4. El diario de Jimi

1K 150 26
                                    

No fui a la escuela al día siguiente. Bye bye asistencia perfecta. Pero no quería ver a Evan. Y realmente no podía ir, me resfrié por estar bajo la lluvia tanto tiempo. Mamá insistió que no fuera, de todas formas el día estaba más lluvioso que el anterior.

Mi mente me repetía la misma imagen de esa vez. Y mi cara se ponía roja. Era vergonzoso. Y muy humillante. Al final, sólo quería burlarse de mí, estaba seguro. Por supuesto, el rumor decía que me gustaban todos los hombres. Que ellos debían tener cuidado ya que yo podría atacarlos. Que estúpido.

Pero al día siguiente no pude negarme. Seguía lloviendo pero no tanto. Y no quería quedarme en casa a ver el clima mejorar. Así no era yo.
Tomé mi paraguas y lo metí en mi mochila. Y con la confusión que agitaba mi cabeza me dirigí a la escuela.

Me sorprendió que en lugar de ir diez alumnos sólo fueran cinco esa vez. Mejor para mí, todas mujeres. Y las niñas era más respetuosas que cualquier tipo de mi grupo.
En el receso fui a la cafetería y tuve una mesa para mí solito. Pero a diferencia con la última vez, las cosas se sentían extrañas.

Cuando iba de regreso a mi salón vi a Evan caminando en un pasillo. Entré en pánico. Salí corriendo al baño. Y deseé que todo fuera un sueño.
Luego regresé a clases cuando no lo encontré cerca. Así era mejor. No tenía que hablar con él, no valía la pena. Sólo jugó conmigo. Seguro que él mismo se grabó tratando de besarme o algo así. Y ahora yo era la burla de internet o algo parecido.

En la salida tomé mis cosas y saqué el paraguas. Lo abrí y me dirigí a la puerta. No había nadie más, todos se habían ido. Bueno, las pocas personas que quedaban.

— ¡Espera, enanito!— dijo Evan, reconocí su voz pero no me detuve—, ¿Qué pasa? ¿No vas a esperarme? Voy a mojarme. Y enfermaré.
— ¡Pídele un paraguas a alguna maestra!— le grité molesto.

Me alcanzó y me tomó del brazo en el que sostenía el paraguas. Me miró a los ojos. Parecía molesto. Me asusté.

— ¿A qué te refieres?— dijo enojado.
— A que... podrían prestarte uno. Como ayer. Seguro que hay más de una maestra interesada en ti.
— ¡No te burles de mí!— gritó, no pude más que mirarlo atónito— ¿Creíste ese tonto rumor? ¡No me he acostado con ninguna maestra ni planeo hacerlo! No puedo creer que te guíes por lo que dicen los demás. Para ser la "víctima" eres más desconsiderado que yo.
— ¡No soy desconsiderado! ¡Y tú eres infinitamente peor que yo! Te burlabas de mí y sigues haciéndolo. Lamento que no te gusten los rumores que dicen de ti pero a mí tampoco me agrada lo que dices de mí.
— Ya me disculpé. No volveré a hacerlo. Así que te pido que si no es mucho para ti por lo menos podrías dudar ligeramente sobre la veracidad de lo que dicen de mí. Yo nunca creí nada de lo que decían sobre ti porque sé que no es verdad. No quería lastimarte ni lo quiero hacer ahora.
— ¡Claro que quieres! Ayer sólo te burlaste de mí. No debí confiar en alguien como tú. ¿Lo grabaste todo para mostrarle a tus amigos descerebrados?
— No podrías estar más equivocado. No grabé nada, ni siquiera tengo un teléfono. Además sólo hablamos y dije cosas vergonzosas para mí que no quiero que nadie más las sepa. Jamás me grabaría diciendo algo así.
— No me refiero a eso sino...— realmente no quería decirlo.
— ¿A qué? ¿Al beso?
— Ya sé que sólo querías burlarte por lo de que no creo que las películas que tienen una escena de un beso sean...
— No—me interrumpió—; de verdad quería hacerlo. No era ninguna broma. Sentí ganas de hacerlo.
— ¡Desde luego que sí! ¡Es que suelo aventarme contra todos los hombres! ¡Es que soy un cualquiera!
— ¡Eres imposible! No hice nada con afán de burlarme. Simplemente quise hacerlo. Y ya. No hay más explicación.
— ¡Nunca te pedí que lo hicieras!— dije.
— ¡Y yo nunca pedí permiso!
— ¿Acaso besas a alguien sólo porque sientes ganas, aunque no quiera?— le dije, me observó.
— Parecía la escena perfecta para un beso. Quería hacerlo así que lo hice. Creí por la tensión entre nosotros que también querías.
— No quería. Pero obvio no pensaste en eso, creíste que yo no diría nada porque como me gustan los hombres me debí sentir halagado de que alguien como tú me...
— ¡Ni siquiera pensé en eso! ¡No importa! ¡Si eres hombre, mujer, un anciano, un alien, un vampiro, me da igual! No pensé si estaba bien hacerlo o no.e dejé llevar por el momento. Si tanto te molesta puedes ignorarlo. No importa y ya.
— Es que sí importa lo que hay detrás de eso— dije molesto, entonces me quitó el paraguas.
— Te diré lo que significa— dijo, lo miré atento—. Cuatro palabras: Creo- que- eres- lindo.

Luego se echó a andar con mi paraguas. Y no tuve más que alcanzarlo y caminar a su lado. Me sentía increíblemente confundido, ¿Qué significaba eso? ¿Yo le gustaba?

Rumores De PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora