163. El diario de Jimi

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Celebramos el cumpleaños de Laura. Tomé muchas fotos con mi teléfono. Por alguna razón ella no se veía tan contenta siempre. En ocasiones parecía molesta. Lo mismo pasaba con Zac, que se veía raro desde hacía unos días.
No dije nada. Evan dijo que probablemente no era nada. Decidí creer en eso.

Por otra parte, Zac había ideado un descabellado y propenso al fracaso plan para unir a la profesora con George. Evan no sabía qué debía pensar al respecto. Había intentado hablar con su prima pero ella se negaba a escuchar. Así que en ese aspecto, decidimos dejarle todo a la suerte y al plan de Zac.

Así que ahí estaba yo en el jardín ese receso, esperando que todos llegaran. Como siempre, Derek fue el primero en llegar.

— Hola Jimi— dijo.
— Hola— dije.
— ¿Aún no llegan?
— No— dije, me dejé caer en el césped—. Laura iba a hacer un par de cosas con Zac sobre lo del consejo estudiantil. Evan y Jason aún no llegan.
— Estamos solos, parece— dijo.

Se acercó y se acomodó a mi lado, en el césped.

— El cielo se ve genial— dije.
— Sí. No hay nubes— dijo.

Me quedé en silencio. Entonces, me giré. Él estaba muy cerca de mí, mirándome atentamente. Lo observé sorprendido.
Se levantó lentamente y se inclinó hacia mí. Su rostro quedó justo frente a mí.

No supe qué hacer además de mirarlo.

— No entiendo— dijo entre un suspiro—, no entiendo cómo es posible que exista en este mundo alguien tú.
— ¿Como yo?— pregunté.
— Sí. Alguien tan bueno. Tan diferente a todo. Tan divertido y auténtico. Tan... perfecto.
— ¿Crees que soy perfecto?
— Más que eso. Sinceramente...— seguía mirando mis ojos—... cualquiera se volvería loco por ti. Cualquiera vendería su alma sólo por estar contigo... sólo por escuchar tu voz... por poder tocarte... por poder... besarte...

No sabía qué pasaba y él estaba tan cerca mientras hablaba que entré en pánico y cerré los ojos. Me quedé inmóvil. Pero podía sentir su respiración tocar mi cara.

— ¡Jiiiiimiiiii!— escuché que alguien gritó.

Abrí los ojos. Derek estaba sentado a mi lado. Me levanté. Era Laura, que venía corriendo hacia mí.

— Hola Laura— dije—, ¿Por qué corres como si...

Ella llegó a mí y me abrazó. Tan fuerte que casi me asfixia.

— No... respiro...
— ¡Lo siento!— dijo ella, liberándome—, ¿Estás bien?
— Claro— dije—, ¿Por qué preguntas?

Observó a Derek. Él le sonrió.

— Por nada— dijo ella—. ¿Y Evan?
— No lo sé— dije.
— Deberías ir a buscarlo— sugirió.
— Entonces vuelvo en un momento— dije antes de irme.

Salí disparado por los pasillos. Eso había sido raro. Laura y Derek se habían comportado extraños. Seguí caminando pensando en eso. Al girar un pasillo, me encontré con Zac. Se veía pensativo.

— Hola— le dije. Él me observó.
— Jimi— dijo—, ¿No deberías estar con los demás?
— Busco a Evan— dije.
— Debe estar con la profesora— me dijo.

Se veía extraño.

— ¿Te sucede algo?— pregunté.

Me observó. Giró a sus costados como para asegurarse de que nadie estuviera cerca.

— ¿Puedo confiarte un secreto?— preguntó.
— Por supuesto— dije.
— Bien. No lo he confirmado pero... creo que a Will le gusta Laura.
— ¿Qué?— dije sorprendido.
— Lo creo cada vez más. En la fiesta de cumpleaños de Laura me di cuenta de que Will no se alejó de ella.
— ¿De verdad?— dije—, porque yo sólo recuerdo que ella parecía molesta...
— ¿Molesta con Will?— preguntó.
— No— dije—. No con él. Lo que me hace preguntarme el porqué luce incómoda últimamente. ¿Será por algo que hicimos?
— Yo la vi bien— dijo Zac—. Para ser honesto no me fijé mucho en ella. Observé a Will casi todo el tiempo.
— ¿Parece enamorado?— pregunté.
— Parece feliz— dijo.
— Pues si es así— dije—, espero que Laura corresponda su amor. Will es genial y se merece a alguien tan increíble como ella.
— Lo sé pero... eso me preocupa.

Él lucía afligido.

— ¿Qué pasa?— pregunté.

Me observó.

— Probablemente esto es lo más egoísta que podrás escuchar de mí pero voy a decirlo. No quiero que me odies pero simplemente no puedo dejar de pensarlo. Will es mi amigo y Laura también. Los quiero mucho a ambos. Me encantaría que estuvieran juntos y fueran felices. Pero algo me dice que cuando lo hagan se olvidarán de mí. Además, si Will se vuelve novio de Laura ya no podrá pasar tiempo conmigo. Tampoco Laura. Pareciera como si sus vidas fueran a estar completas, como si no me necesitaran en ellas.
— No creo que eso vaya a pasar— dije—. Es más, creo que si empiezan a salir te necesitarán más que nunca. Porque podrás ayudarlos con sus problemas de pareja. Ellos te quieren mucho y probablemente siempre te van a querer ver en sus vidas. Lo sé porque aunque yo estoy saliendo con Evan, aún necesitamos de ti para que evites que hagamos tonterías. No dudes en lo mucho que te queremos.

Le sonreí. Me observó.

— Jimi, eres genial— me dijo—, no sé qué haría sin ti.
— Nosotros no sabemos qué haríamos sin ti— dije.

Evan apareció.

— Jimi— dijo mientras me miraba y sonreía—... y Zac— su sonrisa se fue—, ¿Qué hacen aquí?
— Intento conquistar a Jimi para que te abandone y acepte ser mío— dijo Zac.
— ¡Qué!— dijo Evan alarmado.
— Es una broma— dije.
— Podría hacerlo si quisiera— dijo Zac—. No sería tan difícil.
— No te atreverías a quitarle el novio a un amigo, ¿O sí?— le preguntó Evan.
— Claro que no— dijo Zac—. Eso es de cobardes. Primero haría que su relación termine y luego me encargaría de seducir a Jimi con mis múltiples talentos.
— A Jimi no le impresionan tus talentos— dijo Evan, confiado.
— ¿Eso crees? Quizá deberíamos ponerlo a prueba. ¿Te quieres arriesgar?— le dijo Zac.
— No, gracias. Estamos bien así— dije.
— Consideraré eso una victoria— dijo Zac antes de caminar lentamente por el pasillo hasta perderse.

Evan y yo lo observamos.

— No sé si odiarlo o amarlo— me dijo Evan.
— No podríamos odiarlo por mucho que nos esforzáramos en ello— dije.
— Siento lástima y a la vez envidia de la persona que logre ganarse su corazón— dijo.
— ¿Envidia?— pregunté.
— Sí— dijo—. Tengo la impresión de que Zac se meterá en problemas divertidos siempre y envidio a la persona que podrá presenciarlos todos.
— Yo creo que Zac será un buen novio— dije.
— Eso no lo sé— dijo Evan—. Pero sí sé que es un buen amigo.
— ¿Aunque te moleste?
— En realidad creo que es su forma de decir que todo está bien. Por cierto, ¿De qué hablaban?

Observé a Evan. ¿Debería contarle?

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