No esperé a que Laura despertara. Me puse en modo cobarde y fingí que Jill me necesitaba en casa así que me disculpé por no poder quedarme. Jason dijo que estaba bien, que él le diría a Laura que estuve ahí. En el fondo sabía que él no se creyó mi mentira. Jason lo sabía todo. Incluso sobre lo que me dijo Laura. De alguna manera él siempre sabía las cosas antes que todos. Y se había encargado de repetirme como mil veces seguidas a lo largo del día que las cosas iban a estar bien.
¡No iba a estar bien, Laura estaba en el hospital! ¿Qué se suponía que debería sentir además de culpa?
Sólo me faltaba que apareciera algún idiota en mi vida para terminar de arruinarla.
Curiosamente apareció.Llegué a casa. Papá no estaba pero Jill sí. Estaba pintando. Ella era muy buena pintando, jamás había entendido su arte pero era bonito.
— ¿Qué es eso?— pregunté.
— Un cisne— me dijo.
— Pero son muchas figuras geométricas— dije.
— Es un cisne— dijo—, si te esfuerzas un poco podrás verlo.
— No lo veo— dije estresado—. En realidad no veo muchas cosas. Hay tanto que no entiendo...
— Eso es porque sueles verle el lado lógico a casi todo— dijo ella—, igual que tu padre. Más que tu padre. Eres más analítico que él, cosa que pensé que era imposible.
— ¿Qué debería hacer? ¿Dejar de pensar?
— No totalmente.
— Y si no estoy pensando, ¿Qué debería hacer en lugar de eso?Ella me observó mientras sonreía. Se acercó a mí. Acomodó mi cabello detrás de mi oreja.
— Sentir— dijo.
— ¿Sentir?— dije—, ¿Qué se supone que significa eso?
— Zac, si hicieras menos preguntas y te dedicaras más a apreciar los momentos, no tendrías tantas dificultades en entender tu entorno.Ella se fue a la cocina. La seguí.
— No quiero apreciar momentos— dije—, quiero entender cosas. Deberías ayudarme.
— Bien, lo haré— dijo—. Dime qué quieres saber y te ayudaré.
— De acuerdo— pensé un rato—. Quiero que me digas cómo saber cuando algo es amor.
— ¿Amor?— preguntó sorprendida—, ¿En verdad quieres saber eso?
— Sí.
— ¿En serio? ¿Tú, el que una vez dijo que estaba casado con la ciencia?
— Sí— dije.
— ¿Tú, el que una vez le dijo a una pareja de recién casados que el amor no existía y que les deseaba suerte en el divorcio?
— Sí— dije.
— ¿Tú, el que escribió a los 10 años un ensayo sobre el porqué el amor era un invento de la sociedad para justificar las conductas egoístas de las relaciones y que se basan en nexos económicos además de querer justificar erróneamente la existencia humana?
— ¿Vas a ayudarme o no?— dije enojado.
— ¡Es que es gracioso!— dijo mientras se reía—, ¿Qué te hizo considerar la existencia del amor?
— Los últimos acontecimientos de mi vida— dije—. Parece que estoy rodeado de amor. Tanto así que no lo veo. Tanto así que... herí a alguien.Recordé lo que pasó. No pude evitar deprimirme. Ella me miró preocupada.
— ¿Pasó algo?— preguntó.
Dudé un poco. Confiaba en Jill, ella era como la madre que siempre deseé que la naturaleza me diera en lugar de la que me tocó, así que suponía que estaba bien que ella supiera.
— Una chica me dijo que yo le gustaba— dije.
— Pero le has gustado a muchas chicas y muchas te lo han dicho— dijo—, ¿Por qué esto es diferente?
— Porque ella me importa. Mucho.
— ¡Oh por dios, le gustas a Laura!— dijo emocionada.
— ¿Cómo sabes eso?
— Laura es tu única amiga. Si alguien te importa debe ser tu amigo, por lógica debe ser ella.
— ¿Qué debo hacer? Ella lo dijo y por más que lo pienso simplemente... no puedo amarla, por más que lo intente.
— Ella no te gusta— dedujo—. Pasa todo el tiempo. Tal vez la heriste pero así deben ser las cosas. No tienes que sentir algo que no sientes.
— Pero, ¿Y si sí lo siento?— dije—, ¿Y si resulta que Laura en verdad es el amor de mi vida pero yo no lo sé?
— Estás preocupándote mucho— me sonrió—. Lo que importa es lo que sientes ahora. Si en este instante no es nada importante, está bien que la hayas rechazado.
— Pero, ¿Si en el futuro me gusta y yo ya no le gusto a ella?
— Zac, el amor no es así. La gente puede gustarte de muchas maneras diferentes. Pero el amor es algo especial. No aparece de un día para otro. Y no se va fácilmente. Si ella en verdad te ama tardará mucho en olvidarte. Pero si sólo le gustas, pronto lo superará. Así que no te preocupes. Si resulta que ella es el amor de tu vida, te esperará hasta que tú puedas corresponder a sus sentimientos. Si no lo es entonces jamás la amarás.
— No creo en eso del “amor de tu vida”. Sobre todo porque dices que el amor no es algo que aparece repentinamente.
— El amor no— dijo ella—, pero las personas sí. Un buen día, quién sabe cómo o porqué, va a llegar a tu vida alguien con quien vas a encajar como si fueran piezas de un rompecabezas. Tan perfectamente que parecerá que nacieron para estar juntos. Se conocerán por casualidad y el tiempo les demostrará el porqué son el uno para el otro. Sólo falta conocerse. Quizá ya conozcas a esa persona. Quizá aún no se han dado cuenta de que lo que pasa entre ustedes es algo mágico y hermoso.
— Ese es mi problema— dije—, yo no soy bueno viendo las cosas mágicas y hermosas de mi alrededor.
— Pero conoces gente que sí las ve, ¿No? Podrías acercarte a ellas y preguntarles cómo saben cuando algo es amor.
— Eso es algo muy simple— dijo una voz masculina que salió de la nada—, cuando ames a alguien lo sabrás. Así de sencillo.Bajando las escaleras estaba un sujeto más bajito que yo, de cabello rizado y que sonreía como si fuera campeón olímpico.
— George— le dijo Jill—, ¿Desde hace cuánto que escuchas nuestra conversación?
— Desde que te burlabas del ensayo sobre el amor— dijo él.
— Era una conversación privada— le dijo ella.
— ¿Quién es éste?— pregunté.Ambos me miraron.
— Es mi hermano George— dijo ella—. A partir de hoy vivirá con nosotros.
— ¿Qué?— dije alterado—, ¿Por qué?
— Porque me cansé de vivir con mi madre— dijo.
— Así que decidiste ir a arruinarle la vida a otra mujer de tu familia y elegiste a Jill— dije.
— ¡Eres un niñito muy insolente!— dijo—, ¿Jamás te enseñaron a respetar a tus mayores?
— ¿Jamás te enseñaron a no meterte en conversaciones ajenas?— dije.
— Yo sólo quería ayudarte. Para ser alguien que no sabe nada sobre el amor hablas demasiado.Lo miré. No, no se parecía en nada a Jill.
— ¿En verdad él salió del mismo útero del que saliste tú?— le pregunté a ella.
— ¿Qué insinuas niño?— me dijo él molesto.No, algo me decía que no íbamos a llevarnos bien.
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Rumores De Pasillo
RomanceJimi se declaró abiertamente gay en la escuela y empezaron a molestarlo por eso. Evan, un rubio popular que también lo molestaba, resultó sólo hacerlo porque los demás lo hacían... pero realmente guardaba un secreto: le agradaba Jimi. Mucho. Más de...