos no querían verse? ¿Y si se molestaban con nosotros? ¿Y si no volvían a hablarnos jamás?— Yo— dije—, no quiero que...
— ¡Tranquilo Jimi!— dijo Evan mientras tapaba mi boca con su mano.
— ¿Qué pasa?— dijo Laura.
— ¡Nada, nada!
— Pero... ¿Por qué haces eso?
— ¿Esto? No lo sé... somos raros. Ahora, no hables y entra en la casa.
— De acuerdo— dijo ella—, ¿Qué pasa aquí?
— ¡Nada! Calla y entra.La casa de Zac estaba justo frente a nosotros. Laura nos miraba como si fuera detective.
— Ustedes me ocultan algo— dedujo.
— ¡Para nada! Somos angelitos. Ahora, entra— se justificó Evan.
— Jimi— me dijo ella—, dime. Tú sí sabes.Oh no, no podía delatar a nadie. Pero no quería mentir. Mi padre decía que había un camino muy corto entre mentir y ser pandillero.
— No quería llegar a esto— dijo Evan—. Recuerda que tú me obligaste.
Laura apenas estaba asimilando lo que pasaba cuando Evan la levantó como si se tratara de una maleta grande y la cargó mientras caminaba.
— ¡Evan, suéltame!— dijo ella, asustada.
— No, Jimi se ha esforzado mucho hasta ahora como para que tú salgas huyendo.
— ¿Por qué haría eso?— dijo ella. Se puso pensativa. Y en algún momento descifró la situación—, ¿Porqué me hacen esto? ¡Son malos, malos!
— ¡Lo siento!— dije muy afligido.La puerta estaba abierta. Evan sólo la empujó un poco. Entramos. Zac y Jason ya estaban ahí.
— ¡Suéltenme!— dijo Laura.
— ¿Pero qué demonios?— dijo Zac, sorprendido—, ¿No la habían convencido de venir?
— ¡Todo es mi culpa!— dije, casi llorando—, ¡Comencé a sentirme mal por mentir y luego pensé cosas extrañas porque Evan dijo que era genial, empecé a sentirme culpable y casi me delato, entonces recordé que mi padre decía que los mentirosos se volvían pandilleros y ahora Evan pasó de ser mi cómplice a secuestrar! ¡Soy tan malo!
— ¿Qué?— dijo Jason.
— Tranquilo, Jimi— me dijo Zac—. Respira, es obvio que llegaste a tu límite. Ahora, a repartir culpa. ¡Evan, eres un inepto!
— ¿Y yo porqué?— dijo él, mientras soltaba a Laura.
— Esperen— dijo Jason—, ¿Todo esto es un plan para reunirnos?
— Y para obligarlos a hablar y arreglar sus diferencias— agregué—. Por favor, no nos odien.
— ¡Me niego a hablar!— dijo Laura molesta.
— Desde luego— le dijo Jason—. No esperaba más de ti.
— ¿Qué intentas decirme?Empezaron a pelear. Nosotros nos dedicamos a mirarlos.
Zac dijo que los dejáramos hablar. En algún momento se cansarían de pelear. Pero no. Pasó media hora y nada. Si los dejábamos así pasarían años y aún seguirían peleando.
Zac empezó a perder la paciencia.— ¡Ya cállanse!— gritó molesto—, ¡Van a decirme por qué pelean o la pasarán muy muy mal!
![](https://img.wattpad.com/cover/73002937-288-k987318.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Rumores De Pasillo
Любовные романыJimi se declaró abiertamente gay en la escuela y empezaron a molestarlo por eso. Evan, un rubio popular que también lo molestaba, resultó sólo hacerlo porque los demás lo hacían... pero realmente guardaba un secreto: le agradaba Jimi. Mucho. Más de...