Laura iba a regresar a la escuela en una semana. Me dijo que ya se sentía mejor pero su mamá quería estar segura de que estuviera 100% recuperada. Así que yo decidí ir a visitarla por la tarde. Le llevaría la tarea. Eso sólo era un pretexto porque quería verla. Evan no pudo acompañarme porque tenía problemas con sus clases y la profesora Luz (como él llamaba a su prima Lucille), iba a ayudarle a salvar el semestre. Así que por la tarde fui con Jason a la casa de Laura.
Al llegar, la mamá de Laura abrió. Ella conocía a Jason porque eran vecinos y se alegró de que fuéramos a visitarla. Subimos a su habitación. Golpeamos la puerta. Ella nos abrió. Traía una pijama rosa. Se veía mejor. Nos invitó a pasar.
— ¿Evan no vino?— preguntó.
— No— dije—. Tiene que salvar el semestre. Zac tampoco pudo venir porque está muy ocupado en su casa. Pero te desea lo mejor.Ella no dijo nada. Se sentó en su cama. Miró el suelo.
— Tranquila— le dijo Jason—, él en verdad está ocupado. No es un pretexto.
— Es que... no puedo evitar pensar que me odia y...Ella se veía mal. Yo no entendía nada. ¿Por qué estaba triste? ¿Por qué Zac iba a odiarla?
— Él jamás podría odiarte— le dije—. Él te quiere mucho.
Laura me miró atentamente. Luego se dejó caer en su cama.
— ¿Dije algo malo?— pregunté alarmado.
— Jimi— me dijo Jason—, tenemos que hablar.
— ¿Sobre qué?— dije.
— Mejor dicho— aclaró él—, Laura tiene que decirte algo.Ella se levantó y me miró.
Entonces me contó lo que había pasado. Yo escuché en silencio.
— ... pero no te confudas— dijo ella—, mi enfermedad no tiene nada que ver con lo que me dijo Zac. Estoy así por correr con el clima muy malo. Y por estrés, según Will.
— Es que... es tan triste— dije intentando no llorar.
— Jimi, si lloras yo lloro contigo y créeme— dijo ella—, no quieres verme llorar.
— ¡No te preocupes!— dije determinado—, ¡Resistiré, te juro que lo haré!Así que traté de hacer que las lágrimas que ya estaban por salir de mis ojos se metieran de nuevo. Prefería morir antes de hacer sufrir a Laura.
— Pero en verdad Zac no te odia— dije—. Él jamás podría hacerlo. No mentí cuando dije que él te quiere mucho.
— Jimi, no me hagas llorar— dijo ella.
— En realidad— dijo Jason—, yo creo que necesitas eso. Debes sufrir y liberar todo lo que sientes.
— Sí— dije—. Cuando Evan terminó conmigo yo lloré mucho y me sentí un poco mejor.
— Pero Evan volvió a ti porque ustedes son como pan y mermelada— dijo ella—. Tú eres la mermelada.
— Podría ser así contigo— dije—, no deberías darte por vencida. Quizá en el futuro Zac...
— No—, me interrumpió ella—, eso no va a pasar.
— ¿Por qué no?— pregunté.
— Porque si Zac es el pan, yo no puedo ser su mermelada.
— Pero...Ella no parecía querer hablar más. Jason sólo la miraba.
Eso me daban tristeza.— Hay que hacer algo— dije.
— ¿Qué cosa?— dijo ella.
— Hay que hacer cosas de personas rechazadas— dije—. Después de eso te sentirás mejor. Lo juro.
— De acuerdo— dijo ella—, ¿Qué propones?
— Veremos Titanic, comeremos helado y cantaremos las canciones más tristes que tenga Taylor Swift.
— ¡Eso suena genial!— me dijo ella mientras me abrazaba.
— No te preocupes— le dije—, superaremos esto juntos los tres.
— Yo paso— dijo Jason.Lo miramos.
— ¿Por qué?— le preguntó Laura.
— Porque no estoy de humor para deprimirme— dijo—. Así que me voy. Pero no se preocupen, estaré vigilando desde mi casa que no vayan a intentar saltar por la ventana.Se fue.
— No lo necesitamos— dijo ella, de buen humor—, ¡Voy por el helado!
— ¡Yo pondré la película!Esa tarde fue genial. Y triste. Laura y yo lloramos mientras comíamos helado con galletitas. Luego pusimos canciones y las cantamos tan fuerte, tanto que su mamá fue a ver si estábamos bien.
Llegó un momento en donde ambos nos cansamos y simplemente nos dejamos caer en la alfombra.
— ¿Vas a estar bien?— le pregunté.
Pensé que ella no hablaría porque parecía que quería evadir el tema.
— Lo estaré— dijo—. Volveré a la escuela y trataré de arreglar las cosas. No va a ser fácil pero sé qué debo hacer.
— Eso es muy valiente— dije—. Tú eres muy fuerte.
— No tanto. No como pensé que era.
— Pero estás intentando resolver eso. Si yo estuviera en tu lugar estaría llorando.
— Ya he llorado mucho— dijo—. Las cosas no se solucionan con lágrimas. Aunque admito que me siento mejor. Lamento haberte arrastrado a mi mundo deprimente. Tú deberías estar feliz, no llorando conmigo.
— Llorar está bien— dije—. Son de esas cosas que te hacen pensar que los días están pasando y que no son siempre los mismos. Además creo que las lágrimas ayudan a limpiar el alma. Como si todo lo malo saliera con ellas.
— Tienes razón— dijo—, quizá sí sea así.Nos quedamos en silencio. Sólo nos dedicamos a escuchar a Taylor Swift cantar. Fue como si todas aquellas canciones de desamor tomaran más sentido y como si por un instante, ella las hubiera escrito sólo para nosotros, sólo para ese momento.
— ¿Sabes qué quiero ser?— dijo ella.
— ¿Qué cosa?— pregunté.
— La mermelada. Quiero poder amar, tanto como tú. Tanto como cierta persona que conozco. Tanto que cuando escuche “Love Story” sienta que Taylor la escribió para mí.
— Pasará— le dije—. No lo dudes. Hay cosas que en veces parecen imposibles pero que no lo son. Sólo es cuestión de estar dispuesto a que pasen.
— Lo creo— dijo—. Creo que allá afuera hay alguien para mí, esperando conocerme.Nos miramos. Ella sonrió. Le regresé la sonrisa.
Pensar en todo eso me hacía apreciar mejor las cosas. Yo era muy afortunado porque Evan había aparecido en mi vida y solía pensar que jamás encontraría a nadie para mí. Pero pasó.
— Quizá Zac también esté en búsqueda de su mermelada— le dije.
— No, él ya la encontró— dijo ella—, pero piensa que en lugar de mermelada es mantequilla de maní.
— ¿Eso es bueno?— pregunté.
— Para la mermelada definitivamente no. Pero confío en que las cosas cambien. De otra forma puede que el pan cometa el peor error de su vida.
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Rumores De Pasillo
Storie d'amoreJimi se declaró abiertamente gay en la escuela y empezaron a molestarlo por eso. Evan, un rubio popular que también lo molestaba, resultó sólo hacerlo porque los demás lo hacían... pero realmente guardaba un secreto: le agradaba Jimi. Mucho. Más de...