Si pudiera describir cómo me sentía con una sola palabra, sería “traicionado”. Y no, pensar en eso no me hacía sentir mejor.
— ¿Quieres dormir en la habitación de Alex?— me preguntó Will—, ¿O en mi habitación? ¿O en el sofá?
— ¿En tu habitación?— pregunté.
— Sí, eso sonó raro. Es decir, me refería a que puedes dormir en mi cama. Eso sonó peor. Lo que quiero decir es que yo puedo dormir en alguna otra parte si tú quieres dormir en mi cama. Ya sabes, en mi habitación, en donde yo no estaré, obvio.
— No es necesario— dije—. Ya haces bastante dejando que me quede en tu casa.
— No es ningún problema— dijo—. Sólo quiero ayudarte.Miré a Will. Sin duda le debía mucho. Estaba en su sofá a salvo por él.
— Gracias— le dije.
— No es nada.Pensé un poco lo que pasaba.
— ¿Puedo pedirte una cosa más?— dije.
— Claro.
— ¿Aunque sea muy rara?
— No espero que pase nada común desde que te conocí— dijo.
— Pero lo que voy a pedirte es muy muy raro. Más de lo normal. Tanto que cuando sepas qué es vas a querer que me vaya.
— No creo que sea para tanto— dijo él.
— ¿Prometes no enojarte?
— No podría enojarme contigo.
— De acuerdo— lo miré—, ¿Podrías quedarte toda la noche conmigo?Me miró sorprendido. Lo sabía, hasta yo rechazaría algo así. Pero en verdad no quería estar solo. Menos en su casa que era tan grande.
— Yo... — dijo él— no podría hacer eso.
— Pero...
— No eres tú— dijo—, es cuestión mía. Es difícil de explicar... en verdad no sé qué decir...
— Sólo quédate en la misma habitación que yo— dije.
— Puedo quedarme en una habitación cercana a la tuya— dijo—. Será como estar ahí. Si necesitas algo sólo tendrás que llamarme y yo llegaré a ti inmediatamente.
— Pero estaré solo. Con los fantasmas.
— ¿Fantasmas?— dijo—, ¿Cuáles fantasmas?
— Los de esta casa— dije.
— Pensé que no creías en esas cosas.
— Ahora ya. Así que tu deber es quedarte.
— Zac, no hay fantasmas en mi casa.
— Sí hay, es sólo que no los has visto. Eres tan distraído que probablemente no sabes que tu casa está embrujada, que tiene una maldición o que se construyó sobre un cementerio indio.
— En verdad no me haces las cosas más fáciles— dijo.
— Por eso deberías quedarte junto a mí. De otra forma te acusarán de homicidio cuando encuentren mi cadáver en el sótano de tu casa.
— Mi casa no tiene sótano.
— Podría tener uno.
— No, no tiene. Es una casa muy antigua, ha pertenecido a mi familia por generaciones.
— ¿Antigua? Indudablemente tiene fantasmas. Debes quedarte. ¿Hay alguna habitación con dos camas?
— Zac, todo estará bien. Te juro que no hay fantasmas.
— ¿Tus padres vivían aquí antes?
— Mis abuelos sí, en la habitación del final del pasillo. ¿Porqué preguntas eso?
— Entonces está decidido— dije—. Si ellos dormían ahí tenían una enorme cama. Así que podemos usarla. Dormiremos ahí.
— ¡Me niego rotundamente!— dijo exaltado.
— ¿Por qué? Estaremos cómodos ambos. Prometo no molestarte más.
— En verdad no entiendes lo que pasa. No es sobre estar cómodos o no.
— Entonces no hay ningún problema. Sólo seremos tú y yo, una cama y una casa antigua completamente vacía.Will parecía nervioso. Entonces entendí lo que estaba pasando. Debí darme cuenta antes pero no lo hice, aún cuando era tan obvio. ¿Porqué no lo descubrí antes?
— ¡Ya sé lo que pasa!— dije.
— ¿Lo sabes?— dijo consternado.
— En verdad lo lamento Will. Debí darme cuenta. Estuve ciego tanto tiempo... debe ser difícil para ti...
— Zac— dijo él—, puedo explicarlo...
— No hace falta. Lo entiendo— dije, tratando de ser comprensivo.
— ¿De verdad?
— Sí. Sólo eres tímido. Es normal. Y te gusta tu privacidad. Lo entiendo y respeto.
— ¿Qué?— dijo él, parecía confuso.
— Eso explica porqué te niegas a compartir una habitación. Yo respeto tu decisión.
— Por un momento pensé que tú sabías que yo...
— ¿Debo saber algo?Me miró. Parecía estar organizando sus pensamientos y lucía distante.
— Necesitas descansar— dijo al fin.
— ¿Vas a dejarme solo?
— Nunca en esta vida.Eso último lo dijo tan serio que me pareció imposible no tomarlo como una especie de promesa. Al menos eso deseaba yo: que alguien no me dejara solo nunca.
Caminó hasta el final del pasillo. Lo seguí. Sin embargo había algo que no dejaba de rondar en mi cabeza.— ¿Porqué?— pregunté.
Él se giró a verme.
— ¿Qué cosa?— dijo.
— ¿Por qué no me dejarías solo? ¿Por qué estás ayudándome ahora?
— Porque somos amigos.
— Pero nadie llegaría tan lejos por un amigo. No soy idiota, seguramente mi padre encontró la manera para poder llamarte, tu teléfono ha estado sonando toda la tarde y tú lo has ignorado. Es por mí. Y tú no has dicho nada. En verdad no lo entiendo.
— Sé quién llegaría tan lejos. Es más, hay un grupo de personas que lo harían.
— Pues deben ser las personas más tontas del mundo.
— Apuesto todo lo que tengo a que si yo te necesitara tú me ayudarías— dijo. Lo miré atentamente. Decidí desviar la mirada.
— Porque tú me has ayudado antes— dije apenado.
— Si yo fuera un desconocido necesitando ayuda, ¿Me ayudarías?
— No lo sé...
— Lo harías. Tú eres así. Y si se trata de un amigo, sé que harías lo que fuera. Lo he visto. Además, no eres el único tonto. En este preciso momento hay un grupo de tontos allá afuera viendo de qué manera pueden ayudar a su buen amigo Zac.No supe qué decir. Porque todo era muy complicado.
Jamás le dije a Will que no contestara llamadas pero no dejé que se alejara de mí, lo que al final fue lo mismo. Él debió intuir que yo no quería que me encontraran así que no hizo nada. Yo contaba con que papá estaba preocupado por mí pero no lo pensé mucho. Él debió llamar a Jimi. Y él llamó a los demás.
— Esto es un desastre, ¿Cierto?— dije—. No sé que estoy haciendo. Sólo quiero no tener que pensar en el problema pero parece que todo está haciéndose más y más grande... y no quería que fuera así. Sólo deseaba tener tiempo para pensar un poco y saber qué hacer...
— Tranquilo— dijo Will, tocó mi hombro y sonrió tenuemente—. Todo estará bien. Deja que te ayude un poco.
— Ya has hecho bastante.
— En realidad no sé cómo resolver tu dilema. Me gustaría poder hacerlo. Pero sé cómo hacer que el problema se vuelva más pequeño.
— ¿Cómo?
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Rumores De Pasillo
RomanceJimi se declaró abiertamente gay en la escuela y empezaron a molestarlo por eso. Evan, un rubio popular que también lo molestaba, resultó sólo hacerlo porque los demás lo hacían... pero realmente guardaba un secreto: le agradaba Jimi. Mucho. Más de...