91. El extraño diario de Zac

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Comenzó la lluvia de preguntas. Después de algunas como “¿Qué es lo primero que hace Zac por las mañanas?” y “Si Zac fuera mujer, ¿Qué nombre le gustaría tener?,  quedé traumado. No sólo me di cuenta de que hablaba mucho de mí con los demás, sino de que esos dos sabían mucho. Tanto que daba miedo.

— Pregunta número 48— dijo Jason—, ¿Qué es lo más vergonzoso que le ha pasado a Zac en la vida?

Laura y Will levantaron la mano.

— En el jardín de niños se metió una clayola en la nariz— dijo Laura—. Tuvieron que llamar a emergencias para que se la quitaran.
— No, estás equivocada— dijo Will—. Lo más vergonzoso fue cuando en el jardín de niños un niño malo le bajó los pantalones.
— ¡Eso era secreto!— dije enojado—, ¡Ambas cosas lo eran!
— Punto para los dos— dijo Jason—. Ambas cosas son tan malas que no se las deseo a nadie.
— ¡Quiero morir!— dije apenado.
— Siguiente pregunta— dijo Jason, ignorando mi incomodidad—, ¿Cuál es la posición favorita de Zac para dormir?

Ambos levantaron la mano. Por favor, mátenme, pensé. Lección aprendida, no volveré a abrir la boca, repetí en mi mente.

— De lado— dijo Laura.
— No— dijo Will—. Ni siquiera tiene una posición favorita. Duerme como y en donde lo atrapa el sueño. Como no suele dormir mucho tiempo, es muy difícil saber su posición.
— ¿Tienes cámaras de vídeo en mi casa o qué?— le dije asustado.
— Me quedé a dormir una noche en tu casa— dijo Will—. No hacía falta adivinar nada.
— Punto para Will— dijo Jason—. Lo que significa que si Laura falla la siguiente pregunta, Will gana por un punto de diferencia.

Ambos se miraron. Se veían muy serios.

— Antes de decir la última pregunta— dijo Jason—, hay que tomarnos un tiempo.
— ¿Para qué?— dijo Laura.
— Para enseñarte esto— él le mostró su teléfono—, una fotografía de Evan con mi camiseta.
— ¡Evan es un traidor!— dijo ella—, espera, ¿Acaso él no iba a ir a algún lado hoy con Jimi?
— Sí, ahora deben estar juntos.
— ¿Y con esa camiseta? ¿Acaso no sabe lo que significa?
— Sí— dijo él mientras le apuntaba con el dedo índice—, ¡Significa tu perdición!

Laura se llevó las manos al pecho afligida, como si hubiera recibido un disparo al corazón.

— ¡Claro que no!— dijo ella—, ¡Lo único que estás intentando hacer es que yo me desconcentre y falle!
— ¿Yo? Soy incapaz de hacer algo así— dijo él con inocencia.
— ¡Claro que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!

Jason salió del lugar. Ella lo persiguió mientras seguía gritándole. Will y yo nos quedamos.

— ¿Estás bien?— dije—, Evan y Jimi deben estar ahora teniendo una cita melosa y romántica.
— Sí— contestó—. Realmente les deseo lo mejor.
— ¿Significa que ya lo has superado?
— Para ser sincero, comencé a darme por vencido cuando vi a Jimi con Evan la primera vez. Supe que no era para mí.
— ¿Entonces él no significa nada para ti ahora?
— No realmente. Creo que sabes que alguien te llegó a gustar mucho en tu vida cuando por más dolor que te haya causado, tú lo recuerdas con cariño. Jimi jamás me hirió pero en algún momento de verdad me gustó.
— ¿Y ahora?— dije—, ¿Estás bien?
— Perfectamente.
— ¿Significa que alguien te gusta nuevamente?

Me miró atentamente. Sus ojos parecían querer decir algo pero no entendí.
Estaba por preguntarle cuando Jason y Laura aparecieron.
Regresaron a sus puestos.

— Bien— dijo Jason—, la última pregunta, la que decidirá el futuro de todos y que también hará que el ganador se lleve unos fabulosos premios, es: ¿Cuál es la mejor cualidad de Zac?

Los miré a ambos. Los dos parecían pensativos. Laura levantó la mano. Will la observó tranquilo.

— Creo que es la inteligencia— dijo Laura, contenta—. Zac es brillante.

Jason me miró. No dije nada. Esa pregunta me tomó por sorpresa. Y la respuesta también.

— Will— dijo Jason—, ¿Quieres responder?

Él lo pensó un momento. Yo simplemente lo miré. Me mataban las ansias de saber qué iba a decir. Porque todo era posible. Es más, me preguntaba si él veía alguna cualidad en mí. Parecía imposible porque la primera vez que hablamos lo amenacé y le dije que se alejara de Jimi.

— La mejor cualidad de Zac...— dijo Will, yo lo miré nervioso—, es que no importa quién seas, él siempre va a ayudarte si estás en problemas. Sin recibir nada a cambio. Sin que se lo pidas. Sin que lo necesites. Siempre se va a preocupar por ti. Y te apoyará— me miró y sonrió—, yo creo que esa es la mejor cualidad que alguien podría tener en el mundo.

Hubo un silencio dramático. Yo estaba en shock. Laura y Jason intercambiaban miradas. Will parecía inmutable.

— Zac— me dijo Jason—, tienes la última palabra.

No dije nada. Porque temía delatarme a mí mismo. No sabía si Will tenía razón. Porque siempre pensé que mi característica más importante en la vida era lo que Laura dijo. Pero parecía que Will tenía razón. Algo me decía que Will había dicho algo cierto. Tal vez no cierto, pero sí algo que me gustaría ser. Algo que me hubiera gustado que alguien me dijera. Porque parecía ser más de lo que alguna vez deseé en la vida. Más de lo que merecía.

— Will— dije, había todo un lío en mi cabeza—, lo que acabas de decir es... es... es... ¡Tan cursi!— me reí—, ¡Todo el mundo sabe que soy la reencarnación del mal en la tierra!
— Sabía que dirías algo así— dijo él con una sonrisa, yo sentí un vacío en mi corazón.
— ¿Significa que yo gano?— dijo Laura.
— ¡El ganador es Will!— dijo Jason—, ¡Por cursi!
— ¡Eso no tiene que ver con la competencia!— dijo Laura molesta—, ¡Zac ya dijo que no es cierto!
— Pero la respuesta de Will se acopla más a esta fecha— dijo Jason— así que le daré el premio a Will.
— ¡Eso es fraude!— dijo ella—, ¡Ese no es el sentido que debería tener esta competencia! ¡Zac, di algo!
— ¿Yo qué voy a saber?— dije—, ¡No sé siquiera de qué va todo ésto!
— ¡El ganador es Will, eso es inapelable!— volvió a decir Jason.
— ¡Exijo una reevaluación del caso!— dijo Laura visiblemente enojada.
— No, perdiste niña, acéptalo.
— ¡Eso es antidemocrático, usaste tu favoritismo para hacerme perder!— dijo ella y luego le lanzó un bolígrafo.
— Claro que no— dijo él—, sólo estoy haciendo lo que todo el mundo piensa que debe ser. Demándame si puedes.
— ¡Eres un idiota! Y sabes qué, sí voy a hacerlo. Mi padre trabaja para el gobierno, puedo hacerlo.

Ambos siguieron diciéndose cosas terribles. Yo sólo los miré en silencio. Observé a Will. Él lucía sereno, como si se encontrara en paz. Sin embargo yo me sentía muy confuso, muy nervioso, muy pensativo.

— Will, toma tu premio— le dijo Jason, le entregó la bolsa—, ahora, si me disculpan, me voy antes de que me demanden.
— ¡Te demandaré, lo juro, nos veremos en la corte!— le dijo ella muy enojada.
— ¡Adiós!— dijo él antes de salir corriendo.
— ¡Espera!— dijo ella mientras salía detrás de él—, ¡No puedes irte sin declararme ganadora!

Los escuchamos mientras bajaban los escalones en medio de su discusión.

— ¿Ellos estarán bien?— preguntó Will—, temo por la seguridad de Jason.
— No te preocupes— dije—, él es rápido, ella nunca va a alcanzarlo.
— Ah...

Nos miramos. Silencio de nuevo. Un incómodo, horrible e indescriptible silencio.

— ¿Quieres café?— dijo Will.
— Claro— dije.
— Iré por él— dijo, se levantó. Estaba por salir.
— Espera— dije, él se giró para verme—, voy contigo.

Rumores De PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora