75. El diario de Jimi

303 45 5
                                    

El amor era algo muy complicado. Sabía que sería difícil. Y si me dieran a elegir entre amar y no hacerlo, aún sabiendo la cantidad de dolor que me había causado, estaba seguro de que terminaría eligiéndolo otra vez.

— Ya se viene San Valentín— dijo Laura cuando estábamos en el salón de clases—. ¡Es tan romántico!
— Es muy romántico— admití.
— Hay que hacer una fiesta— me dijo—. Para celebrar San Valentín y tu cumpleaños.
— ¿Una fiesta? ¿Para mí? No sé cómo debería reaccionar...
— Seguro que todos podrán ir. Hasta Evan. Y eso que él está muy ocupado últimamente.
— ¿De verdad? ¿Haciendo qué?
— Es casi víspera de San Valentín. Y Evan es probablemente la persona más popular de la escuela. Todas quieren estar con él ese día.

Lo pensé un poco. ¿Cómo podía ser tan despistado? En la última semana muchas veces fuimos interrumpidos por personas que pedían hablar con Evan. Él iba con ellos y desaparecía por un rato. Luego volvía a nosotros. No pensé en la posibilidad de que alguien se le estuviera declarando amorosamente en todo ese tiempo. Y él no mencionaba nada sobre eso. ¿Por qué?

— Evan es muy popular— dije, un poco desanimado.
— Desde luego— dijo ella—. Me alegra que sea mi amigo. Aunque es un tanto molesto. Siempre aparecen chicas que quieren que les ayude a hablar con él. Y él también tiene un poco de culpa en eso. Si no fuera tan amable con todos, menos intentarían declararse. Zac lo hace. Hay personas que están enamoradas de él pero que tienen miedo de decirle lo que sienten. Así que no lo hacen. Y Zac no es molestado.
— Creo que es normal que Evan trate bien a las personas.
— También muy problemático. Tal vez le gusta llamar la atención. O se sienta mejor sabiendo que lo aman muchas personas. Debe ser lindo, ¿No?
— No lo sé...

Lo pensé. Todo el mundo adoraba a Evan. Su popularidad había bajado cuando empezó a juntarse conmigo, tanto que sólo Jason era su amigo. Sin embargo, muy pronto todos volvieron a hablarle como antes, porque no hacerlo era imposible. Él era tan alegre, tan hermoso, tan agradable... Pensé en que yo jamás aunque lo intentara podría hacer algo así. Y mientras más meditaba las posibilidades, más veía lo diferentes que éramos. Y lógicamente, dos personas tan distintas no tenían por qué quedar juntos.

En el receso, Laura dijo que vería a unas amigas. Me adelanté al jardín. Zac estaba hablando por teléfono. Evan me saludó. Inmediatamente después apareció un chico que quería hablar con Evan. Así que él dijo que regresaría en un minuto. Me quedé ahí, mirando su espalda mientras se alejaba. Jason llegó.

— No te preocupes— me dijo Jason—. Él ha rechazado a cada una de las personas que se le han declarado.
— ¿Eh?— dije asustado— ¿A.... a.... a qué te refieres?
— Lo sé. Nadie me dijo. Pero lo adiviné. Tú y Evan.

Me quedé mirando su cara, como si fuera la primera vez que lo conocía.

— No le diré a nadie— dijo—. Tu secreto está a salvo.
— ¿Secreto? ¡No, te equivocas, Evan y yo no tenemos nada!
— Aún. Por que él parece muy decidido.
— Yo... no creo que sea así— dije y bajé la mirada al suelo.
— Sabes— me dijo—, conozco a Evan desde mi primer semestre aquí. Yo estaba solo porque al parecer asustaba a las personas por mi apariencia. Pero él jamás me vio de otra forma más que como era. Desde ese día decidí que estaría con él. Nos volvimos amigos. Acepto que algunas cosas que hacía él para tener la aceptación de otros no me gustaban pero en verdad jamás tuvo malas intenciones. Es una buena persona. No lastimaría a nadie. Creo que tú mejor que nadie lo sabes.
— Es una buena persona— dije.
— Y tú también. Confía en él. Últimamente parece que ha madurado mucho.

Jason se había ganado mi admiración. Me di cuenta de que estaba rodeado de personas geniales. Mucho. Y me sentí bendecido. Hacía un año jamás habría imaginado que me haría de amigos tan buenos.

Zac dejó el teléfono. Y volvió a nosotros. Se sentó en el césped junto a mí. Parecía cansado.

— Zac— dije—, ¿Estás bien?
— Sí. Es sólo mi familia. Me estresa. Pero ya pasará. ¿Y Evan?
— Vendrá en unos minutos— dijo Jason.
— Oh... está recibiendo amor. No es justo. Si todos supieran que es un idiota nadie lo amaría.
— ¿Cómo te va a ti?— le dijo Jason—, ¿Tus admiradoras te molestan?
— ¿Admiradoras? ¿Cuáles?
— Le gustas a mucha gente— le dijo Jason.
— Pues últimamente nadie me dice nada— dijo Zac.
— No te preocupes, no se te acercarían porque te tienen miedo— le dijo Jason—. Siempre pareces enojado.
— Estoy enojado. Y cansado. Aunque no las culpo. Soy irresistible. Si yo fuera chica también me enamoraría de mí.

Jason le dijo que indudablemente tenía un muy buen concepto de sí mismo. Evan apareció.

— Holis— dijo, contento.
— ¡Pero si es el James Dean de esta época!— le dijo Zac—, ¿Qué tal la buena vida?
— ¿Buena vida?— dijo él, confuso.
— Sí. Ya sabes, todas esa chicas dándote amor, la popularidad y fama...
— ¡Ah, eso! En realidad no es tan importante para mí— dijo Evan.
— No parece. Te tardas años hablando con las chicas— le reclamó Zac.
— Por que no quiero lastimarlas— dijo Evan, parecía serio—. Así que trato de rechazar sus sentimientos de la mejor forma. No quiero que cuando me dejen se vayan llorando. Me gustaría que sean felices.
— Qué amable— le dijo Zac.
— Tú podrías serlo también con las chicas que se te declaren. Si es que lo hacen porque muchas te tienen miedo— le dijo Evan, sorprendido.
— ¿Hasta tú lo sabías? ¿Por qué yo no me di cuenta?— dijo Zac.

Se pusieron a hablar de eso. Miré a Evan. Él era muy bueno. No quería que nadie sufriera. Y estaba rechazando a todas. Me sentí feliz repentinamente. No quería sonar muy presuntuoso pero deseaba pensar que él lo hacía por mí.
Al mismo tiempo me sentí motivado. Tenía que decidirme. Si optaba por amar a Evan, lo haría el doble en honor a todas esas chicas que no pudieron ser correspondidas.

— Según mis cálculos— dijo Jason—, ya deben ser muchas las chicas rechazadas si contamos desde enero.
— Son demasiados corazones rotos— dijo Zac—. Evan, te admiro por eso.
— Esa admiración no me gusta— le respondió Evan.

¡Pobres chicas!, pensé. Se debían sentir mal. Aunque no por eso Evan era menos amado. Imaginé que era porque Evan las rechazaba de forma amable. Ellas no debían sentirse mal.

Comencé a sentirme celoso. Estaba pensando en eso cuando una chica apareció. Evan fue con ella y muy pronto ambos desaparecieron entre unos salones.

— ¿Saben qué sería interesante?— dijo Zac—, ¡Ver a Evan en acción!
— Sí, podríamos espiarlo. Siento curiosidad por ver qué hace ante una situación así— dijo Jason.
— ¡Eso es muy malo! ¡Estarían violando su privacidad! Se enojará cuando lo sepa— dije.
— Querido Jimi— me dijo Zac—. Él no tiene por qué saberlo. ¿Vamos?
— Hay que ir— dijo Jason.

Rumores De PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora