132. El diario de Laura

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Tomó la otra manguera y decidí no contenerme.

— ¡Declárate!— le grité mientras intentaba mojarlo lo más que podía.
— ¡No quiero!— dijo mientras el agua me golpeba y casi no me dejaba ver.
— ¡Ríndete ya!
— ¡Jamás, sólo causaré problemas!
— ¡De todas formas los causas, así que cállate y declárate!

Me sentía cansada, mojada, con frío y enojada. Will parecía estar en la misma situación. Al parecer eso no iba a terminar pronto. Pero no sabía como arreglarlo. Él no parecía tener intenciones de dejar esa pelea de agua. Yo tampoco quería. Aunque si lo pensaba bien, eso sólo era el escudo perfecto. Así ambos no hablaríamos.

— ¡Dije que te declares!— grité.
— ¡No es apropiado!— dijo y siguió mojándome.

Eso tenía que parar. No lo pensé mucho. Solté mi manguera y me lancé contra él. La presión del agua no me dejaba ver. Sin embargo, ya tenía la dirección de mi objetivo. Una vez que estuve junto a Will, me dejé caer encima de él.

— ¡Qué... qué estás haciendo!— dijo sorprendido.
— ¡Gano la guerra!— dije.

Él estaba moviéndose mucho. No se dejaba capturar. Como aún sostenía su manguera, además de que casualmente estábamos sobre la tierra que él estaba acomodando, muy pronto empezamos a hacer lodo mientras duraba el forcejeo.

— ¡Quítate ya!— dijo.
— ¡No hasta que te rindas!— dije.
— ¡No voy a hacerlo!— dijo.
— ¡Acepta que eres un idiota!— dije, tomé sus manos e intenté inmovilizarlo—, ¡También acepta mis disculpas por el golpe de la otra vez!
— ¡Disculpa aceptada pero no me rindo!

Me di cuenta de que eso, además de dejarnos llenos de lodo, también era un esfuerzo inútil y hasta ridículo.

— ¿Por qué insistes tanto en eso?— preguntó.

Lo miré sorprendida. Me alejé un poco de él. Me senté en el suelo. Miré mi ropa sucia. No sabía porqué lo hacía. Simplemente no lo entendía.

— Porque... tú...— dije, intenté pensar mejor—... dijiste que yo debía odiarte. Que era tu rival y... no te odio para nada. No sé porqué. Creo que de alguna manera me simpatizas... quizá porque cuando descubrí que también te gustaba Zac me sentí menos equivocada. Antes de eso pensaba que él no estaba a mi alcance. Quizá aún sea así pero me siento capaz de alcanzarlo. Me motivaba a no darme por vencida cuando recordaba que tú deseabas lo mismo que yo. Como si por un momento... fueras igual a mí.

No me atreví a mirarlo. No estaba muy consciente de lo que había dicho. Probablemente todo era una confusión.

— Yo...— dijo él, inmediatamente lo miré, él observaba sus manos mojadas—... quiero decirle... quiero que sepa pero... tengo miedo. Porque de alguna forma sé cómo va a terminar eso... y el final no va a gustarme.
— Yo también tengo miedo— dije, me arrastré hasta él y lo observé—. Pero sé que el miedo no ayuda en nada. No sé cómo va a terminar esto, ni para ti ni para mí pero... creo que merecemos una respuesta.
— Cuando descubrí que Zac también te gustaba no me sentí mal— dijo, me sonrió—. De alguna manera también me sentí motivado. Como si... fueras igual que yo.

Me reí. Nos miramos. Debíamos parecer unos locos, ahí en medio de su jardín, envueltos en un desastre.

— Nos merecemos una respuesta— dijo—, ¿No?
— Definitivamente— dije—. Así que no seas idiota y no te des por vencido. Inténtalo. Porque yo lo intentaré. No quiero tener ninguna especie de ventaja. Así que... hay que esforzarnos.

Él me miró y sonrió. Le regresé la sonrisa.

— Además— dije, tratando de parecer seria—, si algo pasa cuando te declares, sea lo que sea, quiero saberlo.
— Te juro que serás la primera en saberlo.
— Yo también te juro que serás el primero en saberlo— dije.

Por alguna razón, aún sin hacer nada, me sentía muy cercana a Will. Entendí porqué Zac confiaba mucho en él. Era porque con Will, de alguna manera, se sentía a salvo. Así me sentía yo.

Lo miré. Las cosas iban a estar bien. Se sentía así...

La puerta se abrió de golpe. Will y yo miramos. Zac había salido. Miró todo a su alrededor.

— ¡Qué demonios está pasando aquí!— gritó—, ¡Los dejo solos unos minutos y destruyen todo el lugar!
— Podemos explicarlo— dijo Will.
— Bien— dijo Zac, enojado—, ya lo harán mientras limpian todo esto...

Nos miró atentamente. Y obviamente, dedujo lo que pasó.

— ¿Estaban peleando?— preguntó.
— No, claro que no— dije tratando de disimular.
— ¿Acaso creen que soy idiota?— preguntó.

No, pensé, pero sí despistado, porque tenía enfrente a dos personas que lo querían y seguramente no tenía ni la más remota idea de eso.

— No, para nada— dijo Will—. Puedo explicar lo que pasó. Yo estaba acomodando esta tierra— dijo mientras tomaba la pala—, así que cuando hice esto...

Una vez más, como si repentinamente Will tuviera la mejor puntería del mundo, la tierra salió volando y cayó justo en la cara de Zac.
Will y yo lo miramos asustados.

— ¿Qué fue esto, una especie de venganza?— preguntó enojado.
— ¿Por qué todos piensan eso?— dijo Will.
— No es que te creamos vengativo— dije—, pero Will, acepta que tú sí tienes razones de sobra como para querer lanzarle tierra a la gente.
— Pero fue un accidente— dijo Will, intentando calmar a Zac—, igual a lo que hizo Laura con la manguera...

Tomó la manguera y de alguna forma que sólo le podría pasar a Will, el agua salió a pulso y mojó a Zac. Nuevamente, ambos lo miramos asustados.

— De acuerdo— dijo Zac, con mucha calma, tanto que daba miedo—, entiendo que es un accidente. Y ustedes no son vengativos. Por supuesto que eso no significa que yo no lo sea.

Tomó la manguera y empezó a mojar a Will.

— ¡Will, yo te ayudo!— dije.
— ¡Eso es traición!— dijo Zac—, ¡Sabía que esto era una conspiración!
— En realidad no— dijo Will—, es sólo que...
— ¡Muere!— dijo Zac, interrumpiéndolo y tratando de ahogarlo con el agua.

Aprendí muchas cosas en el transcurso del día. La primera, que Will era extrañamente genial. La segunda, que en verdad deseaba poder volverme amiga de él. La tercera, que Zac era increíblemente violento, vengativo y competitivo.
En la guerra de agua, nos ganó a ambos, en verdad nos dejó desechos. No fuimos rivales para su maravillosa habilidad bélica.

También entendí una cosa: no debía perder más tiempo. Tenía que actuar. Debía decirle cómo me sentía.

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