Jimi me miró. Me preguntaba con su mirada si quería hacerlo. ¡Como si tuviera otra opción!
— Primera pregunta— dijo la chica.
La escuché. Era fácil. Hasta un niño de primaria sabría la respuesta. Todos menos Evan, que parecía confundido con la pregunta.
Respondí. La presidenta buscó la respuesta. La encontró y le mostró el teléfono a la chica.— ¡Correcto!— dijo ella, entusiasmada.
Las personas se miraron entre ellas sorprendidas.
— Siguiente pregunta— dijo la presidenta—. ¿Quién va después?
— Yo tengo una— dijo una chica.La miré. Oh por dios. No ella. No Alessa. ¿Acaso quería venganza por la vez en la que la humillé cuando Jimi intentó que dejara de esparcir rumores sobre mí? De acuerdo, me merecía eso, pensé.... ¡No, no era cierto! ¡Ella sólo estaba buscando cómo vengarse!
— Adelante— la incitó la presidenta.
Habló. Me sabía esa respuesta. Pero ella me hacía dudar. ¿Y si era una pregunta capciosa? No, yo había ganado. Sí me sabía la respuesta.
La dije con algo de duda. Miré a la presidenta. Ella le mostró el teléfono a Alessa luego de un rato. En ese tiempo yo estaba intentando aniquilar a Alessa con mi mirada de rayos láser. No tenía ese poder afortunadamente para ella.— Correcto— dijo ella—. Pero eso ya lo sabía. Él es el campeón nacional después de todo.
Eso sirvió para que las personas quitaran su cara de desconfianza. Si la chica que debía odiarme más que nadie decía cosas así era porque debía ser cierto.
¿Acaso ella... había intentado ayudarme? Miré a Jimi. Él me sonrió. ¿Qué estaba pasando?— Bien. Siguiente pregunta— dijo la presidenta.
Después de eso, muchas personas que tenían la mano levantada la bajaron, como si se hubieran convencido. Me hicieron otras tres preguntas que respondí sin problemas.
— En conclusión— dijo la presidenta—. El rumor es falso. Así como los demás.
Jimi bajó de la silla. Se acercó a mí.
Laura se apresuró a subir.— ¡Nada de lo que dicen es cierto!— dijo ella—, ¡No soy pandillera! ¡El auto de papá se averió y lo llevó al taller! ¡Él trabaja para el alcalde y éste se ofreció a prestarle su auto! ¡Mi familia no es pandillera! ¡Lo que dicen de Evan y Jimi tampoco es cierto! ¡Ellos dos son buenas personas! ¡Jason tampoco es pandillero!
— En realidad— dijo Jason—, si quieren pensar que soy pandillero, háganlo.
— ¡No, no le hagan caso, no es pandillero!— dijo ella mientras lo miraba con ira.
— Bien— le dijo la presidenta a ella—, ¿Quieres agregar algo más?
— ¿Puedo?— preguntó.
— Claro.
— ¡Liberen al Tíbet!— gritó.Evan se acercó a Laura.
— Tranquila— le dijo—. Ya habrá tiempo para temas políticos en el futuro.
Ella, más serena, se bajó. Me acerqué. Me subí a la silla. Todos me miraban.
— En realidad esto parece un poco injusto— dije—. Lo es porque no somos los únicos que son asediados por rumores negativos. Sé que siempre van a haber personas que van a hablar mal de otros sin importar lo que hagan. Puede que tal vez la intención de alguién al hablar no sea mala, quizá los rumores se van deformando cuando van de boca en boca y terminan siendo así de crueles. Por eso quiero decirle a las personas que comenzaron a esparcirlos, en caso de que así haya sido y de que se encuentren aquí ahora, que no es divertido. Me acusaron de hacer fraude, cuando no fue así. A Laura y a Jason de ser pandilleros. Eso pudo arruinar sus vidas seriamente. Decían cosas de Evan y Jimi sin tener pruebas de que así fue. Tal vez lo vieron como un juego pero no es así. Jamás es divertido. Todos lo sabemos. Porque, ¿Alguien de aquí no ha sido víctima de un rumor? Levanten la mano si alguna vez han sufrido por rumores falsos.
Los miré. Todos levantaron la mano. Todos. Incluso Alessa. La presidenta también.
— ¿Acaso eso nos da derecho para esparcir y crear más? ¿Acaso no podemos ir a comprobar si es verdad o no? ¿Cuesta mucho trabajo preguntar algo? Y si una persona estuviera en una mala situación, ¿Eso nos da derecho para rumorear, juzgar y maldecir a su espalda? ¿Por qué nos importa tanto la vida de personas que no conocemos? ¿Por qué les importa tanto la vida de gente que no tiene nada que ver con ustedes? ¿Eso los hace más intelectuales? ¿Eso ayuda a que las personas mejoren? Para nada. Sólo causa caos. Y sufrimiento. Todos lo sabemos porque todos hemos pasado por lo mismo.
Me bajé de la silla.
— Así que hay que hacer algo— dije—. Aprovechemos que estamos reunidos aquí. Si alguien quiere desmentir un rumor, disculparse con alguien o simplemente decir algo, puede subirse a la silla y hacerlo. Todos merecemos justicia y perdón.
Me miraron indecisos.
— Yo lo haré— dijo la presidenta. Se subió—. Hay un rumor que dice que soy insensible y que carezco de emociones humanas complejas. Pero no es cierto. En primer lugar, eso es fisiológicamente imposible al menos que sufra de algún transtorno... cosa que no es así porque mi madre me hizo pruebas hace mucho tiempo. Además puede que no lo parezca pero hoy estoy bastante deprimida porque me enteré de que el chico que me gusta tiene novia.
Todos aplaudieron. Varias personas se acercaron a la silla. La presidenta era increíble. Ella sola hizo que las personas se animaran a hablar. No sabía que ser presidente hacía que la gente tuviera tanta confianza en ti.
Una chica se subió y reveló que había mentido al decir que era extranjera. Un chico quería disculparse por salir con la hermana de su amigo a sus espaldas. Otro chico le declaró su amor a una chica. Alessa se subió y pidió perdón general a todos los que alguna vez ofendió.
Disculpa aceptada, pensé.Así todo el receso se fue rápidamente. Los maestros, al ver que nadie iba a clases, fueron a ver qué pasaba. Les gustó la dinámica, tanto que hasta ellos terminaron pasando al frente a hacer alguna revelación. El profesor de álgebra malvado confesó que en veces era malo porque desquitaba su ira en los estudiantes. Por increíble que pareciera, todo estaba funcionando.
Laura se acercó a mí. Tenía las mejillas rojas.
— Para aclarar todo—me dijo—, y aprovechando que estamos diciendo la verdad, quiero que sepas que Evan no me gusta. En verdad no. Sé que él ama a Jimi, y aunque no lo hiciera, él no me gustaría. Digamos que... tampoco es mi tipo. Sólo quiero que sepas eso. Es todo.
— De acuerdo— dije—. Veo que es importante para ti que yo lo sepa.
— Así es— dijo—. Ahora si me disculpas, me voy a regañar a Jason porque me contradijo enfrente de todos.Se fue enojada. La miré encontrarse con Jason y regañarlo. Me reí, se veía graciosa enojada.
La presidenta se acercó a mí.— Ese fue un buen discurso— me dijo.
— Estaba inspirado.
— Claro. Como buen futuro gobernante.
— ¿Qué? Yo no...
— Podrías hacerlo bien— me dijo—. Tienes talento para dirigir. Las personas te seguirían. Lograste que hicieran esto.
— ¡Para nada! Ellos lo hicieron porque usted lo hizo primero.
— Pero tú tuviste la idea primero. Observa— me señaló, miré a todos hablar como si fueran amigos. Por un momento todos se estaban llevando bien—, tú hiciste eso. Si esto no es lo que haría un buen presidente del consejo estudiantil, entonces no sé lo que es.
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Rumores De Pasillo
RomanceJimi se declaró abiertamente gay en la escuela y empezaron a molestarlo por eso. Evan, un rubio popular que también lo molestaba, resultó sólo hacerlo porque los demás lo hacían... pero realmente guardaba un secreto: le agradaba Jimi. Mucho. Más de...