157. El diario de Jimi (en Mayo)

186 36 7
                                    

Mayo. Por fin había llegado ese mes. Era genial en realidad. Evan ya no estaba en peligro de repetir año. Así que podía ser libre de estar conmigo todo el tiempo. Además Zac tenía un humor cada vez mejor. Al parecer se había tomado en serio lo de cambiar su imagen pública. Era amable con casi todos y solía jugar con los chicos del equipo de basquetbol después de clases. Jason decía que la gente cada vez creía más que él era una buena persona.

Laura había llegado a nosotros un día de la misma manera en la que se alejó. Yo seguía queriendo que se llevara mejor con Derek pero aunque se hablaban bien no eran precisamente mejores amigos. Quizá no tenían mucho en común. Sin embargo lo que sí me había sorprendido de ella era que parecía haberse vuelto la mejor amiga de Will. Casi todos los días iba a visitarlo. Eso era bueno para Will porque como Zac ya no tenía tanto tiempo para visitarlo, ella podría hacerle compañía. Yo iba de vez en cuando pero como Evan por fin había salido de sus clases particulares quería pasar todo el tiempo posible con él.

Así que ese día en el receso fui a nuestro lugar en el jardín. Curiosamente la primer persona en llegar ahí luego de mí fue Derek.

— Hola— dije.
— Hola Jimi— me dijo—. ¿Los demás?
— Aún no llegan— dije.
— Eso es raro— dijo.
— Estarán aquí pronto— dije.
— Por cierto— me dijo—, ya sé qué podemos hacer esta semana. Hay varios lugares que conozco que te van a gustar. Están un poco lejos pero si salimos hacia ellos saliendo de clases podremos llegar a nuestras casas por la tarde.
— En realidad no sé si pueda ir— dije—. Evan salió de sus clases particulares y quiero pasar todo el tiempo posible con él.
— ¿Por qué?— me preguntó.

Lo observé. Recordé que no le había dicho que Evan y yo salíamos. Probablemente si le decía Evan no se enojaría. Él era nuestro amigo. Debía saber.

Así que después de pensarlo un poco, le expliqué que él y yo estábamos saliendo.

— ¿Es genial, no?— pregunté esperando su reacción.
— Eh... claro— dijo.
— Ya sé lo que estás pensando— dije, él me observó—, sé que piensas que es extraño y para nada normal, pero funciona.
— ¿En verdad te gusta? ¿En verdad le gustas tú?
— Sí— dije—. También me sorprende. Evan es genial y podría salir con quién quisiera...
— No es por Evan— me interrumpió—, es por ti. Tú eres genial y podría salir con quien quisieras.
— ¿Crees que soy genial?— dije.
— ¡Por supuesto!— dijo—, ¿Por qué crees que quiero pasar mi tiempo libre contigo?
— Gracias— dije conmovido—, a mí también me gusta estar contigo. A Evan podría gustarle estar contigo. Podríamos ir los tres a todos esos lugares que ya pensaste.
— No, no puede ser así. Jamás podría ser así.
— ¿Por qué?— pregunté.

Él me observó.

— Porque ustedes son una pareja— dijo—. Yo sólo haría un mal tercio. Además creo que quieren pasar tiempo solos.
— Eso es justo lo que quiero— dije—. Pero puedo acompañarte a todos esos lugares luego. Podrías ir con Laura o con los chicos. A ellos les gustaría ir.
— Quizá... pero en verdad quería ir contigo.

Lo observé. Evan llegó.

— ¡Soy libre!— dijo—, ¡Ya no más horribles clases!
— Eso es genial— le dije.

Se sentó a nuestro lado. Derek lo miraba atentamente.

— ¿Pasa algo?— preguntó Evan.
— Pues...— le dije—, no sé si estuvo bien pero... le dije a Derek sobre nosotros. Es nuestro amigo y pensé que estaba bien que lo supiera.

Evan miró con severidad a Derek.

— ¿Y?— le preguntó completamente serio—, ¿Tienes algo qué decir sobre Jimi y yo?
— Sí— dijo Derek—, que es genial que salgan. Tienes suerte, Jimi es maravilloso.
— ¡Lo sé!— dijo Evan que volvió a ser el de siempre.

Se acercó y me abrazo. Me incomodaba que fuera enfrente de Derek... pero de alguna forma me sentía aliviado.

Zac llegó. Nos observó.

— Por favor, no se pongan cariñosos tan temprano— dijo.
— Parece que estás de mal humor— le dijo Evan—. Es una lástima, ibas bien hasta ahora.
— Es por lo de la presidencia— dijo él—. No sé si debo aceptarlo o no.
— Todos te apoyaremos en lo que decidas— dije.
— Pero si decides volver de tu gobierno una horrible dictadura, retiraré mi apoyo— dijo Evan.
— No puedo hacer eso... ¿O sí?— dijo Zac.
— No le des ideas— le dije a Evan.

Zac observó a Derek. Y a nosotros.

— ¿Me perdí de algo?— preguntó.
— Derek sabe sobre nosotros— dije.
— Qué bien— dijo él—, ahora puedo regañarlos sin contenerme.
— ¿Te estabas conteniendo?— dijo Evan—, ¿Por qué parecía que no?

Laura y Jason llegaron corriendo. Ella se veía feliz.

— Hola a todos— dijo ella.
— Parecen felices— dijo Jason—. Todos se ven así.
— Yo no— dijo Zac—. No generalices.
— ¿Y tú por qué?— le preguntó Jason.
— Porque pasan cosas que no puedo manejar. Y soy por naturaleza alguien controlador— dijo Zac—. ¿Qué te pasa a ti?
— Stella terminó conmigo— dijo.

Todos lo observamos.

— ¿Por qué?— dijo Evan—, ¡Pero si ella te ama en verdad!
— Ahora me siento mal por parecer feliz— le dijo Laura.
— ¿Estás triste por eso?— dije—, ¿Necesitas algo?
— No estoy triste— dijo él—. Estoy enojado. Ella se quedó con muchas cosas mías.
— Deberías estar triste— dijo Laura.
— No, yo no soy alguien que se deprima por tan poco— dijo Jason.
— Parece que ella no significaba mucho para ti— dijo Derek.
— Nuestra relación ya había muerto hace mucho— dijo Jason—. Así que no me sorprendió nada que esto pasara.
— Pero deberías sentirte triste— dijo Laura—, de otra forma pensaré que eres un monstruo sin corazón.
— Me agrada parecer un monstruo— dijo Jason.
— Pero es muy triste— dije—. Seguramente necesitas un abrazo.
— Sí— dijo Evan—, necesitas un abrazo pero no de mi amado y adorado Jimi. Laura podría abrazarte.
— ¿Yo por qué?— dijo ella.
— Porque en adorabilidad eres quién le sigue a Jimi— dijo Evan—. Aunque Zac podría abrazar a Jason. Pero ya lo abraza todo el tiempo así que pierde el sentido que lo haga ahora.
— Yo no abrazo a Jason— dijo Zac—. Es más, jamás lo he abrazado en mi vida.
— Cuando juegan basquetbol se abrazan todo el tiempo— dijo Evan.
— Debo de ir a verlos jugar más seguido entonces— dijo Laura.
— En un deporte de contacto— dijo Zac—, es imposible que no nos toquemos.
— Parece que se abrazan— dijo Evan—. Así que Jason no necesita ser abrazado por Zac. Pero sí por Laura. O por mí. No me molestaría en lo absoluto.
— O simplemente podría quedarme así como estoy— dijo Jason—. No necesito nada de eso.
— ¡Claro que sí!— dijo Evan.

Entonces, empujó a Laura hacia Jason.

Rumores De PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora