— Evan— le dijo Jimi—. Hay que decirle.
— Pero le temo a la muerte— dijo él.
— Hay que ser valientes.
— Sí, pero no suicidas.Los miré. Sabía lo que iban a decir. No hacía falta ser un genio. Simplemente no supe qué hacer. Tal vez nada.
Me acerqué a Will. Él miró mi cara. Puso su mano en mi hombro.
Me pregunté si él sabía lo que iban a decir. Y si era así, era increíblemente cruel que él fuera el primero en enterarse. Porque tal vez aún le gustaba Jimi. Y él amaba a Evan, sin saber que a Will le gustaba.
Qué ironía. ¿Acaso a Will no podría gustarle otra persona?— El asunto es...— dijo Evan, tenía el semblante de un diplomático, es más, hasta se veía decente—, Jimi y yo hemos decidido volver a salir.
— ¡Felicidades!— dijo Will—, ¡Estoy muy feliz por ambos!
— Gracias— dijo Jimi que tenía la carita roja.Sólo me quedé observando todo. Me sentía extraño. Como si estuviera vacío.
Evan se acercó a mí. Los otros dos guardaron silencio. Nos quedamos mirando a los ojos.— Te juro por mi vida— dijo él repentinamente muy serio—, que jamás voy a dejar que algo le pase a Jimi. Confía en mí. Él está bien conmigo.
No pude decir nada. Él parecía muy serio.
Sonreí. No sé por qué. Simplemente quería hacerlo.— Zac está sonriendo— dijo Evan asustado—, se viene el apocalipsis...
— Te lo encargo mucho— le dije a Evan, puse mi mano en su hombro—, no podría dejar que esté con nadie más que no fueras tú.Todos me miraron. Jimi se acercó a mí.
— Zac— dijo preocupado—, ¿En verdad está bien?
— No soy tu padre, lamentablemente— le dije—. Pero deseo que seas feliz igual a como lo desea un verdadero padre a su hijo. Creo que no me queda otra opción. Así que traten de ser muy muy felices.
— ¡Oh por dios!— dijo Evan alarmado—, ¡Zac enloqueció!
— Estoy bien, pero si sigues dudando de mi obviamente bondadoso corazón, voy a enloquecer— le dije enojado.
— ¡No dudo para nada!— dijo él.
— Menos mal— dije.
— ¿Significa que puedo casarme con Jimi?— dijo Evan.
— ¿Quieres morir?— le dije muy molesto.
— ¡Zac, tranquilo!— me dijo Will—, Evan, no lo provoques.
— Lo mejor es que nos vayamos— dijo Jimi—. Tenemos cosas por hacer.
— ¿Qué clase de cosas?— dije.
— Cosas de pareja— me sonrió Evan.
— ¿Qué?— dije asustado.
— Cosas buenas— dijo Jimi.
— Más les vale— dije—. Porque voy a estar vigilándolos, todo el tiempo, siempre. Sobre todo a ti Evan.
— ¿Dónde quedó el Zac que nos deseaba felicidad?— dijo Evan.
— Evan, hay que irnos— dijo Jimi.Se despidieron. Will les reiteró lo mucho que se alegraba por eso. Salieron. Me quedé ahí, en silencio. Will cerró la puerta.
— Eso fue inesperado— dijo—. Me sorprende lo bien que lo tomaste.
Lo miré. Sin duda Will era genial. Tanto que no lucía afectado. Como si eso no lo hubiera herido. Tal vez sólo estaba tratando de hacerse fuerte.
Y eso no me hacía feliz. Para nada feliz.
Era cruel. Mucho. Tanto que simplemente pensar en lo que debía sentir me hacía querer llorar.
— Parece que todo está bien— dijo él, sonrió.
Caminé hacia él. No lo pensé bien, pero sabía que quería hacerlo. Lo abracé. Y él se quedó quieto, sin decir nada.
— No está bien— dije—. No para ti.
— Estoy bien— dijo.
— ¿De verdad?— dije—, ¿No te sientes mal porque ellos ya están juntos?
— Acepto que una parte de mí sintió un poco de tristeza. Creo que significa que Jimi sí me gustaba. Pero en verdad estoy bien.
— En verdad lo siento— dije.Él se quedó en silencio. Yo seguía abrazándolo sin saber por qué. Creo que era porque imaginaba que él se sentía mal y yo no quería dejarlo solo porque tal vez él podría romperse... y moriría si dejaba que algo malo le pasara a Will.
Me debía ver ridículo. Ambos nos debíamos ver así. Ahí, abrazados, en silencio, como tontos.
Pero no quería irme. Porque por alguna razón me sentía bien ahí. Will olía bien y estaba muy suavecito. Y de alguna manera sentía como si nada pudiera pasar ya...— ¿Estás mejor?— dije.
— Ahora ya— dijo—, mejor que nunca.Me alegró escuchar eso. Para el idiota que alguna vez me dijo que nada se solucionaba con abrazos, quería decirle que estaba muy muy equivocado.
Nos separamos. Will en realidad lucía bien.
— ¿Sabes qué quiero hacer ahora?— le dije.
— ¿Qué?
— Comerme una hamburguesa del tamaño de mi cabeza.
— Buena idea— dijo—, aunque me preocupa que quieras comerte tus problemas.
— Sólo será por hoy— dije.
— Vamos— dijo.Él condujo hasta llegar a un lugar bonito. Me dijo que su abuelo solía llevarlo ahí cuando era pequeño. Entramos. Pedí mi hamburguesa, comí, casi me asfixio con un pedazo de carne, Will me regañó por querer comerme mi estrés, salimos, juré no volver a comer tanto, le envíe un mensaje a Jill diciéndole que deberíamos cenar ensalada, se hizo tarde y Will me llevó a mi casa. Al parecer su recepcionista podía hacerse cargo de todo ella sola.
— Por cierto— le dije, mientras me bajaba de su auto—, ¿Qué querías decirme?
— Nada— dijo.
— ¿De verdad? Porque puedes decirlo ahora.
— Hoy no es el día— dijo—. Creo que han pasado muchas cosas.
— Sí, casi muero. Quiero dormir.
— Entonces te dejaré descansar— dijo.Me quedé en la cerca de mi casa. Él se metió a su auto. Esperé a que se fuera.
Todo estaba saliendo bien.
Luego recordé que ya era tarde. Papá debía estar por llegar. Debía esperarlo. Imaginé que tenía mucho por contarle a Jill...Hasta que recordé. Yo había abrazado a Will. Y se suponía que no podía. No sin entrar en un horrible colapso nervioso. Era sorprendente. Estaba superando mis miedos sin siquiera saberlo.
Sonreí. En verdad las cosas estaban saliendo bien.Papá llegó. Entré a su auto. Recordé muchas cosas. Como cuando me había llevado al zoológico y me compró un helado con forma de panda que terminé tirando en el asiento de su auto. La mancha jamás se quitó. Ahí seguía. Papá quería morir de coraje, pero no se enojó conmigo. Él nunca lo hacía.
Era un buen padre. Jill lo sabía. Me sentí torpe por descubrirlo hasta ese momento.— Hoy abracé a un amigo mío— le dije mientras se detuvo en una luz roja—. Y no entré en pánico.
— ¿De verdad?— dijo sorprendido—, ¡Qué bien! ¡Es fenomenal!
— ¡Lo sé!— dije feliz.
— Eso significa que estas avanzando— dijo, contento—, me alegro mucho por ti.
— Me muero por contarle a Jill— dije—. Seguro que se va a poner muy feliz.
— Claro que sí, ella te adora.Nos quedamos viendo. Me sentía feliz. Mucho. Como nunca.
Deseé que mi vida fuera así para siempre.
![](https://img.wattpad.com/cover/73002937-288-k987318.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Rumores De Pasillo
RomanceJimi se declaró abiertamente gay en la escuela y empezaron a molestarlo por eso. Evan, un rubio popular que también lo molestaba, resultó sólo hacerlo porque los demás lo hacían... pero realmente guardaba un secreto: le agradaba Jimi. Mucho. Más de...