164. El Diario de Laura

192 37 8
                                    

Fulminé con la mirada a Derek.

— ¿Qué creías que estabas haciendo?— dije.
— Absolutamente nada— dijo mientras sonreía.

Me cansé. Estaba harta de seguir fingiendo. Había tolerado que él fuera a mi fiesta de cumpleaños aunque no quería que estuviera ahí pero eso ya era el colmo.

— Eso es una mentira— dije.
— Claro que no— dijo—. Los amigos no se mienten.

Hasta ahí había llegado mi paciencia.

— No soy tu amiga— dije.
— Lo sé— dijo—. No me creí para nada cuando dijiste que sí.
— Entonces podemos dejar de fingir que no nos odiamos— dije—, porque honestamente no te soporto.
— Pero Jimi me adora— dijo—. Todos me adoran. Sería una lástima que lo que tenemos se arruine por tu culpa. Además, no he hecho nada malo.
— Te vi— dije furiosa—, no sé qué ibas a hacerle a Jimi pero...
— No es de tu incumbencia— dijo—. No tiene nada que ver contigo.
— Jimi es mi amigo. Me preocupa.
— Jamás lastimaría a Jimi— me dijo.

Lo observé.

— Él te gusta, ¿No?— dije al fin.

Me miró curioso.

— ¿Y qué si es verdad? ¿Qué tiene de malo? ¿Por qué es malo que él me guste? ¿Acaso no tengo el derecho de enamorarme de cualquier persona? ¿Acaso sería un delito querer que yo le guste también?
— No— dije—. No si lo hubieras hecho de una manera apropiada.
— Todo es apropiado cuando se trata de amor.
— Tú estás mintiéndole— dije—. Dices que eres su amigo y el de Evan cuando en realidad sólo estás esperando una oportunidad para traicionar a Evan y quedarte con Jimi. ¡No eres un buen amigo!
— ¿Y qué se supone que debería hacer? No planeaba que él me gustara. Tampoco sabía que salía con alguien.
— Pero ahora lo sabes— dije—. Jimi está en una relación con Evan y ambos son felices. Deberías aceptarlo.
— ¿Qué hay si no quiero? ¿Qué pasaría si decido enamorar a Jimi? ¿Qué tendría eso de malo? ¿Sería malo seguir fingiendo que somos amigos hasta que se enamore de mí? ¿No es eso lo que tú estabas haciendo con Zac? ¿Acaso no fingías ser su amiga aunque realmente lo querías para ti?
— ¿Cómo sabes eso?— dije sorprendida.
— No soy idiota. Era obvio y por el contexto entendí. Además, ya que estaba más que claro que él te gustaba y dado que ustedes dos parecen incómodos juntos, deduje que él te rechazó. Tu situación no es diferente a la mía, solo que por supuesto, yo no planeo ser rechazado.
— Pero vas a serlo— dije—. Jimi ama a Evan y nada va a hacer que eso cambie. Y te equivocas si crees que te pareces a mí.
— Por supuesto, a diferencia de ti yo sí estoy dispuesto a hacer lo que esté en mis manos para lograr lo que quiero.
— No voy a permitirlo— dije.
— No he hecho nada aún— dijo—. Tengo derecho de querer conquistar a Jimi y tú no puedes hacer nada al respecto.
— Puedo decirles a todos cómo eres.
— Piénsalo un momento— dijo—. Aún cuando te creyeran, realmente no he hecho nada malo. Pensarán que me enamoré de Jimi. Es más, no lo verán mal. Tú fuiste rechazada por Zac y aún así sigues con ellos. Aunque yo sea rechazado podré seguir ahí, tratando. En realidad, creo que no te agrado porque tengo muchas posibilidades de lograr lo que tú no pudiste hacer. Yo no me rendiré aún cuando sé que Jimi ya tiene a alguien. Las relaciones amorosas terminan todo el tiempo. La gente cambia de opinión. Jimi podría hacerlo. Tú tendrías que aceptarlo. Todos tendrían que aceptarlo. Hasta Evan tendría que vivir con eso.
— Parece que ya lo das por hecho— dije—, como si tuvieras un truco para hacer que suceda.
— Lo tengo.
— ¿Cuál es?
— No voy a decirte. No soy tan ingenuo.
— Probablemente no es nada justo. No pareces alguien que juegue limpio.
— Claro que no. La gente que juega limpio pierde— dijo—. Como tú, probablemente. Zac es demasiado bueno para ti. Pero parece que te rendiste. ¿Por qué? ¿Te diste cuenta de que jamás va a fijarse en ti?
— Me di cuenta de que hay alguien a quien quiere— dije—. A diferencia de ti yo sí sé aceptar los sentimientos de otras personas. Jamás me metería entre dos personas que se aman para arruinar su felicidad.
— ¿Y qué ganaste a cambio? ¿Te sientes feliz? No, claro que no. Eres miserable. Le dejaste el camino libre a la otra persona. Y si Zac siente algo por ella tarde o temprano serán pareja mientras tú los verás ser felices sin poder hacer nada. Estarás muriendo por dentro mientras los observas desde lejos, imaginando lo que pudo haber sido. ¿Era eso lo que planeabas para tu futuro? ¿Acaso no te hubiera gustado ser tú la novia de Zac? ¿No te gustaría ser la persona que estuviera a su lado?

