146. El diario de Jimi

210 34 6
                                    

Los días pasaban tan rápido que parecía que casi no me daba cuenta. Laura había regresado a la escuela, pero las cosas no estaban mejor. Pensé que ella arreglaría la situación con Zac pero no fue así. Le hablaba a él pero no dejaba de parecer incómodo. Además ella ya no se reunía con nosotros en el jardín. Se iba con sus amigas. Estaba bien que quisiera pasar tiempo con ellas pero... de alguna manera daba la impresión de que quería evadir el tema.

— No me estoy escondiendo— dijo cuando decidí hablar de eso en el salón de clases—, sólo me estoy tomando un tiempo.
— Pero te extrañamos— dije.
— Jimi, me ven todos los días. Le hablo a todos como antes.
— Pero ya no te juntas con nosotros— dije.
— Aún estoy en una zona peligrosa— dijo muy seria—. Quiero proteger mi corazón. Si sigo viendo a Zac como antes sólo haré que me siga gustando. Y no quiero que sea así. Quiero superarlo. Por eso necesito estar lejos, pensar y luego volver con una perspectiva diferente.
— Entiendo eso pero...
— No te preocupes— me sonrió—. Zac sabe lo que estoy haciendo. De hecho hablamos hace poco. Somos amigos ahora. Así que todo estará bien, lo juro.

Me quedé todas las clases pensando en eso. Era lógico. Sonaba a lo que haría cualquier persona madurar pero a mí no me gustaba. Era como si el equilibrio de todo hubiera desaparecido. No me había dado cuenta de lo mucho que me gustaban como estaban las cosas hasta que ya no pude verlas de nuevo. Nuestro grupo me gustaba. Tanto que me acostumbré a él. Era extraño estar juntos sin Laura, se sentía como si nos faltara algo.

— He notado— me dijo Derek en el receso— que tu amiga Laura no suele venir mucho por aquí últimamente.
— Se está tomando un tiempo— dije.
— Cierto, ella es una chica así que debe de querer pasar tiempo con sus amigas.
— Algo así— dije.

Derek se había empezado a juntar con nosotros. Él le agradaba a todos. Era amable y siempre estaba feliz. Siempre. Tanto que Zac no sabía si odiarlo por ser tan optimista todo el tiempo o admitir que le gustaba que existiera alguien con un buen estado de ánimo. Además a Derek le agradaba mucho Zac. Más que agradarle, lo admiraba. Cualquier cosa que Zac hacía era objeto de alabanzas para él. Esto nos hacía olvidar momentáneamente que Laura no estaba con nosotros. A todos menos a Evan.

— Laurita ya no nos quiere— dedujo él.
— No es cierto— dije—, ella nos quiere mucho.
— Pero ya no viene por aquí— dijo.
— Porque necesita estar con sus amigas— dijo Jason.
— Las chicas necesitan hablar de cosas de chicas— dijo Derek.
— Pero es raro— dijo Evan—, antes sí se iba con sus amigas pero no todo el tiempo. ¿Por qué lo hace ahora?

Nadie dijo nada. Evan no sabía lo que había pasado. No era mi deber decirle y no tenía el derecho porque eso le tocaba a Laura o a Zac. Y ellos no querían hablar de eso.
Miré a Zac. Él bajó la mirada.

— ¡Ya sé qué pasó!— dijo Evan repentinamente.

Todos lo miramos. Yo estaba muriendo en nervios.

— Seguramente Laura tuvo una visión del futuro aquella vez que se desmayó— dijo él—. Ahora debe intentar cambiar el presente para salvar a la humanidad.
— ¿Qué película es esa?— preguntó Jason.
— ¿Laura es una especie de viajera del tiempo?— pregunté.
— Eso es ridículo— dijo Zac, de un evidente mal humor—. ¿No es obvio? Laura necesita espacio. Se lo daremos. Así que les agradecería que no la molestaran. Cuando quiera regresar, la recibiremos. Y si resulta que nunca quiere, respetaremos su decisión.
— ¡Excelentes palabras!— le dijo Derek—, ¡Justo lo que diría un buen presidente!
— Gracias— le dijo Zac—, se me dan bien los discursos.

Así, gracias a Derek, el humor de Zac cambió y se volvió más llevadero.

Pensé que las cosas estarían bien pero no, después de clases cuando pensé que Evan y yo volveríamos a casa juntos, él cambió los planes.

— Esperaremos a Laura— dijo—. Hablaremos con ella. Quiero saber qué pasó realmente.

No dije nada. Porque saldría una mentira y no quería mentir. Pero tampoco quería que Laura recordara cosas que no deseaba revivir.

— Hablemos con ella otro día— dije—. O la próxima semana. ¿Qué tal el mes que viene? ¿O el año siguiente?
— Jimi, no podemos esperar tanto tiempo— dijo.
— Sí podemos— dije—, de hecho, cuanto más tiempo pase mejor...

Evan me miró atentamente. Se acercó a mí y retrocedí hasta que ya no pude más porque me detuvo el muro de la escuela. Él se acercó tanto que quedamos cara a cara. Parecía muy serio.

— Tú sabes algo, ¿No?— preguntó.
— ¿Qué?— dije nervioso.
— Dímelo. Todo.
— Yo no...
— Jimi— parecía muy serio—, dime lo que sepas o voy a besarte aquí y ahora, enfrente de todos, sin importar quién nos vea.
— No te atreverías a hacer eso— dije.
— ¿Quieres arriesgarte?
— ¡Hablaré, lo juro!— dije.

Entonces apareció Laura. Nos miró. Su cara se puso roja, mucho, tanto que pensé que estaba enferma.

— ¡Laurita!— dijo Evan.
— Ustedes...— dijo ella—... ¿porqué están tan cerca?
— ¡Oh no, perderemos a Laura!— dije.

Nos separamos. Luego de hacer que Laura regresara a su estado natural, decidimos caminar los tres a casa, juntos.
Entonces Evan le preguntó sobre lo que pasaba. Pensé que ella no le diría nada porque debía ser difícil pero no fue así. Le contó todo de manera muy natural. Parecía en verdad estar superando todo aquello muy bien.

— Zac es un tonto— le dijo Evan a ella—. Debió salir contigo.
— Yo no le gusto— dijo ella—. Lo entiendo. Además no me habría gustado salir con alguien que no está totalmente seguro de que quiere estar conmigo.
— Pero no te preocupes— le dijo Evan—, casi puedo jurar que pronto encontrarás alguien que te va a amar mucho.
— Eso espero— dijo ella.

Hablamos un rato. Laura sonrió un par de veces y me gustó verla mejor.
Llegamos a la calle en donde deberíamos separarnos. Nos despedimos de Laura. La vimos irse.

— Ya sé qué necesita Laura— dijo Evan.
— ¿Qué cosa?— dije.
— Conocer gente nueva. Así podría ver que la vida es más que Zac.

Lo observé. Entonces la idea me llegó a la cabeza tan fugaz que pareció una revelación divina.

Laura no conocía a Derek. Y él era muy feliz.
Quizá, sólo quizá, él podría ser el pan de la vida de Laura.

Rumores De PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora