Rumores De Pasillo

115. El diario de Jimi

Al día siguiente Will me dijo que podríamos ir a su casa para ver a Zac. Al parecer él regresaría con su padre aunque todavía no hablaba con él. Confiaba en que resolverían sus problemas. Sin embargo Will nos dijo a todos que no mencionáramos el asunto a Zac. No pregunté porqué pero pensé que Will debió tener sus razones para decir eso.

Evan pasó por mi casa. Iríamos juntos a ver a Zac. Me moría de ganas por verlo. Seguía pensando que no podía hacer nada por él pero quería ir.

— Tranquilo— me dijo Evan. Lo miré. Él me sonrió.
— Me siento nervioso. No sé qué le diré a Zac cuando lo vea.
— Lo sabrás en el momento. No te preocupes ahora.

Evan tenía razón. No debía darle tantas vueltas a eso.
Caminamos en silencio. Al llegar a una esquina nos encontramos con Laura y Jason. Ella estaba igual de pensativa que yo.

— Hola— nos dijo Jason.
— ¿Ustedes dos vienen juntos sin haber causado la extinción de la humanidad?— les dijo Evan sorprendido.
— Eso parece— dijo Jason.
— Estoy demasiado deprimida como para intentar causar controversia— dijo ella. Me miró—. Veo que Jimi está igual que yo.
— Estaré bien— le dije—. Espero que tú también te sientas mejor pronto.
— Eso deseo— me dijo ella.

Caminamos juntos hasta la casa de Will. Afortunadamente ya no en silencio. Jason y Evan empezaron a conversar sobre películas y Laura y yo nos limitamos a escucharlos.
Al llegar tocamos el timbre de la puerta. Will abrió. Lo miramos.

— Hola Will— dijo Evan—, ¿Dónde está el fugitivo?
— Zac no es ningún fugitivo— dijo Laura ofendida.
— Pero está huyendo de una autoridad— dijo Jason—. Técnicamente es un fugitivo.
— No es un fugitivo— dije.
— Pero llamarlo fugitivo es más divertido— dijo Evan.
— ¡No es un fugitivo!— dijo Laura.
— ¿Podrían dejar de decir la palabra “fugitivo”?— dijo Will.
— De acuerdo— dijo Laura—, nadie debe decir “fugitivo” de ahora en adelante.
— Pero tú acabas de decir fugitivo— dijo Evan.
— Ese fugitivo no cuenta— dijo ella.
— ¿El fugitivo que dije después de que tú dijeras el fugitivo que no cuenta, cuenta?— preguntó Evan—, ¿Y todos los fujitivos que he dicho después de haber dicho el fujitivo que no sabía si cuenta, cuentan?
— ¡Deja de decir fugitivo!— dijo ella.
— ¡Deja de decirlo tú!— le dijo Evan.
— La siguiente persona que diga fugitivo se irá de aquí— dijo Jason—, ¿De acuerdo?
— Tú acabas de decirlo— dijo Evan—. Así que vete.
— ¡Eso no cuenta!— le dijo él.
— ¿Por qué estamos hablando de eso?— dijo Will que se veía cansado de todo aquello.
— ¿Dónde está Zac?— pregunté.
— ¿El fugitivo?— dijo Evan.
— Evan, vete de aquí— dijo Jason.
— ¡Ese fugitivo no cuenta!— dijo él afligido.
— ¡Entonces deja de decir esa palabra!— dijo Laura, enojada.
— De acuerdo— dijo Will—. Nadie jamás volverá a decir esa palabra. Es una promesa.
— ¿Jamás?— pregunté—, ¿Y si necesito usarla algún día?
— Usa un sinónimo— dijo Laura—. Podrías decir “prófugo de la justicia”, por ejemplo.
— ¿Prófugo de la justicia?— dijo Evan—, ¿Significa que Zac es un criminal?
— ¡No! ¡Él no es ningún fugi...— todos la miramos—... prófugo de la justicia!— dijo ella.

Estaba mirando a Laura cuando repentinamente Zac entró por la puerta. Nos miró mientras nos saludaba con la mano.

— ¡Pero si es Zac!— exclamó Evan.
— Hola— dijo él.
— ¿Es... estás bien?— le preguntó Laura que tenía cara de no poder creer que lo estaba viendo.
— Muy bien— dijo él—. Sólo huí de casa. Digamos que soy un fugitivo en este mismo momento. ¿Quieren jugar videojuegos? Ya estoy en un nivel avanzado pero puedo regresarme al 1 si quieren.

No lo pensé. Me acerqué a Zac y lo abracé. Él pareció sorprendido. Pero de mi boca no salió ninguna palabra. No iba a salir ninguna. No había nada que pudiera decir. Sólo quise abrazarlo. Él me abrazó también. Me sentía más tranquilo, como si pudiera evitar que algo le pasara si estaba junto a mí. Eso deseaba. Sabía que era imposible querer protegerlo porque generalmente la persona que me protegía era él. Sin embargo quería poder hacer algo.

Deseaba que él supiera que aunque yo era un inútil total, podría contar conmigo siempre que tuviera un problema.

— Estoy bien Jimi— me dijo él.

No dije nada. Sólo lo abracé.

— ¡Abrazo grupal!— dijo Laura.
— No— dijo Zac—, quiero abrazar a Jimi sin tener cerca a Evan.
— No me digas que tú...— dijo Evan—... ¿Quieres a Jimi para ti solito? ¡Traidor!
— ¿Traidor?— dijo él.
— Sí— dijo Evan, enojado—. Quieres quitarme a mi Jimi. No te sorprendas si un día intento asesinarte.
— Buena suerte con eso— dijo Zac—, después de estos días creo que nada puede matarme.
— ¿Eso es bueno?— dijo Laura—, ¿Significa que eres inmortal?
— Me siento bastante inmortal— dijo él.
— ¡Lo sabía!— dijo ella—, ¡Will es un vampiro y volvió a Zac uno también!
— ¿Yo qué?— dijo Will confundido.
— ¿Will es un vampiro?— preguntó Zac—, ¡Sabía que había algo mal con esta casa, por eso se ve tan siniestra!
— La casa no tiene nada malo— dijo Will—. Y no soy un vampiro.
— Se ve muy bien de hecho— dijo Jason.
— Está muy limpia gracias a Zac— dijo Will.
— Cierto— dijo Jason—. Había olvidado que él es un maniático de la limpieza.
— Entusiasta, diría yo— aclaró Zac.
— No veo los ataúdes— dijo Laura—, ni los contenedores de sangre.
— ¡No soy un vampiro!— dijo Will, enojado.
— Pruébalo— dijo Evan—. Si sales afuera al sol y no mueres, demostrarás que eres humano.
— ¿El sol va a quemarlo?— pregunté.
— O va a empezar a brillar— dijo ella—, ambas cosas me sirven.
— ¿Por qué tengo que hacer eso?— dijo Will.
— También podemos enterrarle una estaca en el corazón— dijo Evan—. Si muere, es porque sí era vampiro.
— ¡Cualquier persona moriría si le clavan una estaca al corazón!— dijo Will.
— Esos son puros pretextos— dijo Laura—. Evan, trae una estaca.
— Iré a buscar una— dijo él.
— Evan— dijo Jason—, ¿Por qué obedeces a lo que te dice?
— Porque Laura podría tener razón— dijo Evan—. Jamás he visto a Will comer ajo. Podría ser un vampiro.
— ¿Ajo?— dijo Will—, ¿Cómo debería comerlo, como si fuera una manzana?
— ¿Significa que Will me volvió un vampiro?— preguntó Zac—, ¿De qué clase de vampiro soy? ¿De los aterradores o de los brillositos?
— Will— dijo Laura—, ¿Qué tipo de vampiro eres?
— ¡No soy un vampiro!— dijo él.

Miré a Zac. Se veía bien. Me sentí mejor. Supe que no importaba lo que pasara, siempre podríamos encontrarnos y hablar de cualquier cosa. Así éramos nosotros.

— Esperen un momento— dijo Evan—, Zac dijo la palabra prohibida.
— ¿Qué?— dijo Zac.
— Zac— dijo Evan—, fuera de aquí.