Lo observé. No podía evitar escuchar sus palabras. Y cada vez me daba cuenta de algo.

— Aún podrías hacerlo— dijo—. Zac aún podría ser para ti. Tal vez a él le guste otra persona pero si aún no sale con ella significa que aún tienes derecho de querer conquistarlo. Puedes hacerlo. Zac podría cambiar de opinión. Quizá no puedes hacerlo pero yo podría ayudarte. Podríamos ayudarnos mutuamente. Tú me ayudas a hacer que Jimi odie a Evan y yo te ayudo a que Zac se enamore de ti. Podríamos ser en verdad amigos. Tú podrías tener a Zac para ti. Te lo mereces, ¿No? Además, ¿Qué ha hecho la otra persona para merecer a Zac más que tú? Tú fuiste valiente y te declaraste. ¿Qué hay de esa persona? Seguramente no podría hacer feliz a Zac tanto como tú.

Lo pensé. Me di cuenta. Y simplemente no pude contenerlo.

— Eres una basura— dije—. ¿Me estas ofreciendo ser tu amiga? ¿Acaso sabes siquiera lo que significa ser eso? Ser un amigo es considerar los sentimientos de otras personas. Orgullosamente puedo decir que soy la amiga de Zac porque aunque él me gustaba supe que yo no iba a gustarle nunca y supe aceptar que tiene sentimientos por otra persona. A ti no te importa nadie además de ti mismo. Dices que quieres ayudarme cuando en realidad sólo quieres que yo no te delate y que te apoye. Dices que quieres a Jimi cuando en realidad no te importa lo que él siente, sólo te interesa lo que tú sientes por él. Pues te tengo noticias, niño egoísta: ¡El mundo gira alrededor del sol, no de ti!
Crees saber lo que es mejor para todos cuando no nos conoces para nada. Jimi jamás se enamoraría de ti porque tú estás a siglos de ser siquiera digno de verlo a los ojos. No importa qué trucos uses o qué hagas, eso jamás va a pasar.
Y quita esa imagen de tu cabeza que te hace pensar que tú y yo nos parecemos porque tengo más honor y dignidad en el dedo chiquito del pie que tú en todo tu cuerpo. Te metiste con las personas equivocadas. Y te vas a arrepentir. ¿Crees que te tengo miedo? No me conoces para nada.

Me giré y di dos pasos antes de girarme a verlo.

— Vuelve a acercarte a mis amigos y patearé tu mentiroso y manipulador trasero de vuelta al basurero de donde saliste.

Dicho esto, acomodé mi cabello y me fui.

Rumores De PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora